Los Astros, El Puntualidad y La Serie Mundial. Por Luis Acosta

Ramon Monzant era el pitcher estelar del equipo clase A La Campana, en el béisbol amateur del Zulia. Carra Bracho lo era del Orange Crush de la Cervecería Regional y de los Oxigen Plan de Los Puertos de Altagracia.  Con estos dos mejores pitchers amateurs, que también lo fueron de todos los tiempos en Venezuela, queremos destacar la excelente categoría que vivíamos en los tiempos de formación. Si a esto le agregamos que Luis Aparicio se formó en el club La Deportiva, de Joseito Huerta, del barrio en donde vivía en Valle Frio, terminamos diciendo que Ramon y Carrao picharon en grandes ligas, mientras Luis Aparicio está en el Hall de la Fama en Cooperstown. 

Nosotros jugábamos en el equipo El Puntualidad, que logró reunir, en líneas generales y en el béisbol amateur un equipo tan bueno que se retiró invicto en los campeonatos regionales por lo menos 10 años.

Todo esto lo traemos a colación porque nos está tocando vivir el magnífico performance del manager Dusty Baker, 70 años después de El Puntualidad, en la ciudad de Houston que logró conformar un equipo sólido y completo capaz de hacer todo lo necesario, tal El Puntualidad lo hacía  por lo que fue siempre tan difícil ganarle. Hasta el medio loco de Siri disparó el jonrón para empatar uno de los juegos ganados más importante, pero sería insolente y de mal gusto quitarle a Siri la alegría y contagio que irradia en el campo y el dogout que tanta falta le hizo al equipo contrincante, Los Medias Rojas de Boston.

Nadie creía en el zurdito Valdez ni en el venezolano Luis Garcia. La inconsistencia de sus pocos strikes y muchas bolas era evidente pero ambos poseen unos lanzamientos duros y bien colocados además de la voluntad que los arropa y su valentía propia. Dusty se empeñó en que se formaran con eficiencia porque eran absolutamente necesarios. A nosotros nos recordaron al Mono Zuloaga, el zurdo mágico del Cervecería Caracas que cuando llegaba bien y controlado no había contrincante que lo estallara. Así mismo, Pressly fue soberbio cerrando los juegos en los episodios finales. Todo, trabajo de Dusty.

Maton parece más pitcher que matón. Tiene una recta cortante y su curva es una hojilla que parte los bates de los contrarios. Sobrio en el pitcheo, arrogante en su fuerza y excelente lanzador para 4 entradas. Eso lo descubrió Dusty y lo sacó de algún sitio. El manager de Los Astros fue ordenando su equipo de lanzadores de tal forma que, al final, parecía un ensamble para dominar a las abejas. El fanfarrón de Stanek puede escribir un libro de relevo que en vez de bases por bolas producía ponchados. Es sin duda, otra fabricación de Dusty que fue las bolas a los strikes. El dobleplay de Graveman-Maldonado-Correa del quinto juego de la serie por la Liga Americana , fue una joya de escasa repetición y de esas jugadas que 

necesariamente había que hacer. Correa , y sus aparatosas maniobras, se convirtieron en una carrera continua de sustos y éxitos.Altuve mofo varias veces pero mientras la segundas bases del Boston se caían como naipes, Altuve se levantaba, empezaba a comerse las uñas y después la sacaba de jonrón. 

McCormick, Meyers y Tucker fueron de los mejores jardineros del torneo e inventos incomparables del “hombre del palillo». Todos estábamos asustados frente al televisor pero el manager se mostraba seguro y tranquilo esperando los resultados que siempre llegaron afortunados. El zurdo Castro merece un gran reconocimiento del tamaño de su estatura. Sus batazos eran clásicos por su poder, por oportunos y por su necesidad. Maldonado no sólo partía bólido tras los fouls sino que, mientras los demás discutían las jugadas, ya él había hecho el toque y el out sobre el corredor. El out por regla de su pésimo bateo se ha justificado por la audacia en la dirección de sus pitchers, la paciencia de su tranquilidad y el control de los corredores contrarios. Su dobleplay con Correa fue la jugada más espectacular y mejor diseñada de toda la temporada de Grandes Ligas, y ella colocó a Los Astros en la Serie Mundial. 

Gurriel no solo fue el Champion Bate sino el inicialista más seguro y elegante que nos hizo recordar el formidable bate y defensa del zurdo Carlos Ascanio. Por su parte Bregman se luxó un tobillo pero no dejo solo el Teamwork que se había formado. Jordan se ocupó de derrotar a los pitchers de Boston mientras Tucker disparaba los jonrones que aseguraban el triunfo.

Todo esto fue mágico y recordamos aquel cuento de Pedro Emilio Coll titulado El diente roto. La historia se refería a un niño que se pasaba el tiempo moviendo la lengua de un lugar a otro de su boca y la gente le asignaba embrujos y magias en su pueblo  y en las ciudades cercanas. A nosotros se nos ocurre pensar que el embrujo del Diente roto lo logró escenificar Dusty Baker que consiguió que, tanto Valdez como Luis Garcia, terminaron controlando un lanzamiento entre la altura sobre las rodillas y los bajos de los pectorales de los bateadores. complementado con el misterio que ocurría bajo el cubreboca, el palillo y el posible diente roto que debe tener Dustin en su blanca dentadura con magia tan sofisticada que los propios umpires no han podido detectar ni en los guantes, ni en las gorras, ni en las manos de los pitchers para dar con ese misterio oculto de Dustin, el mago.

Los Astros perdieron el primer juego de la Serie Mundial, ganaron el segundo y son los únicos favoritos para ganar la Serie Mundial.

 

Luis Acosta

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...