Mons. José Trinidad Fernández Angulo tomó posesión como V Obispo de la Diócesis de Trujillo

El viernes 08 de octubre de 2021, tomó posesión como V Obispo de la Diócesis de Trujillo, Mons. José Trinidad Fernández Angulo, actual Secretario General de la Conferencia Episcopal Venezolana, en una celebración eucarística que tuvo lugar en la Catedral Nuestra Señora de la Paz de la Diócesis de Trujillo, a las 12:00 a.m.

Estuvieron presentes el Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas; Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y Primer Vicepresidente de la CEV; Mons. Juan de Dios Peña, Obispo de El Vigía-San Carlos del Zulia; Mons. Polito Rodríguez, Obispo de San Carlos; Mons. Tulio Ramírez, Obispo de Guarenas, Mons. Alfonso Guerrero, Obispo de Barinas; Mons. Alfredo Torres, Obispo de San Fernando de Apure; Mons. Carlos Cabezas, Obispo de Punto Fijo y Mons. José de la Trinidad Valera, Obispo de Guanare; así como mirarnos del clero de la Diócesis de Trujillo.

Mons. Fernández fue recibido por el colegio de Consultores de la Diócesis de Trujillo en la puerta de la Catedral, realizando posteriormente una breve parada en la capilla del Santísimo Sacramento para luego dirigirse a la Sacristía, revestirse e iniciar la ceremonia de toma de posesión. Iniciada la Eucaristía se realizaron los ritos iniciales y se presentaron las Letras Apostólicas por parte del Pbro. Rubén Delgado, Administrador Diocesano junto al Pbro. Romer Ortiz, Vicario Judicial, leyendo este último el documento que acredita a Mons. Fernández como V Obispo de la Diócesis de Trujillo.

“Así, pues, después de haber oído el consejo de la Congregación para los Obispos y desde la plenitud de nuestra potestad apostólica, una vez disuelto el vínculo con la anterior sede titular y con el cargo de obispo auxiliar de Caracas, te constituimos obispo de Trujillo en Venezuela con todos los derechos inherentes a este cargo y las correspondientes obligaciones relacionadas con el mismo, según las normas del Código de Derecho Canónico” bula firmada y sellada por el Papa Francisco», señalan las Letras Apostólicas. Tras su lectura, el Cardenal Porras, como Arzobispo Metropolitano de la Provincia de Mérida, invitó a Mons. Fernández a tomar asiento en la sede catedralicia de la Iglesia en Trujillo, como signo de su toma de posesión, y la entrega del báculo pastoral como signo de autoridad pastoral en esta Iglesia diocesana.

Seguidamente, los presbíteros incardinados en la Diócesis de Trujillo se colocaron de pie para realizar la renovación de sus promesas sacerdotales, promesa de obediencia y respeto ante su nuevo obispo, y a continuación, los diáconos, las religiosas, los seminaristas y el pueblo de Dios.

«Asumo esta designación que el Papa Francisco me ha hecho, para acompañar a esta grey trujillana, para que guiados por la alegría del Evangelio seamos como pueblo de Dios, signos de esperanza de esta tierra que ha dado y seguirá dando hombres y mujeres que han marcado hitos en la historia de nuestro país», expresó Mons. Fernández durante la homilía. «Dios nos llama para un servicio en su  iglesia, para ser puentes y embajadores de Cristo en la construcción de una fraternidad universal», animó.

Haciendo referencia a la Encíclica Fratelli Tutti, el Obispo señaló que la tarea a la que son llamados los cristianos, y a la que llama a la Diócesis de Trujillo, es a ser «una Iglesia sinodal en la que caminemos juntos, guiados por el Espíritu Santo que anima la vida de nuestros pueblos», a fin de «devolver la esperanza». Recordó las palabras de Jesús, reseñada en el Evangelio según San Juan, en la que se invita a permanecer en el amor del Señor pues «No se trata sólo de vivir en una religión, sino de vivir en el amor con que nos ama Jesús, el amor que recibe del Padre. Ser cristiano no es en primer lugar un asunto doctrinal, sino una cuestión de amor (…) En cualquier época y situación, lo decisivo para el cristianismo es no salirse del amor fraterno».

Mons. Fernández afirmó que «la llamada que nos hace la alegría que el amor produce en nuestros corazones es el no contagiarnos de un cristianismo triste, lleno de quejas, resentimientos, lamentos y desazón. No nos podemos desconectar del amor de Jesús» y exhortó a imprimir alegría en todo aquello que se haga y se viva con amor. «A nuestro seguimiento a Jesucristo debemos ponerle el entusiasmo de la innovación, al estilo del  Beato José Gregorio Hernández, hombre de fe y de ciencia que hizo desde el amor a Dios y al prójimo llevar el bálsamo de la esperanza y la alegría a quien se encontraba enfermo». «Quien ama como Jesús, aprende a mirar los rostros de las personas con compasión; el beato José Gregorio Hernández es vivo ejemplo de ello».

«Elegidos para dar frutos», «Fructus Electi» es el lema episcopal de Mons. José Trinidad Fernández, con las que sintetiza su anhelo de vivir el ministerio «como vocación apostólica», como llamado de Dios unido a la misión evangelizadora y al anuncio de la Buena Nueva. «Ir y dar frutos» es la invitación de Jesús, que Mons. Fernández expresa haber recibido «como don y tarea, confiado en Aquél que le llama y envía».

Prensa CEV

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