«La Unasur hará esfuerzos para que la oposición venezolana acceda a la libertad de prensa»

La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) «está determinada» a que las próximas elecciones legislativas de diciembre en Venezuela se realicen en un marco de normalidad democrática, sostiene el secretario general del organismo, Ernesto Samper. La entidad es la única invitada por el gobierno de Nicolás Maduro a observar esos comicios.

En entrevista con El Mercurio durante su reciente visita a Santiago, Samper -Presidente de Colombia entre 1994 y 1998- aseguró que la Unasur va a tener la capacidad de cumplir su función no solo el día de las elecciones, el 6 de diciembre, sino de ofrecer las garantías y todas las condiciones necesarias para un proceso electoral en calma. No obstante, la oposición venezolana insiste en que haya misiones de observación de otros organismos, como la OEA y la Unión Europea, para garantizar la transparencia del proceso. En las elecciones anteriores, las presidenciales de abril de 2013, los opositores cuestionaron el recuento de los votos y la falta de información oficial por cinco horas después de cerradas las mesas. Maduro ganó con 50,66% frente al 49,07% de su rival, Henrique Capriles.

-La Unasur ha venido impulsando un diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana… Desde el exterior se aprecia que no hay mayores avances, ya que todavía vemos dirigentes presos y sin condenas… ¿En qué están esas gestiones?

«Creo que son dos temas distintos. En el tema del diálogo democrático, y en general del mantenimiento de la continuidad democrática, las autoridades electorales fijaron el mes de diciembre para la celebración de elecciones, y eso le permite a Unasur enviar la misión de acompañamiento electoral que nos había sido solicitada. Estamos organizando una de las más importantes misiones que haya enviado Unasur para acompañar un proceso democrático y electoral, y será el interlocutor permanente entre el gobierno y la oposición. Creo que es una buena noticia lo que ha conseguido Unasur, obrando por un camino discreto, diplomático e institucional.

Sobre el tema de los detenidos, Unasur ha sostenido la posición de que se debe respetar celosamente el debido proceso. Los cancilleres que tienen asignado el tema en Unasur, concretamente los de Brasil, Ecuador y Colombia, tuvieron la oportunidad de hablar con las autoridades judiciales del país, con el fiscal, la Corte Suprema, el Defensor del Pueblo, para pedir garantías en el enjuiciamiento de estas personas que están detenidas. Por supuesto, este es el camino y este es el escenario en el cual realizamos estas gestiones. Nuestro papel no es atizar, sino apagar incendios».

-Hasta el momento, Unasur es la única entidad invitada a monitorear las elecciones parlamentarias… ¿Cómo asume esta enorme responsabilidad de velar por unos comicios transparentes?

«No nos oponemos, y lo dije en su momento, a que haya otras organizaciones internacionales que acompañen a Unasur. Sin embargo, la responsabilidad de formular esta invitación no es de Unasur, sino de las autoridades electorales venezolanas, y ellas juzgarán quiénes deben y pueden o no pueden acompañar esas elecciones. Es más, nosotros asumimos la responsabilidad inclusive de estar solos en el proceso de observación electoral. Tengo la firme convicción de que este equipo va a tener la capacidad de cumplir su función en excelente forma».

-Dentro del proceso electoral hay dos momentos: el día de la votación y la campaña. ¿Considera la Unasur que puede haber una campaña justa, dado que la oposición casi no tiene acceso a los medios de comunicación, ya que la mayoría están copados por el oficialismo?

«Esos serán los temas que tendrá que plantear la oposición a esta misión de acompañamiento. Haremos esfuerzos para que la oposición acceda a la libertad de prensa, pues nuestra posición es que debe haber un acceso suficiente y sin restricciones de los medios de información. Eso, tanto de parte de la oposición a medios que están identificados con el gobierno, como del mismo gobierno con acceso a medios que también existen en Venezuela que están identificados con la oposición».

-En este mismo sentido, ¿qué le parece la inhabilitación de cinco candidatos en los últimos días, entre ellos la ex diputada María Corina Machado? ¿Representa esto una demostración de democracia plena?

«No emitimos juicios de valor sobre casos particulares. Nuestra posición de carácter institucional es que debe haber una libertad para que todas las personas se presenten. Unasur hará gestiones por eso, y si hay inconvenientes e inhabilitaciones, como los que existen en todos los procesos electorales, habrá mecanismos institucionales para que estas inhabilitaciones y dificultades para ser elegido se presenten ante los organismos correspondientes. Entre las tareas que asumirá esta misión de acompañamiento electoral está la de poder tramitar estas diferencias y estas preocupaciones delante de los organismos que puedan resolverlas».

Proceso de paz en Colombia

En el gobierno de Ernesto Samper en Colombia (1994-1998) no se avanzó sustancialmente en diálogos con movimientos guerrilleros, pese a algunos intentos, especialmente con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y el Ejército Popular de Liberación (EPL).

Ahora, con las negociaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC en La Habana, Samper piensa que si éstas prosperan, Unasur podría tener un rol en un monitoreo de una eventual tregua bilateral o en la etapa de desarme, desmovilización y reinserción, siempre que los negociadores así lo pidan.

Sobre el tema de si los líderes de las FARC deben enfrentar la justicia y castigados con cárcel debido a que están acusados de crímenes de guerra y lesa humanidad, sostiene que pueden ser juzgados con las normas que ofrece la justicia transicional y que no necesariamente eso implica que vayan a prisión. Podrían, por ejemplo -dice-, hacer trabajos comunitarios y colaborar en la enorme tarea de desminado.

«Hay sectores que están interesados en convertir el tema de si hay cárcel o no cárcel en una especie de bomba contra la paz», indica, añadiendo que «este es el momento de actuar con generosidad y dejar atrás las viejas polarizaciones».

Su retorno a Estados Unidos

Samper fue acusado en 1994 de recibir financiamiento del Cartel de Cali para su campaña presidencial, y se emprendieron acciones judiciales conocidas como el «Proceso 8.000».

El juicio tuvo un gran impacto político en Colombio, pero en julio de 1996 el Mandatario fue absuelto por la Cámara por 111 votos contra 43, y se archivaron los cargos. Ni culpable ni inocente, el proceso fue cerrado. Sin embargo, Estados Unidos le quitó la visa.

Hace pocos días volvió a visitar ese país, pero entró con pasaporte diplomático.

Samper cuenta su experiencia del retorno. «Primero déjeme decirle que me quitaron la visa por razones estrictamente políticas, y espero que algún día ésta regrese por esos mismos caminos. No he hecho en estos años un debate alrededor de esta situación, pero espero que mis argumentos sobre las condiciones en las cuales fue retirada la visa puedan ser tenidas algún día en cuenta.. Mi llegada a Estados Unidos, y concretamente a Nueva York, fue desde el punto de vista de mi cargo muy gratificante, porque realicé largas e importantes jornadas en Naciones Unidas. Tuve la oportunidad de hablar con todas las autoridades, y en el plano personal, he ido varias veces a Nueva York, y fue como un reencuentro con una vieja novia».

Sobre si esta situación afecta su gestión en la Unasur, el secretario general señala: «No, en absoluto. Todo lo que he podido hacer en estos 20 años lo he hecho como todo en mi vida, con la frente en alto».

DC | GDA

 

 

 

 

 

 

 

 

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