Fatuo discurso como el orador, por Alberto López Nuñez (@alopeznunez) 

El pasado 20 de julio el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, instaló el Congreso con un fatuo discurso, revelador de su vanidad ridícula.

 

Juanhampa se demostró una vez más el cínico representante de una clase política que está en sus estertores, dado el alto rechazo de la población colombiana a sus instituciones y representantes: el pueblo rechaza por igual a los partidos corruptos y huecos de una doctrina y unos principios que guíen su actividad , así como a los narcoterroristas y criminales de lesa humanidad de las Farc y ELN, a los cuales el fatuo Presidente implora se les llame honorables luchadores por la felicidad del pueblo colombiano. La conjunción de ese liderazgo corrupto y cínico con los narcoterroristas para implantar en Colombia el fracasado Socialismo del Siglo XXI, es el farcsantismo, lo cual está fielmente representado en ese discurso.

 

Comienza con un exabrupto histórico, comparar la actual situación colombiana con la Patria Boba. Se conoce así al período de la historia de Colombia comprendido entre las declaraciones de independencia de 1810 y la entrada a Santa Fe de Bogotá de los realistas durante la reconquista española. Este período fue caracterizado por la inestabilidad política y varias guerras regionales y civiles en una nación en formación. Pues bien la situación es diametralmente distinta, en primer lugar no hay disenso ni en la población, ni en las élites, respecto a la forma del Estado de Derecho democrático que se ha dado Colombia; en segundo lugar, no hay ninguna inestabilidad política, ni estamos en un estado de formación nacional, pero sobre todo, no hay una amenaza exterior como la representada por Morillo. Lo que existe es la pretensión del gobierno Santos de arrodillarse ante los narcoterroristas para darles el cogobierno en una etapa inicial de entregarles el poder.

 

JMS con el equivocado símil pretende decirnos que hay división con respecto a la paz. Gran error, sobre la paz hay un consenso absoluto en Colombia, todos la queremos. Lo que hay es un rechazo abrumador (más del 80%) a la paz con impunidad que quiere imponer el gobierno para complacer al más grande cartel narcotraficante del mundo, permitiéndosele mantener las armas, no pagar por sus crímenes, participar en política y continuar con sus negocios ilícitos. Santos lo que pide es unanimismo, típico de los sistemas totalitarios.

 

Reconoce que vivimos tiempos de crisis económica, pero no confiesa el enorme despilfarro del gobierno, la ineficiencia del gasto, la mermelada y el incumplimiento masivo de las metas gubernamentales.

 

El resto del discurso es una imitación de Lewis Carroll, en vez de “Alicia en el país de las maravillas” tenemos “Santos en el país de la fantasía”; la Colombia que él nos pinta solamente existe en su imaginación, como lo demuestra la gran contradicción entre el estado de la nación que él describe y el que nos presenta la población colombiana a través de las encuestas.

 

Perdió la oportunidad el Presidente Santos de reconocer el fracaso de sus políticas como lo demuestran las encuestas, rectificar el rumbo y allí sí en base a esa rectificación convocar a la gran unidad nacional, es que hasta en eso se parece a su nuevo mejor amigo Maduro. En vez de actuar como un estadista, Juan Manuel Santos reveló con ese fatuo discurso ser un engreído personaje, que como en póker juega el destino de la Patria, por satisfacer su infinita vanidad.

 

DC/ PHD Alberto López Núñez / @alopeznunez

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...