Complejo de Jose, el principal contaminante del eje norte

Pese a que la Refinería Puerto La Cruz concentra a un mayor número de afectados por la inhalación de gases de hidrocarburos que emanan de la industria petrolera, por su cercanía a zonas residenciales, el Complejo Industrial, Petrolero y Petroquímico José Antonio Anzoátegui  figura como el principal contaminante de la zona norte de la entidad.

Al menos así lo dio a conocer el director ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), Eudis Girot, quien tras la suspensión del Sistema Contributivo para la Protección de la Salud (Sicoprosa), desde principios de 2019, ha intensificado las denuncias sobre el deterioro de la salud de la masa laboral de la industria.

Aseguró que la falta de mantenimiento y de operatividad; así como la escasa dotación de los Equipos de Protección Personal (EPP) son las principales causas de la afección ambiental y de las enfermedades ocupacionales que se han elevado en los últimos años.

Según Girot, la mayoría de las fallas operacionales se concentran en el Terminal de Almacenamiento y Embarque José Antonio Anzoátegui (Taejja), el más importante del país y Latinoamérica, pues es por donde se embarca 75% de la producción petrolera.

Aquí, mencionó, la planta de tratamiento de efluentes líquidos, la cual se encarga de procesar el agua que es separada del petróleo durante el reposo, está destruida desde el 2008, aproximadamente, por lo que los fluidos no son acondicionados para ser lanzados al mar, de manera que no dañen la biodiversidad marina.

“Si esta planta está dañada pasan dos cosas: una que el petróleo se venda con alto contenido de agua o que se abran las válvulas de los tanques, para que el líquido sulfuroso se lance a la laguna de oxidación, como se está haciendo ahora, lo cual es un foco de contaminación inmenso porque allí se vierte todo tipo de desechos tóxicos”, expresó.

El dirigente sindical aseveró que el lago está colapsado desde hace más de 10 años, generando grandes derrames e incluso filtraciones hacia el mar, por su cercanía.

Además, afirmó que cuando el sol está en un nivel de intensidad, la emisión de los gases de hidrocarburos, cargados mayormente de azufre, hace que las aves que pasen sobre la laguna se mueran.

“Eso va produciendo distorsión en la cadena ecológica, porque se supone que esa laguna debe estar completamente limpia, ya que existe una diversidad ecológica muy rica”, resaltó.

Petroleros dicen que la laguna de oxidación está colapsada (Foto: Cortesía)

 Tanques   

Por otro lado, el directivo de la Futpv advirtió que los tanques de almacenamiento están descalibrados y las aguas sulfurosas caen al suelo porque desde el 2005, aproximadamente, no les hacen el mantenimiento debido, es decir, mínimo, cada tres o cuatro años, ya que el petróleo cuando se produce sale cargado con los desechos de la tierra.

“Si eso no se hace, los tanques se van deformando. Ellos están recubiertos como por un terraplén que los protege y de tanto que se bota, el terreno está lleno de agua. Se corre el riesgo de que esos tanques colapsen y se destruyan, porque el terreno es inestable. Es una irresponsabilidad muy grande, porque los trabajadores tienen que subirse a ellos para medirlos”.

De igual manera, en el Taejaa la contaminación ambiental se eleva por los barcos tanqueros. Cuando llegan cargados de petróleo, deben pasar por un proceso de “despresurización”, lo que es igual a abrir la boca del tanque para botar los gases concentrados.

“Esos gases son liberados al ambiente y a los trabajadores que custodian el área no les dan los implementos de seguridad necesarios para cubrirse. Los gases de hidrocarburos tienen la particularidad de neutralizar la sensibilidad de la mucosa nasal, tú estás en el ambiente contaminado y lo percibes como si estuviese puro”, explicó Girot.

Plantas dañadas   

De acuerdo con los trabajadores petroleros, las plantas de azufre de las empresas mixtas como Petropiar, Petromonagas, Petrocedeño y Petrosanfélix de igual manera están dañadas.

Añadió que el elemento químico que viene en altas concentraciones en el petróleo, sobre todo el proveniente de la Faja Petrolífera del Orinoco porque es extrapesado, no es procesado para su uso comercial desde el año 2011, cuando se agravó el deterioro ya profundo en el que había entrado desde 2006.

“¿Qué hacen con ese azufre? Lo queman por los mechurrios. Pero en la madrugada, la candela es más intensa porque se aprovechan de que la gente está durmiendo. Eso quiere decir que los habitantes de las poblaciones aledañas como Píritu, Caigua y Los Potocos duermen respirando azufre. Eso ocasiona daños a la vegetación, problemas de crecimiento en niños, asma, bronquitis, entre otras afectaciones serias, a los residentes y más aún a los trabajadores que están dentro de la planta”, señaló el director ejecutivo del Futpv.

Sin embargo, pese a su cercanía a los municipios Píritu y Peñalver, rara vez estas comunidades se ven afectadas. Esta es la opinión del internista-neumonólogo Benito Rodríguez, también especialista en Salud Ambiental y quien labora en el hospital Domingo Guzmán Lander, adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales de Las Garzas, en Barcelona.

De acuerdo con diversos estudios que ha realizado, el galeno manifestó que los vientos cruzan la autopista hacia la comunidad más cercana que es Urucual, a unos 9 kilómetros.

Las investigaciones también abarcaron a Panamayal, Caigua, El Pilar y San Miguel, en donde atendieron a la población escolar, que es la más vulnerable.

