REFLEXIONES| Fe y Alegría. Por Luis Acosta

El Barrio 23 de Enero de Caracas, antiguo 2 de Diciembre, siempre ha sido una parroquia de conducta difícil y incontrolable. Allí todo era posible. Los padres y madres de la zona estaban con dificultades importantes para la crianza de sus hijos. La juventud crecía sin mucha brújula y, los niños, haciendo mandados y diligencias peligrosas. Era el año de 1955, tiempos del General Pérez Jiménez.

Un chileno, de la Compañía de Jesús, llamado José María Vélaz no podía resistir ver a su alrededor la vida llena de miseria y abandonos. Para su formación, aquello que se desarrollaba ante su presencia, era un espectáculo indolente que estremecía su inquietud desde los pies a la cabeza y su voluntad se volvía solitaria debido a la impotencia.  

Pero un día, discutiendo sobre la razón y el crecimiento del vicio y las necesidades que en el barrio se sembrada por todas partes, un obrero esquelético y modesto, pero cristiano de sentimientos preciosos y grandiosos, vecino del lugar y de nombre Abrahán Reyes, le dijo: “¡Padre Vélaz, con la ayuda de mi mujer y mis 8 hijos construí nuestra casa adobe a adobe y cemento a cemento, en este barrio para vivir con alguna decencia. Sin embargo, si usted dice que una escuela cambiaría esta ruta desordenada y calamitosa por otra vida incluyente de amor y esperanza; de decencia, de formación cristiana y decidida, entonces, la familia Reyes le dona a usted la casa para convertirla en la escuela de la parroquia 23 de Enero”.

Así, con esa grandeza de alma, cuerpo y corazón nació la organización Fe y Alegría. Además, con la firmeza de la fe y el ánimo cordial y placentero del la alegría. 

José María Vélaz lo primero que pensó fue en darle fondos conceptuales y contenido programático a la Misión y Visión de su organicidad. Su Misión: “Ser un movimiento de educación popular y promoción social dirigido a la población empobrecida y excluida que busca construir un proyecto de promoción social con base en Valores cristianos de justicia, participación y solidaridad”. Su Visión: “Un mundo donde todas las personas tengan la posibilidad de desarrollar plenamente sus capacidades y vivir con dignidad construyendo una sociedad justa en la que todas sus estructuras estén al servicio del ser humano y la transformación de las situaciones que generan la inequidad, la pobreza y la exclusión”.

La idea principal era una organización de escuela y trabajo que pida poco y se le dé mucho y que su rendimiento y seriedad fuera capaz de mantenerla. Así pues, su nutriente económico se adquiere de aportes públicos y privados y de pequeños y grandes ahorros y esfuerzos nacionales y extranjeros. 

Ahora exploraremos la fecundidad de su desarrollo. En efecto, Fe y Alegría está sembrada en 22 países de tres continentes. Europa con Italia y España; África con Chad y Madagascar, y América Latina con la mayoría de sus países. El plantel mundial de estudiantes dentro del sistema supera la cifra de un millón quinientos mil luego de comenzar con 70 niños que llegaron a aquella casa donada por el Sr. Reyes. Los primeros maestros comenzaron su trabajo sin pizarrones, ni paga. Hoy en día, la institución en Venezuela cuenta con el sacerdote jesuita Manuel Aristorena como su Director General y el sacerdote jesuita José G. Terán como su Sub-Director General. 

Trescientos cuarenta mil estudiantes reciben instrucción en Venezuela atendidos por doce mil maestros y colaboradores. Otras instituciones nacieron al calor de Fe y Alegría. Así tienen en CECAL un centro de capacitación laboral concentrada en la atención de adultos y jóvenes desescolarizados con la finalidad de que reciban formación y capacitación laboral, humana y socio-productora a través de cursos de oficios bajo enfoques de competencias fundamentales y especificas. A eso le agregamos: a) un circuito de 25 estaciones de radio (IRFA) presente 21 entidades estatales y que se encarga de educación a distancia para adultos mayores de 15 anos en educación primaria, secundaria y media técnica; b) 5 sedes de Institutos Técnicos Universitarios en Maracaibo, Guanarito, Barquisimeto y dos en Caracas (Petare y Catia); por último, c) el Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín que funciona en Maracaibo. 

Los resultados de esta extraordinaria obra están a la vista de todos. Fe y Alegría se constituye en una poesía humana monumental en tamaño y majestuosidad. El Padre José María Vélaz se botó como genio y figura de una singular obra que se volcó hacia allende de los mares en un momento difícil y de ideas forzosas llenas de triunfos y grandes bondades como aquella ya lejana pero siempre valorada y atesorada donación del obrero Abrahán Reyes.

 

Luis Acosta

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