Los falsos demócratas. Por Alfonso Hernández Ortíz (@ AlfonsoZulia)

A propósito de la convocatoria a elecciones presidenciales en Venezuela, puedo percibir el gran rechazo que manifiesta la ciudadanía hacia la clase política del gobierno y oposición, no hay un referente político actual que pueda recoger el descontento de la gente y mucho menos levantar la esperanza de que las cosas podrán cambiar para mejor; ya que son las mismas caras las que presentan sus nombres con la obsesión por mantenerse en el poder, son los mismos políticos que hoy asquea la ciudadanía, ya que se han alejado de dignificar la política, de administrar los recursos públicos con pulcritud, para dedicarse con toda la impunidad al saqueo de la nación, a enriquecerse, incumplir las leyes, rodearse de privilegios y  disfrutar de las mieles del poder, muy distantes a servir al pueblo y a la defensa del bien común.

Lo lamentable ante esta trágica situación, es que ante el contubernio de la clase política, ellos seguirán compartiéndose el poder, unos desde las estructuras y presupuestos de las instituciones del Estado y otros desde las prebendas, contratos y privilegios, a cambio de la complicidad y omisión, ya que el mejor aliado del oficialismo, han sido los que juegan bochornosamente a confrontarlos. Con la agravante es que no hay manera posible en el presente que la ciudadanía se manifieste en rebeldía ante esta fatídica clase política, ya que el inmenso poder acumulado que controlan, está en minusvalía a la capacidad de reacción de los ciudadanos condenándolos a la derrota.

En palabras de Francisco Rubiales “el ciudadano siempre está en desventaja cuando, indignado y asqueado por la injusticia y el abuso, decide enfrentarse al poder político. Pronto comprobará que si se rebela contra el gobierno, la victoria es casi imposible porque los gobernantes, aunque sean canallas y corruptos, cuentan con todos los recursos del Estado, con dinero abundante, legiones de abogados y asesores y con la capacidad de presionar y retorcer las leyes”.

Ciertamente, esta realidad va en detrimento de la esencia de la democracia, solo beneficia al grupito, a la elite, a las cúpulas que hablan en nombre del pueblo, pero a la vez barren el piso con sus derechos y su dignidad, hablan de igualdad, pero no pueden ocultar sus lujos y privilegios, pregonan el socialismo, pero ostentan el capitalismo en todas su formas y maneras. Dicen luchar por la paz, la justicia y la democracia, pero a la vez utilizan el monopolio de la fuerza para aterrorizar al pueblo, el sable del miedo para arrodillarlo y el poder del Estado para subyugarlo a su merced.

Plantea, Rubiales que la democracia es un alzamiento del pueblo contra las injusticias, diferencias y privilegios que los poderosos disfrutaron a lo largo de la historia. Platón, afirmó que la democracia siempre tiende a deteriorarse, por culpa de los ambiciosos y los corruptos y que después de la democracia llegan siempre la oligarquía y posteriormente la tiranía. En el presente, la verdadera democracia sólo se entiende como un sistema ideado para doblegar el poder abusivo del Estado y de las castas que se han enquistado en él, apoderándose de sus recursos y resortes.

Finalmente, según Rubiales la democracia, en estos inicios del siglo XXI, no se entiende ni existe sin una lucha ciudadana contra cualquier tipo de relación de dominio. La rebelión contra el poder, sobre todo cuando éste es inmoral, corrupto y abusivo, es una condición fundamental de la democracia. Sin embargo, la lucha del ciudadano contra el poder inicuo sigue siendo desigual e injusta, a pesar de la teórica vigencia de la democracia. El único poder que han dejado en manos del pueblo son las elecciones, pero son procesos cada día más trucados y controlados por el poder, con candidatos que ellos mismos eligen, con recuentos de votos opacos e imposibles de garantizar, con promesas que después incumplen, sin respeto alguno a la democracia y a la ciudadanía.

Los falsos demócratas, son de derechas como de izquierdas, le han dado la espalda al pueblo y gobiernan para ellos mismos, para sus partidos políticos, para sus aliados, para sus patrocinantes y para sus egos.

 

DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo- Abogado / dialogopublico@gmail.com / @ AlfonsoZulia

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...