REFLEXIONES | Una propuesta leal y patriótica. Por Luis Acosta

La situación de la política en Venezuela está muy comprometida y difícil. La cosa es entre ellos porque la nación poco ha entrado en estos intereses. En los últimos años, cada cual ha querido imponerse “a forciori” y no con razones y discusiones útiles. Luego, bajo esos extremos se han forzado las soluciones y decisiones. A la voz de que por la vía democrática no había arreglo, crecieron las diferencias y cada cual tomó su propio camino dejando atrás  una porción del pueblo y sus componentes. Así vemos al gobierno decidiendo sin consulta alguna y, por otro lado, la oposición, ni corta ni perezosa, buscó refugios externos que le ofrecían la UE, la OEA, el Grupo de Lima, USA y Canadá. Esto, mas las sanciones una tras otra, y aun así el gobierno ni cedía, ni preguntaba; solo desafiaba y mantenía los llamados Presos Políticos en cautiverio. De todo ha pasado y 20 años se han ido. Las peleas políticas empeoran, las voces se oyen más fuertes y soberbias y, mientras tanto, el País está muy maltratado.

A estas alturas, el gobierno insiste en sostener un plan económico hoy más difícil que ayer. Por un lado, el petróleo mantiene bajos valores y su venta no está en su mejor momento. Por el otro, el país tiene problemas en la producción general y sabemos que su recuperación requiere de dinero y tiempo, y el Estado no lo tiene. Luego, cada cual tiene que ceder. El gobierno, dueño de todo, tiene que dar más, no por ser gobierno sino porque tiene más. Es un principio cristiano que bien dice conocer el Presidente Maduro: “el que tiene más, tiene que dar más”. Parafraseando, quien posee poder debe traspasar parte de ese poder porque solo puede dar el que tiene,  no el que quiere.

En estas negociaciones no se sacan los errores a la mesa, pero si se recuerdan las malas decisiones en la cosa pública. Por ejemplo, el gobierno no debe olvidar el terrible mal hecho a PDVSA. Basta con decir que la plantilla de empleados se elevó de 20,000 a 168,000 empleados, obreros y funcionarios, según describe el Ing. Alberto Quiroz, ex funcionario petrolero. Así mismo, lo fue el desplazamiento de los técnicos más preparados, reconocidos y fogueados en la materia petrolera. Muchos se destinaron a distribuir alimentos. Esto es válido para decir que se está alimentando al pueblo, pero romper el modelo organizativo y profesional de PDVSA se constituyó en el error más grave que el chavismo cometió. Estas desproporciones se están pagando hoy.

Pues bien, he aquí nuestra propuesta. Primero, rehabilitar la legitimidad de la AN con sus diputados habilitados en su totalidad. Pagar sus emolumentos y salarios caídos y no pagados, incluyendo, las partidas suspendidas a la AN durante el llamado “desacato”. Segundo, devolver la estación televisora, incluyendo las partidas destinadas a su funcionamiento, y, desde luego, los empleados asignados debidamente presupuestados. Tercero, convocar al Presidente de la República a organizar la entrega de su Memoria y Cuenta del año 2018 para ser presentada por el ejecutivo ante la AN. Cuarto, devolver los contenidos de la Constitución Nacional para reponerla a tono con el texto de la constitución del año 1999. Quinto, revocar la vigencia del CNE y declarar abierta la convocatoria para la elección de uno nuevo. Sexto, solicitar la renuncia de los ciudadanos que conforman el Poder Ciudadano: Fiscal General, Contralor, Procurador General, Defensor del Pueblo, el Poder Ciudadano. También el TSJ. Llegar a los acuerdos y hacer los nuevos nombramientos.

Proponemos reducir el sexenio a un par de años con el propósito de acortar el tiempo para la organización de las elecciones generales pactadas para el cuarto domingo del mes de enero del año de 2021, fecha en que se cumplirían los dos años estipulados de ejercicio de ese Gobierno. Séptimo, organizados estos propósitos donde las fechas no pueden alterarse, se declaran cumplidas las tareas de la ANC y se decretan terminados los plazos estipulados; todos sus diputados deben regresar a sus trabajos habituales sin otra compensación que las ya recibidas durante sus funciones. Octavo, acordado lo ajustes, las recomendaciones y expuestas la más honesta y leal consideración la AN, el Presidente de la República, el Presidente del TSJ y todos los suscriptores de este acuerdo mediante su firma, reconocen la buena fe y especial gestión de los gobiernos de USA, Canadá, la UE, el Secretario General de la OEA, el Grupo de Lima y todas las autoridades que de manera abierta gestionaron con generosidad las diferentes agendas y diferencias entre las partes a solicitar ante el arreglo y las disposiciones de esta negociación. Por último, se declararía el cese de los motivos del problema, en el tiempo más cercano y prudencial, sobre todo, con los deseos más estimulantes y de profunda importancia, se solicitaría el cese de las medidas punitivas contra el Estado para que los negocios de Venezuela se puedan resolver y atender dentro de las reglas internacionales sin que operen motivos que interrumpan su desarrollo, disciplina y orden.

Aunque no se crea, las posiciones se han estrechado y los anos inmediatos por llegar se presentan con muchos problemas. Por ello, pensamos, que la negociación, más que una necesidad es una verdadera conveniencia. Por otro lado, no hay enemigo pequeño. Lo que ayer se daba con parquedad, hoy se tiene que ceder con largueza y aquí vale la pena agregar: “todo esto servirá, si sirve, con holgura, servicios y desprendimiento a la Venezuela que todos queremos”.

Luis Acosta

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