Pedro Castillo niega tener vínculos con corrupción y reconoce tener «errores y desaciertos» en su gestión

El presidente de Perú, Pedro Castillo, reconoció este martes «errores y desaciertos» en sus casi ocho meses de gestión, pero negó las acusaciones que lo vinculan con actos de corrupción, lo que atribuyó a un intento «sistemático» de un sector de la oposición por cuestionar su legitimidad.

Durante una comparecencia ante el pleno del Congreso que se extendió por más de una hora, el mandatario hizo un llamado a la conciliación política para «poner fin a las disputas mezquinas» y trabajar «juntos» por el bienestar del pueblo peruano.

«Como presidente de la República, tiendo mi mano para construir puentes, promover el diálogo y trabajar juntos por la agenda país», aseveró el mandatario ante el hemiciclo, donde concurrió para brindar un inusual mensaje en medio de la admisión a trámite de una moción que pide su destitución.

a tarde cuando Castillo, flanqueado por congresistas oficialistas y ataviado con la banda presidencial, pisó la alfombra roja para pasar revista a las tropas que lo esperaron en la Plaza Bolívar, en el centro de Lima, donde descansa el Palacio Legislativo.

El despliegue mediático y las expectativas fueron enormes, luego de que el primer ministro, Aníbal Torres, anunciara que habría «sorpresas» y corrieran rumores sobre la posible presentación de un proyecto de ley para adelantar las elecciones generales en el país, algo que finalmente no se dio.

Luego dio un giro al tono de su discurso y anunció que iba a «rendir cuentas» y a deslindarse «enérgicamente» de las acusaciones en su contra por parte de «sectores mediáticos y políticos» que lo vinculan con supuestos actos de corrupción.

«El tiempo me dará la razón. Con la frente en alto, como siempre le hablo al pueblo, hoy reafirmo de manera categórica que no he cometido ningún acto de corrupción, menos participado en situación alguna que haya buscado favorecer intereses particulares», sentenció.

Tras reconocer que ha incurrido en errores que «ameritan corregirse», Castillo reiteró que nunca refirió dar acceso al mar a Bolivia, una de las principales críticas que le hace la oposición, e insistió en que su gestión será inflexible ante la corrupción.

En ese sentido, acusó a un sector político de «no aceptar» su triunfo electoral y dedicarse a impulsar un «intenso y sistemático trabajo para cuestionar la legitimidad del presidente de la República y obstruir las labores del Ejecutivo con el único propósito de vacar al presidente o encontrar mecanismos para recortar su mandato».

Justamente con el objetivo de poner fin a la escalada de «tensiones y enfrentamientos» entre los dos poderes del Estado, Castillo hizo un llamado a buscar «puntos de coincidencia y consensos» para satisfacer las demandas de los ciudadanos y revertir la «crisis institucional dañina y perniciosa» que afronta su país.

«Es el momento de poner fin a las disputas mezquinas y trabajar por los grandes objetivos nacionales. Es momento de acabar con la polarización y la incertidumbre, que impiden nuestro crecimiento, progreso y desarrollo», aseguró.

En otro momento, alertó de que «la polarización y confrontación política desenfrenada desde hace más de un quinquenio» en Perú viene afectando la «gobernabilidad y la frágil institucionalidad democrática del país».

Lamentó, en ese sentido, que esto perjudica especialmente a la población más pobre y vulnerable de su país.

Con información de La Verdad.

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