Más de 50 países se comprometen a eliminar la producción de carbón en el COP-26

La combustión de carbón es la mayor fuente de las emisiones de CO2 producidas por el ser humano, destacan expertos y organizaciones ambientalistas como Greenpeace. Con esta tesis en mente, Reino Unido, anfitrión de la cumbre climática de la ONU, COP26, prometió este 4 de noviembre “el fin de la era del carbón”.

El presidente de la cumbre, el británico Alok Sharma, confirmó que 77 países que participan en el encuentro se comprometieron a cerrar gradualmente las plantas donde producen ese combustible fósil, las cuales generan más del 35% de la electricidad global, y a no construir nuevas.

«Hoy, creo que se puede decir que el fin de la era del carbón está a la vista (…) ¿Quién hubiera pensado en ese momento que podríamos cerrar el grifo de la financiación internacional del carbón o que daríamos la espalda a las centrales eléctricas de carbón?», aseguró Sharma al referirse a los pactos logrados desde 2019.

El Gobierno británico agregó que espera que 190 países, casi la totalidad del planeta, firmen eventualmente el compromiso no vinculante. El plan prevé que los territorios más desarrollados renuncien al uso y producción de carbón para la década de 2030 y que las naciones más pobres lo hagan para el periodo de 2040.

Entre los avances concretos, los Fondos de Inversión Climática (CIF) informaron en las últimas horas que India, Indonesia y Filipinas se unirán a Sudáfrica como los primeros receptores de un multimillonario programa piloto destinado a acelerar su transición del carbón a energía limpia.

Los cuatro países representan el 15% de las emisiones globales relacionadas con ese combustible.

No obstante, los anuncios más atractivos en esta materia no siempre van acompañados de unanimidad y acciones inmediatas. Por ahora, no hay indicios de que países como China o Turquía, que planean construir una serie de nuevas centrales eléctricas de carbón en los próximos años, se sumen a este objetivo.

Beijing no ha señalado nada sobre las plantas de carbón que se encuentran en su territorio, las cuales representan casi la mitad de las 2.600 en servicio o en construcción en todo el mundo.

25 naciones acuerdan dejar de financiar combustibles fósiles en el extranjero

Además de las producciones de los combustibles fósiles para uso interno, los partidarios de la descarbonización apuntan a atacar la fuente del negocio en el extranjero.

25 países e instituciones, entre ellos Estados Unidos, Costa Rica, Reino Unido, Italia, Eslovenia, Albania, Portugal y el Banco Europeo de Inversiones, pactaron en el marco de la cumbre climática dejar de financiar combustibles fósiles en otros países, para finales de 2022.

«Daremos prioridad a nuestro apoyo por completo hacia la transición de energía limpia, utilizando nuestros recursos para mejorar lo que puede ofrecer el sector privado», sostuvieron estas naciones en una declaración conjunta, donde subrayaron que esa meta debe tratar de «no causar un daño significativo» a «los objetivos del Acuerdo de París, las comunidades locales y los entornos locales».

Aunque el Gobierno chino admitió que prometió el mes pasado no financiar más las centrales eléctricas de carbón fuera de sus fronteras, no se comprometió con este documento. Tampoco lo hicieron países como Japón, Rusia o Australia, otro de los grandes contaminadores per cápita de todo el planeta.

La promesa de algunas potencias puede chocar con la reticencia de naciones en desarrollo que siguen viendo en el carbón una energía económica y accesible.

Por lo tanto, está previsto que la demanda de ese combustible alcance un nivel récord este año, particularmente en Asia, donde se encuentran más del 90% de las 196 centrales eléctricas de carbón en construcción.

¿Será posible alcanzar la meta de cero emisiones netas de carbono para 2050?

Todos los compromisos mencionados apuntan a reducir los gases contaminantes para cumplir el objetivo global de cero emisiones netas de carbono para 2050, el objetivo general de este encuentro en Glasgow, Escocia.

En esa dirección, el paso más urgente es lograr para los próximos años un aumento máximo de 1,5 grados Celsius en la temperatura de la Tierra, en comparación con el período preindustrial.

Sin embargo, un nuevo estudio del Global Carbon Budget indicó que las emisiones de gases de efecto invernadero están cerca de volver a los niveles de 2019. La pandemia del Covid-19 había dado un respiro al planeta.

«Esperábamos un repunte después de que la pandemia detuviera la economía global (…) Pero nos sorprendió la intensidad y la velocidad del rebote», aseguró el autor del estudio, Pierre Friedlingstein, investigador de modelos climáticos en la Universidad de Exeter, Inglaterra.

Una imagen aérea muestra gases quemados cerca de tanques de almacenamiento de petróleo, en San Antonio, Texas, Estados Unidos, el 31 de octubre de 2021.
Una imagen aérea muestra gases quemados cerca de tanques de almacenamiento de petróleo, en San Antonio, Texas, Estados Unidos, el 31 de octubre de 2021. © EFE/EPA/Tannen Maury

Además, el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU afirmó que las acciones ejecutadas hasta ahora conducen a un aumento de 2,7 grados en la temperatura global.

Por su parte, la Agencia Internacional de Energía (AIE) considera que, si todos los países respetan las obligaciones adquiridas, aún es posible limitar el calentamiento global a 1,8 grados centígrados.

Esa marca al menos se acerca al objetivo de 1,5 ° C, señalado por los expertos de Naciones Unidas como el límite que no debe superarse para evitar los efectos más devastadores y potencialmente irreversibles del cambio climático, como huracanes, olas de calor, sequías e inundaciones que ya han golpeado a distintas naciones.

France24 con Reuters y AP

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