Freddy Superlano: Sin el liderazgo correcto vamos a desaprovechar la oportunidad de derrotar a Maduro

El triunfo de Barinas el 9 de enero de 2022, la última victoria real que tuvo la oposición desde 2015, es la carta de presentación con la que Freddy Superlano, precandidato presidencial de Voluntad Popular, aspira ganar la primaria opositora y convertirse en el próximo líder que guíe al país de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

Hoy, al representar la esperanza política de un partido cuyos principales líderes se han visto condenados al exilio, Freddy Superlano considera que la frase «El hombre y sus circunstancias», en su caso, «encajan a la perfección».

«Hasta hace poco era un dirigente político regional. Después de los hechos de Barinas empecé a asumir una responsabilidad dentro de Voluntad Popular a partir del año 2022 y, con lo que sucedió con Juan (Guaidó), ahora asumimos esta responsabilidad», dice con humildad en entrevista con El Nacional.

Desde las oficinas de la tolda naranja en Caracas, el líder barinés de 47 años se muestra sereno, comedido y conciliador. Consciente de que «el llanero es del tamaño del compromiso que se le presente», asume este reto que, a su juicio, le permitirá a todos los contrincantes opositores «entender cómo abordar la problemática venezolana en este momento, desde lo humano, lo social e, inclusive, lo científico».

Para Freddy Superlano, la primaria de la oposición, a celebrarse el próximo 22 de octubre, es una «herramienta que va a agitar la conciencia del ciudadano». Además, indica, va a alinear a la dirigencia opositora para enfrentar la mayor exigencia que tienen; que es organizarse, movilizarse y defender el voto cuando se enfrente al chavismo en las venideras elecciones presidenciales.

Afirma que este hecho político «va a trascender más allá de la escogencia de un candidato», puesto que, de cara al 2024, quien resulte electo en la primaria va a representar «la esperanza de cambio de la gran mayoría de los venezolanos».

Aunque «lo variopinta de la oposición» -que actualmente cuenta con al menos 11 precandidatos presidenciales- pueda percibirse «como una debilidad», el dirigente de VP estima que es «una fortaleza».

Resalta la importancia de que los distintos candidatos recorran el país, nutriendo el discurso y la narrativa, elaborando propuestas y presentando su oferta electoral, para que se vuelva a «agitar de nuevo la esperanza» y se conecte, de alguna manera, con esa población que hoy se muestra apática.

«Hoy en día todavía la sociedad venezolana, la gran mayoría, no está involucrada dentro de este proceso de escogencia de candidatos de los factores de oposición», reconoce.

No obstante, el dirigente político sostiene que el 82% del país que hoy rechaza al gobierno de Nicolás Maduro y sus seguidores ya no compran el discurso de «rodilla en tierra» ni el de «restearse con hambre y desempleo».

«Hay un pequeño grupo que continúa aprovechándose del sacrificio de grandes masas que en algún momento creyeron en una oferta del país que le hicieron, que se hicieron la esperanza en ver una Venezuela distinta a la que habían vivido, tal vez, y lo que han visto durante 23 años es como una pequeña cúpula se sigue usufructuando del sacrificio de otro«, señala.

Por este motivo, considera, esa mayoría que ya no cree en los llamados gubernamentales «se lo va a cobrar» en las próximas elecciones. Un ejemplo, menciona, es que muchos oficialistas votaron por él el 21 de noviembre de 2021 y por Sergio Garrido, actual gobernador de Barinas, el 9 de enero de 2022.

«Yo no creo que la gran mayoría le esté comprando el discurso porque no es creíble ese llamado a un sacrificio, cuando la verdad es que los hijos de esa cúpula gobernante si salen del país es para estudiar, por ofertas de trabajo o de negocios, no como los nuestros que salen por necesidades distintas. Ya no se lo creen y se lo van a cobrar en el momento que tengan una elección«, asevera.

Elecciones «medianamente transparente»

Freddy Superlano destaca la importancia de construir una elección con «medianas condiciones» ante la «lección de vida» que, cree, el pueblo le dará al chavismo en el próximo escenario electoral.

A su juicio, el Consejo Nacional Electoral (CNE) enfrentará el reto de celebrar unas elecciones «medianamente transparentes» para renovar la imagen de Nicolás Maduro y lograr que este vuelva a gozar del reconocimiento internacional.

