¡Tengo hambre! dadme de comer… Por Gervis Medina (@gervisdmedina)

¡La Paz esté con vosotros! decía “Jesús resucitado” a sus apóstoles. Despavoridos y llenos de temor, pensaron que veían a un espíritu, y él les dijo: ¿Por qué os asustáis y por qué os vienen al corazón estos pensamientos? Tengo hambre y los fantasmas no comen, dadme de comer. Ellos le dieron un trozo de pescado a la brasa; lo tomó y se lo comió delante de ellos».

Estos apóstoles, lo ven, lo miran, tocan a las cicatrices que quedaron después de la crucifixión asombrados de haber regresado de la muerte, murmuraban y “Jesús” repetía “tengo hambre, dadme de comer” ¡pues! no le paraban bolas. Solo se concentraban en la duda si era él o no.

“Jesús” a través de éste mensaje, quería hacer ver a sus discípulos, que los fantasmas o espíritus no tienen hambre, y por lo tanto, no pueden pedir comida y desde el punto “científico” él estaba “vivo” por eso pedía alimentos.

La Resurrección, confirma de modo nuevo que “Jesús” es verdadero hombre: si el Verbo para nacer en el tiempo “se hizo carne”, cuando resucito volvió a tomar el propio cuerpo de hombre. Sólo un verdadero hombre, ha podido sufrir y morir en la cruz, sólo un verdadero hombre ha podido resucitar. Resucitar quiere decir volver a la vida en el cuerpo. Este cuerpo puede ser transformado, dotado de nuevas cualidades y potencias, y al final incluso glorificado, pero es cuerpo verdaderamente humano.

Así mismo, actúa el liderazgo “Político” en nuestro país, la sociedad venezolana  exige a los políticos y partidos políticos, que los escuchen, que no son fantasmas ni espíritus, que tienen “hambre” de soluciones a los problemas cotidianos. Que tienen ideas de cómo salir de este atolladero, que por cierto no solo fue Chávez y Maduro quienes nos metieron en ello, también  fueron quienes se hacen llamar líderes de la oposición. Esos mismos, que detentaban el poder en la cuarta república y a través de sus actos de corrupción condujeron el nacimiento de Chávez y su malvavisca quinta república.

El secreto de la libertad, radica en tener conocimiento. Mientras el secreto de la tiranía está en mantener la ignorancia, estamos inmersos en una guerra, del tipo no convencional entre los Poderes Constituidos y poderes fallidos; así mismo, entre los actores políticos del Gobierno y representantes de la oposición, por lo que, terminamos entendiendo que la “Crisis Política” se agrava cada día por la confrontación existente, mientras los ciudadanos estamos sufriendo las consecuencias de esta nefasta guerra por el Poder y sus juegos del hambre.

¡Pregúntate a ti mismo! ¿Cuáles son los hechos? ¿Cuál es la verdad que los hechos revelan? Nunca te dejes desviar, ya sea  por lo que deseas creer o por lo que crees que te traería beneficio si así fuera creído. Observa única e indudablemente cuáles son los hechos. Eso es la aplicación de lo intelectual, es aplicación de lo científico.

Hoy en día es muy difícil combatir la ignorancia. Sobre todo, porque cuando afecta, no estamos al corriente de ello. Valga de ejemplo lo que le ocurrió a Sócrates, en la Grecia del siglo V a. c. Sabemos que el maestro fue condenado a muerte por hablar sobre la moral y la democracia, como la de ahora; que contribuyó a crear y en la que posiblemente creyó. Su delito: denunciar la “corrupción” y el pisoteo de las “libertades” por aquellos que ostentaban el poder y sus círculos clientelares.

La ignorancia, pasó a ser el modus vivendi del venezolano, o mejor dicho el modelo político en una cosa llamada Venezuela, y vaya que si lo es, existen personas que abusan de este privilegio. Nos han confundido presentándonos en plato de plata la deseada libertad individual, sea del tipo que sea: y nos hemos dejado engañar y dominar por los lenguajes políticos y las bondades materiales ofrecidas y no consentidas.

