El Primer Ministro del Líbano Saad Hariri, anunció su renuncia

A través de una alocución en el Palacio Presidencial, Saad Hariri, quien desempeñaba el cargo de primer ministro designado desde octubre de 2020, anunció su renuncia este 15 de julio después de reunirse con el presidente Michel Aoun.

El anuncio se da luego de que el presidente rechazara nuevamente la propuesta de Hariri de formar un gabinete. «Está claro que no podremos estar de acuerdo con el presidente», afirmó Hariri quien agregó que se «disculpa de formar gobierno. Dios ayude al país”.

El miércoles, Hariri dio a conocer 23 nuevos ministros a Aoun para lograr consolidar un Gobierno después de meses de tensiones y estancamientos. El exprimer ministro designado también había llegado de un viaje a Egipto, uno de sus aliados más cercanos, en el que buscó respaldo internacional para el que sería el nuevo gabinete.

Mediante su cuenta de Twitter, Hariri expresó su optimismo frente a la iniciativa a la que catalogó como «capaz de detener el colapso” del país. Igualmente escribió: “Han pasado nueve meses desde los intentos de formar un gobierno y ahora ha llegado el momento de la verdad, y si Dios quiere, mañana lo sabremos.”

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Sin embargo, la negativa de Aoun y la dimisión de Hariri acrecientan las tensiones políticas en Líbano, que no ha logrado consolidar un gobierno que les permita hacer frente a la crisis económica y social que vive y se profundiza en el país.

Líbano sufre la peor crisis política y socioeconómica de su historia 

La inestabilidad política en Líbano viene de varios años atrás. El propio Hariri ya había renunciado a su cargo en octubre de 2019 cuando el país se encontraba en medio de una ola de protestas que exigían reformas profundas y señalaban la negligencia de la clase política.

Sin embargo, el Parlamento del país lo nombró nuevamente como primer ministro a finales del año pasado. La decisión se vio ligada a la crisis económica y tras la explosión masiva del puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020. Ese día, 200 personas murieron y una parte de la ciudad quedó destrozada, lo que agudizó la crisis socioeconómica del país.

La designación de Hariri buscaba traer algo de estabilidad al país, pero las tensiones por el control del poder y las confrontaciones entre Hariri, Aoun y su yerno Gebran Bassil, líder del bloque más grande del Parlamento, lo han impedido.

De hecho, Josep Borrell, el jefe de la Política Exterior de la Unión Europea, afirmó en su visita a Líbano que la disputa por el poder y la desconfianza están en el centro de la lucha entre los líderes políticos.

Los grandes desacuerdos entre las partes tienen que ver con quién podría tener más influencia en el nuevo gobierno, además de un conflicto religioso innegable. Desde la guerra civil en Líbano, finalizada en 1990, el país se reparte el poder entre los cristianos y los musulmanes bajo las proporciones que se estipularon en el censo de 1932.

En ese sentido, el país se rige por un sistema sectario que determina que el presidente del país debe ser cristiano, el presidente del Parlamento musulmán chií y el primer ministo musulmán chií. De la misma manera, el Parlamento debe estar repartido por partes iguales.

Gran parte de la ciudadanía se ha opuesto a ese sistema porque lo califican como uno de los culpables de las trabas a la hora de impulsar reformas políticas y la consolidación del Gobierno mismo. Tras la renuncia de Hariri, la ciudadanía ya salió a las calles a protestar.

Tras el anuncio de la renuncia de Saad Hariri, varios personas han salido a las calles de Beirut,la capital del país, a protestar.
Tras el anuncio de la renuncia de Saad Hariri, varios personas han salido a las calles de Beirut,la capital del país, a protestar. © WAEL HAMZEH/EFE

Los argumentos religiosos muchas veces han sido usados para justificar intereses políticos. El propio Aoun, perteneciente al bloque cristiano, rechazó una anterior propuesta de gabinete de Hariri, musulmán chiita, al que demandó incluir dos cristianos más.

La situación se agrava para los más vulnerables 

En los últimos años, Líbano se encuentra en una profunda crisis económica que se asocia a la falta de capacidades legales de los Gobiernos interinos de implementar reformas estructurales.

Desde 2019, la moneda nacional, vinculada al dólar desde hace más de 30 años, ha ido devaluándose perdiendo más del 90% de su valor. Poco después de la renuncia de Hariri, la libra libanesa volvió a caer en un nuevo mínimo histórico.

Según un informe de la UNICEF, la crisis económica tiene múltiples factores, entre ellos la pandemia y el episodio de la explosión masiva en agosto del año pasado en Beirut. Así, los niños libaneses se han visto fuertemente afectados: 80% de ellos han visto disminuir su situación de bienestar.

Tal como dice el texto de Unicef, 77% de las familias libanesas afirman no poder alimentar adecuadamente a sus niños. Dicho porcentaje aumenta al 99% si se trata de familias sirias en Líbano.

Además, la pobreza en Líbano se duplicó a un 55% en 2020, pasando de un 28% en 2018, y la pobreza extrema se triplicó en un 8%.

France24 con AP y EFE

 

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