Esfuerzo, sacrificio y valor. Por Desiree Parra (@desireeparraf) 

Uno de los puntos más importantes en los temas policiales, son aquellos que nos muestran la esencia desde su inicio, desde su interior y que mejor punto que la Academia de Policía. Todo comienza específicamente desde aquel momento donde surge el rumor, comienza a correr la información en relación a los procesos de formación, documentos y copias que sacar, papeles y exámenes, filtros y más filtros, los seleccionados comienzan a marcar todos los requisitos hasta llegar a ese lugar apartado de la ciudad, de ambiente rural y donde funcionaba un circuito de autos de carreras, es allí donde los aspirantes descubren sus verdaderas identidades.

En ese mismo lugar, donde se escuchaban las célebres palabras del buen maestro Eulis Morante “Muchos son los llamados, pocos los elegidos” “Aquí se gradúa el que puede, no él que quiere”. En ese mismo lugar los aspirantes son sometidos a las pruebas más duras, la disciplina es constante y obligatoria. El correr, trotar, firme, de pie, marchen, combinados navales, el himno, la bandera, las lacrimógenas, el sueño, la sed, el hambre, la pared, los desmayos, las pruebas de tiro, abdominales, nadar, sumergirse, trotar, correr y marchar ya era parte del día a día para los aspirantes a policías. Todos por el mismo sueño, todos con la misma vocación de llegar a servir y proteger.

Las experiencias vividas en una academia de policía, simplemente no tienen precio y los apodos nunca pasaban por alto, como a ti te llamen, así te quedas. Los temores, el llanto, las incapacidades quedaban enterradas en ese lugar, que es el mismo y siempre lo será a pesar de todos los cambios que en la actualidad tiene, siempre digno de voltear las miradas de cualquier patrullero que por allí pasó, dejando huellas, y marcando suspiros porque aún lo recuerda.

Actualmente los que formamos parte de esta hermosa profesión le damos gracias a Dios porque simplemente somos hechos para esto, nuestra madera es netamente policial y nuestro espíritu fortalecido, posee coordenadas especificas ante los peligros y desafíos que podemos enfrentar. Realmente el ser policía no es cualquier cosa, es una profesión que simplemente marca tu vida. Gracias a todos esos instructores que de una u otra forma colaboran de manera directa o indirecta en la formación policial, los que creen en su vocación, en su espíritu y en su ser.

Gracias a todos esos profesionales e instructores, porque de ellos depende la buena formación policial, enseñar a mejorar las técnicas, a fortalecer el carácter, a guiar al cuerpo de aspirantes hacia el camino de lo correcto. Por enseñar que con esfuerzo se logran las mejores cosas, que el sacrificio es la ofrenda en señal del reconocimiento y el valor es la cualidad atribuida a la propia acción, a todos mil gracias.

 

Dra. Desiree Parra / @desireeparraf 

 
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