Los días por venir. Por Luis Acosta

¡Santo Cielo! Enséñanos a manejar los distanciamientos sociales que llegan y que podamos medir con independencia y equilibrio.  Empecemos por los juicios al Presidente Trump que lucen justos pero no pueden ser convertidos en abusos. Además, que no salten a solo ser producto del poder sino de la justicia que tiene su propia medida y que los sanos dirigentes políticos conocen y usan. Decimos, por añadidura, que no hay daño político que pueda generar castigos que acaben con la vida civil, política y espiritual de un ciudadano y, peor aún, si se trata de un Presidente como Donald Trump cuya gestión presidencial fue aprobada por 75 millones de coterráneos y, aun menos, en un país de derechos como es los Estados Unidos donde “la libertad es libre”.

Por coincidencia, fue un momento de descomposición social global y total; de desequilibrio político y manejando difícilmente un corona virus que nos tenia amarrados y amargados, no a un Presidente sino a toda la sociedad.

Aparte de todo este embrollo que de verdad existía, aparecieron las belicosas elecciones de noviembre del año 2020. Sin embargo, vale la perna el hacer un análisis histórico y compensatorio de las realidades y los hechos de esa relación. En efecto, Trump fue un Presidente eficiente pero polémico, sectario y bastante arrogante. Estos tres extremos no son de las mejores notas en el pasaporte de un Presidente de la nación que debe aparecer caballeroso, comprensivo y lleno de una amable y bien dirigida prudencia. Así pues, de la crisis de sanitaria y humana Trump perdió todas las etapas políticas pero nadie le podrá quitar los beneficios incalculables alcanzados por su feliz Bolsa económica y financiera de sus cuatro años de su gestión nacional y su valiosa acción política. Por esa suerte de resultados mágicos conseguidos por Trump, el y su partido esperaban un triunfo relativamente fácil en las elecciones del pasado noviembre, pero el coronavirus le hizo añicos su optimismo y los comicios se perdieron.

Pero también, por esos resultados de su gestión, era imposible que los republicanos estuvieran dispuestos a facilitar 17 votos que se necesitaban para enjuiciar a Donald Trump. Cuando esas recuperaciones económicas y su nivel de rendimiento durante los cuatro anos del gobierno de Trump había acumulado ingresos fiscales y de otra índole que permitieron dar el frente a las emergencias publicas de salarios, empleo, alimentación, alquileres e ingresos en general por trillones de dólares que se hicieron indispensables para solventar el peso de la republica durante la pandemia que arrasó con toda tranquilidad social y humana sembradas en este país desde los tiempos de sus fundadores. 

En plena edición de este trabajo, llego la decisión del Senado de la Republica negando el enjuiciamiento al Presidente Donald Trump, cosa que nos encanto no por coincidir con nuestro pensamiento, sino porque ciudadanos y hombres fuertes y dinámicos como Donald Trump y su gente no son indispensables pero si necesarios para hacer valer los derechos que los fundadores de este país sembraron para los ciudadanos. 

Por su parte, el Presidente Biden empezó agresivo en su velocidad y ligero en sus acciones. Por otro lado, su experiencia legislativa y sus amistades políticas lo deben acercar a dar vida a un trato armónico y de equidad que le sirvan de apoyo y virtud para lograr acuerdos de importancia vital para el desarrollo de su país y la ayuda cívica y generosa para aliviar las cargas y aligerar sus gestiones y conquistas. 

Por cierto, se esperan en sus primeros cien días gestiones de tipo migratorio capaces de resolver las esperanzas de tantos hombres mujeres y niños de diferentes latitudes que esperan una visa de entrada con residencia para los Estados Unidos, y de esa forma ayudar a sus vecinos necesitados de tantos recursos e insumos que no sobran pero que el país puede repartir sin que esos recursos económicos y alimenticios causen problemas sociales. Además, de que esa es una mano de obra que el país necesita para sembrar y recoger su cosecha cada año.

Por añadidura, nos queremos referir al tema del miércoles de ceniza transcribiendo algunas de las palabras que el Padre Romeo, sacerdote de Camerún quien vive en Tierra Santa, nos envió a propósito de este día: 

“Hoy comenzamos a subir la colina en la cima de la cual se encuentra nuestro Señor con su cruz en señal de amor y victoria.

Es difícil hablar de victoria en este momento en el que parece que estamos en continua penitencia. Esta pandemia lleva más de un año. Sin embargo, los destellos de amor y solidaridad que hemos experimentado a nuestro alrededor durante estos tiempos difíciles nos muestran que de la oscuridad puede brotar la caridad, la reconciliación y la fe. Lo importante es aprovechar todas las oportunidades que tenemos disponibles, sean buenas o no.

Mi mensaje de Cuaresma para ustedes es simplemente un mensaje de aliento y esperanza. Se ha mantenido firme hasta ahora, se mantendrá firme en la compañía de Cristo mientras asciende hacia la Pascua.

En este tiempo en el que hemos aprendido a redescubrir la importancia del rostro de nuestros padres, hermanas, hermanos y amigos e incluso de Dios, que esta Cuaresma sea para nosotros un tiempo de renovación de nuestras relaciones con el Señor, el prójimo y la tierra.”

¡Hasta pronto!

 

Luis Acosta

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