De hecho, en uno de los trabajos de campo, realizados en 2004-2007, se corroboró que 28% de los atendidos en Panamayal y Urucual, por ejemplo, eran asmáticos. El porcentaje más alto fue de rinitis alérgica con 43%.

“Los vientos no se van por la orilla del mar. No obstante, a veces la brisa cambia y si alguien en Lechería me dice que le llegan los malos olores, no lo descarto, pero es algo eventual”.

Gases   

Entre los sitios contaminantes también está la planta de fraccionamiento de Jose, donde funciona Repsol. Allí se produce el gas para bombonas.

Según el dirigente sindical Eudis Girot, la emisión de gases no es normal. Mencionó que Fertinitro, por ejemplo, produce amoniaco y a cada instante hace emanaciones en el ambiente. Empresas similares trabajan con componentes químicos contaminantes que le colocan a la gasolina.

“Todo esto genera una gran cantidad de gases de metales pesados que están en el ambiente, que construyen un coctel de muerte para los trabajadores. Por eso es que la incidencia de enfermedades del personal en Anzoátegui es la mayor del país”, aseguró.

Coque   

Aunado a todo lo mencionado, trabajadores coincidieron en que el mayor foco de contaminación lo constituyen las altas montañas de coque, producto derivado del petróleo tras su cocción y limpieza. Debido a la falta de operatividad, han ido creciendo allí desde el año 2004.

José Brito, trabajador de Petrosanfélix, explicó que las plantas fueron diseñadas para que este residuo pudiese ser trasladado a los muelles de una forma hermética, para no ser almacenado tal como ha estado sucediendo.

“Por la falta de despacho, tenemos cuantiosas cantidades de toneladas acumuladas que contaminan el ambiente, produciendo enfermedades a los trabajadores, muchos de ellos salen con cáncer y plomo en la sangre”, aseveró.

Por otro lado, el mecánico rotativo de la parte de mejoramiento y producción de Petromonagas, Jesús Véliz, comentó que este material “pirofórico” agarra fuego con el calor, como si fuese una brasa. Cuando llueve, se levantan muchos gases que son llevados a todos los campamentos de la industria.

“De hecho, nosotros le entregamos un documento a una comisión de la Presidencia que nos visitó. Les manifestamos lo expuestos que estamos a los grandes contaminantes. Les dijimos que trabajar bajo esas condiciones durante 15 años, el promedio máximo para estar activo, no nos garantiza una vida sana”.

Resaltó que hay compañeros a los que les han encontrado plomo en la sangre y diagnosticado enfermedades ocupacionales, por no contar con las herramientas adecuadas para manipular los equipos donde se concentran contaminantes más fuertes y que, al parecer, alojan bacterias en los pulmones.

“Tenemos un compañero con esa afección y todo un historial de casos que maneja el servicio de seguridad y salud laboral, que es el que mantiene el departamento de salud en el mejorador. Uno está como inseminando una enfermedad, que no sabemos en qué momento aparecerá”, indicó.

El director ejecutivo de la Futpv señaló que la composición interna del coque es de metales pesados como vanadio, cromo, cadmio, azufre, entre otros, los cuales tienen un peso superior al aire, por lo que es poco lo que suben al ambiente afectando no sólo a los trabajadores, sino también a las comunidades. Además, producen microparticulados, pequeñas partículas, que ingresan hasta en un bombillo, que es completamente cerrado.

“El coque entra por las fosas nasales y por los poros. Los trabajadores están condenados a la muerte: comen coque, respiran gases tóxicos y se les mete por la piel”.

Luego, el dirigente acotó que se habla de que en enero llegará una empresa que se encargará de sacar las toneladas de residuos, que se siguen acumulando por la producción que actualmente tiene Petropiar (unos 170 mil barriles diario) y Petromonagas (aproximadamente 80 mil barriles diario), porque Petrocedeño y Petrosanfélix están paradas.

Indicó que trabajando sin problemas operacionales y sin producir “una gota más”, se tardaría entre 10 y 15 años en despejar las áreas.   

Dotaciones   

La contaminación ambiental que genera la industria petrolera, la cual a nivel mundial  es catalogada con la máxima escala de riesgos (Nº5), y los petroleros están expuestos de manera directa a ella porque desde hace más de dos años no cuentan con los EPP necesarios para su protección.

“Eso te dice a ti que todos los trabajadores que pisan una instalación petrolera deben tener máscaras para impedir la inhalación de gases de hidrocarburos, que son denominados metales pesados, muy dañinos para la salud porque matan”.

El ambiente contaminado que se respira, destacó Girot, entra al torrente sanguíneo por donde llega a todos los órganos vitales. A su vez, dijo que quema las arterias y produce problemas coronarios,  respiratorios, entre otros.

“Es tan grave la inhalación de los gases que, incluso, producen mutaciones genéticas. También los niños nacen con afecciones como asma y con condiciones especiales. De hecho, Anzoátegui es uno de los estados con mayor porcentaje de autismo a nivel nacional y está determinado que el 80% de estos pequeños especiales, son hijos de trabajadores petroleros”, puntualizó.

Toda esta situación, al igual que la “eliminación” de la cobertura de salud por Sicoprosa, ha sido denunciada por los trabajadores ante la Fiscalía del Ministerio Público. Señalaron que debido al grado de exposición que tienen los petroleros, este servicio no es un privilegio sino una obligación.

El Tiempo

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