Eso, añade, fue lo que intentaron hacer en las elecciones regionales de 2021, pero la situación que se suscitó en Barinas echó este esfuerzo por tierra. Debido a esto, continúa, surgió el informe del equipo de observadores de la Unión Europea, que señalaba, entre otras cosas, la falta de separación de poderes.

«El interés de Nicolás (Maduro) por hacer una elección no es para poder gobernar en el país, porque el poder fáctico lo tiene. Pudieran hacer como han hecho otras dictaduras que hacen una consulta, un plebiscito y lo tratan de manipular. En este caso, él trató de hacer un esfuerzo para que las elecciones del 2021 fueran creíbles ante la comunidad internacional y construir una narrativa de que en Venezuela habían condiciones para una elección presidencial, pero no fue así», apunta.

Pese a admitir que el gobierno «tiene todos los poderes en sus manos para tomar decisiones» y tratar de «confundir y boicotear» a la oposición, afirma que su búsqueda de legitimidad le brinda una oportunidad a la dirigencia opositora para derrotar a Maduro en el 2024.

«Si no visualizamos que es una posibilidad cierta que se nos pueda presentar, vamos a ser de nuevo unos incautos ante un gobierno que tiene un poder fáctico. Si no tenemos el liderazgo correcto, vamos a cometer los errores que hemos cometido en el pasado y vamos a desaprovechar la oportunidad de derrotar a Nicolás Maduro en las urnas electorales», subraya.

– Por casos fortuitos, hoy Freddy Superlano representa la aspiración presidencial de VP, ¿cómo se prepara para asumir este reto?

-Hasta hace poco era un dirigente político regional, con intenciones de aspirar en su estado, donde por más de 23 años habíamos adversado a una familia que ostentaba el poder. Nosotros ya veníamos haciendo un trabajo en el país, nos había permitido conocer parte de la realidad que vivía el venezolano, no muy distinta a la que vivíamos nosotros en nuestra provincia (Barinas), pero ahora con esta posibilidad cierta. No es cualquier cosa, es asumir un compromiso que va mucho más allá de lo que te puedes imaginar. Hoy en día seguimos representando el interés del ciudadano común, mucho más allá de los partidos políticos, de generar un cambio político en el país.

-La gran cantidad de candidatos genera la percepción de desunión dentro de la oposición, ¿cree que la primaria sirva para despejar esas dudas y consolidar la unidad?

-El hecho de que existan muchos candidatos no habla mal sino bien de los factores de oposición porque hay muchos liderazgos. La primaria se abre como una oportunidad. Primero, para que aquellos liderazgos que no han tenido la oportunidad de sobresalir en el país durante todo este tiempo, lo hagan. Por otro lado, también te permite recorrer el país, que le hace falta esa dosis de agitación para prepararnos para lo que viene. La primaria es una herramienta fundamental para decantar liderazgos, para consolidar también liderazgos, atraer la legitimación y, sobre todo, para alcanzar un gran acuerdo político de las distintas visiones del país. Todo con un objetivo común, que no es otra cosa que el cambio político en Venezuela. Urge que los candidatos puedan reunirse cara a cara en los próximos días para establecer algún tipo de condiciones o parámetros fundamentales para el desarrollo de la primaria. Sin intermediarios, sin interlocutores, los mismos candidatos viéndose la cara. Al país le hace falta que nosotros podamos brindarle esa sensación de responsabilidad, entendiendo que, aún existiendo diferencias entre nosotros, somos capaces de repararla para enfrentar el desafío mayor.

-¿Cuál sería el principal reto de esta primaria para la oposición?

-Las disputas internas de las distintas visiones dentro de la oposición han hecho que se haya debilitado, por así decirlo, la percepción de credibilidad en los actores políticos. Es el mundo político el que tú ves activado en la calle (con la primaria), son los partidos políticos, pero no lo ves a la ciudadanía todavía. Hay desafíos que lo anteceden. Rescatar la credibilidad en la gente, la confianza de nuevo en el voto y, también, en nuestras propias capacidades de construir criterios que nos lleven a la unificación de todas las distintas posiciones que hay dentro del gran mundo opositor.

 

 

 

 

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