Debemos comportarnos como apóstoles de la justicia social en Venezuela. Buscar el perfeccionamiento en todo; capacitación profesional, actividad ciudadana, en la cultura y en la actitud ante la vida y ante la eternidad. Mientras más conocimientos adquiramos y más experiencia acumulemos, más conciencia tomaremos de lo ínfimo de la criatura humana ante la inmensidad de lo creado y de nuestro Creador. Y alejaremos la ignorancia como modelo político.

Debemos aprender las virtudes cristianas y la sana distribución del tiempo; tiempo para orar, tiempo para hablar, tiempo para callar, tiempo para oír, tiempo para trabajar, tiempo para estudiar, tiempo para amar y para hacernos amar.

Por otro lado, “Jesús” nos dice,  que la terquedad nos impide tener sanas relaciones. La terquedad es obstinación, es el empecinamiento en la opinión propia. La gran mayoría de nosotros, somos conscientes que hemos sido o somos tercos en algún grado. Pero no es suficiente reconocer este defecto, necesitamos tomar medidas para eliminarlo de nuestra personalidad en el mayor porcentaje que podamos. Cuando la terquedad es irracional y mal encausada, trae consecuencias terribles para la persona y puede que para la familia también.

Muchas veces, nos toca perder por no aceptar que otros tienen razón, o que nosotros deberíamos cambiar de actitud. Incluso, en estos momentos estamos atravesando la peor crisis antropológica, una situación penosa porque no renunciamos a nuestro punto de vista. Es así que podemos llamar también a la terquedad u obstinación, soberbia, y Dios tiene tratos de lejos con los soberbios, Amigo, ¿Cuántas plagas necesita usted para cambiar de actitud?

Escuchamos con horror en los noticieros, la descripción y desenvolvimiento de una visión maniqueísta y de telenovelas con carga de heroísmo, además de actos de terrorismo, violencia y destrucción. Todas estas son acciones del hombre, pero ninguna de estas podemos llamar “acciones humanas”. Con frecuencia nos referimos a estas acciones como “salvajes” o “bestiales”, pues las consideramos más afines a las actuaciones de los animales y no a las de los humanos.

Hay “hambre” de alimentos para el pueblo y al mismo tiempo, “hambre” de Poder para los políticos. El “hambre” que padecemos se está manifestando por diferentes vías. En cambio, la hambruna, es el sueño al que muchos apostarían llevarnos por egoísmos maquiavélicos en planes de interés político para mantenerse  y/o tomar el control de Venezuela.

En estos juegos del hambre, existe la confrontación “pueblo contra pueblo”, la cual nos ha permitido evaluar dos cosas interesantes; por un lado, conocer la parte más vil y baja del ser humano, sobre todo el que capitaliza dinero a través de la miseria y hambre; por otro lado, la bondad y solidaridad del venezolano que da su mano y comparte lo poco tiene para salir adelante.

Cuando Venezuela, vuelva a su realidad de país rico en recursos, su talento humano será colectivo de pueblo entrenado para transformar y crear. Ese día los políticos pasaran de un “hambre” de poder, a una “hambruna” de su propia miseria humana.

La sociedad, debe aprender a identificarlos y olerlos. Los tiempos cambiaran, el “hambre” en resistencia nos dará la lección porque ahora tenemos “hambre” de lucha.

Como en estas tierras la realidad siempre doblega a la ficción, los Juegos del “Hambre” superan con creces el grado de perversidad que pueda concebir la imaginación más desbordante de una trama novelesca. Donde veremos a los parásitos “partidos políticos” tradicionales y emergentes decir: ¡Tengo hambre! dadme de comer…

DC / Gervis Medina / Escritor / @gervisdmedina

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