Una consulta y el final del tirano. Por Eugenio Montoro

La resolución de la Asamblea Nacional sobre realizar una consulta popular tiene opiniones a favor y en contra. Valgan estas líneas para analizar el asunto.

Una a favor: Mucho se ha hablado de que la decisión de no ir a votar con un CNE podrido, debe acompañarse con una acción de la oposición como respuesta, pues una abstención inmóvil sería perjudicial. El llamar a una consulta popular es una acción concreta que da respuesta a esa preocupación.

Una en contra: Se recuerda a todos que ya se consultó al pueblo el 16 de julio de 2017 y no sirvió de nada, así que con que cara vamos a hacer ahora otra consulta.

Una a favor: La consulta es un mecanismo apropiado para estos tiempos donde tenemos restricciones de circulación y hasta los venezolanos en cualquier país podrán participar.

Una en contra: Si el número de participantes es bajo (como es de esperar) la consulta será un fracaso y contraproducente. Las personas están enfocadas en sobrevivir y no harán mucho caso al llamado de Guaidó.

Una a favor: La pregunta 1, ¿Apoya todos los mecanismos de presión nacional e internacional para que se realicen elecciones presidenciales y parlamentarias libres, se ponga fin a la usurpación y se salvaguarde al pueblo de la crisis humanitaria y crímenes de lesa humanidad? ,  Esto abre la posibilidad de emplear cualquier acción de presión en pro de unas elecciones limpias e incluye de una vez la elección presidencial.

Una en contra: La pregunta 1 ni huele ni hiede y no concreta algo en particular. Dice que se ponga fin a la usurpación como si fuera un acto de magia. Todos estaríamos de acuerdo con contestar que sí, de manera que no es siquiera necesario preguntarlo.

Una a favor: La pregunta 2 ¿Rechaza usted el evento convocado por la dictadura de Nicolás Maduro Moros para el 6D, o para cualquier otra fecha, mientras no existan condiciones para elecciones libres, justas y verificables, y solicita a la comunidad internacional el desconocimiento de sus resultados? . El rechazo popular al evento del 6D hasta que no existan condiciones aclara perfectamente el sentimiento demócrata de los venezolanos y el camino a seguir.

Una en contra: Otra más que ni huele ni hiede. Muchos partidos ya firmaron un documento de rechazo a la convocatoria del 6D y ahora es que se le va a preguntar a la gente. Otra pregunta con la respuesta evidente, por lo que la hace innecesaria.

En realidad, podríamos continuar con largos argumentos a favor y en contra todos con alguna dosis de razón, pero lo cierto es que, aunque los jesuitas hicieron famosa la máxima de “ante la duda abstente”, parece que esta vez vamos a tener que tomar una decisión, sobre la consulta, a pesar de las dudas.

Frente a la duda podemos utilizar la confianza. La confianza, entre otros significados, es la seguridad que tenemos en que alguien posee los conocimientos y las habilidades necesarias para desempeñar bien una tarea. Por eso lo aceptamos y hacemos lo que nos recomienda.

Aquí, este es el caso. La propuesta de hacer una consulta popular es una acción estrictamente política y, como muchas otras cosas, lo político también es un oficio. Por mucho que opinemos sobre el asunto, debemos reconocer que no tenemos toda la información, ni la habilidad, ni la experiencia, ni el olfato como si lo tienen los del oficio político. De la misma manera que respetamos la opinión del médico cuando nos dice que tenemos que operarnos o la del ingeniero que nos cuenta cómo va a realizar el proyecto, debo respetar también al talento del político. Cierto que también hay opiniones políticas divergentes, pero hay que seguir las que anuncian los tienen mayor peso y legalidad.

Cuentan, por ejemplo, que la destrucción de PDVSA la causó el despedir a los gerentes y al personal de alto nivel y reemplazarlos con aficionados rojitos y sin conocimientos de gerencia ni de la materia. Aquí pasa algo parecido y no podemos ignorar a nuestros políticos profesionales y tratar de reemplazarlos con nuestras opiniones de aficionados. Debemos confiar en el talento de nuestros líderes para sacarnos del rollo. Cierto que han tratado de hacerlo sin llegar al resultado final, pero es que también el trabajito “se las trae”. Finalmente, cualquier razón inteligente que pueda justificar el no hacer la consulta y quedarnos paralizados, teniendo la oportunidad de hacerla, pareciera una necedad.      

Y no se hable más. Iremos con precisión “Kantiana” a marcar los dos “si” a las preguntas de la consulta y apoyar ese proceso en todo lo que podamos. Y lo haremos con la confianza que eso nos llevará a el final del tirano.

 

Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

 

 

 

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