REFLEXIONES| Hayek: La libertad y la prosperidad en peligro. Por Luis Acosta

Buscando tema para nuestros artículos, nos conseguimos con un trabajo que analiza el libro del filósofo y economista austríaco Friedrich Hayek, Premio Nobel de Economía de 1974, “Camino de servidumbre”, publicado en 1944, que no resistimos la tentación de darlo a conocer debido a su vigencia y por cuanto nada se pierde en su contenido, y todo se puede ganar en las bellas fuentes de la democracia. Con razón, el viejo Churchill dejó para la posteridad algo referido a este sistema de gobierno que ya ha ganado, no solo a muchos años de batalla sino que, países tan ricos, desarrollados y golpeados, como Estados Unidos y Reino Unido, siguen sosteniendo la tesis de que la democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno y, además, perfectamente perfectible.  

En tal virtud, vamos a copiar, textualmente, algunos extractos del contenido del mencionado trabajo:

“La obligación de la autoridad política no es perseguir sus propios fines, sino proveer, en el imperio de la ley, las condiciones adecuadas para que el orden espontáneo se fuera producir, y proporcionar un número limitado de bienes públicos que no pueden ser suministrados de manera eficiente por el mercado.”

“La democracia no es, en modo alguno, infalible o cierta y se entiende sin dificultad que bajo el gobierno de una mayoría muy homogénea y doctrinaria, el sistema democrático puede ser tan opresivo como la peor dictadura.” 

Socialismo y totalitarismo son esencialmente lo mismo. Dos retoños del colectivismo incompatible con la libertad humana. Tal es la tesis central de “Camino de servidumbre”. El libro no se entendería fuera del contexto en que fue escrito: la crisis del liberalismo. Al final de la Primera Guerra Mundial, los bolcheviques habían tomado el poder en Rusia. Diez años después, en 1929, la economía occidental se desplomó. En 1933, los nazis habían ganado unas elecciones democráticas en Alemania y, ya en 1939, la guerra se extendió por casi toda Europa. De la mano del keynesianismo, de las necesidades derivadas de la guerra, las economías europeas estaban siendo llevadas progresivamente por el Estado hacia el esfuerzo bélico, y lo cierto es que el modelo estaba teniendo éxito.  La obra de Hayek responde al temor de que los éxitos que estaba generando la planificación de la economía intervenida de guerra hiciesen que esta se prolongase más allá del conflicto bélico. Para Hayek, toda planificación económica se basa en la creación de un supuesto bien común o nacional que se constituye en objetivo general. La orientación de la economía hacia el logro de ese bien, lleva al poder público a supeditar a este fin todos los recursos nacionales, incluidos las personas, y ese es el camino hacia el totalitarismo.

Así, la planificación se convierte en un “camino de servidumbre” de lo individual hacia lo colectivo. Va contra el desarrollo individual y la creatividad, pues la iniciativa del sujeto no tiene cabida en un proyecto elaborado de antemano; genera pobreza porque existe una estrecha vinculación entre libertad intelectual y desarrollo científico y tecnológico de un país trayendo al gobierno de los ineficientes.

Con todo, Hayek distingue entre la libertad, la competencia económica y el “layser-fire” ultraliberal. En su opinión, la alternativa al intervencionismo estatal debe ser una estructura nacional que permita la libre competencia pero sin la inhibición completa del Estado. Se trata de buscar un modelo económico basado en la propiedad privada donde nadie puede mantener una situación de poder completo sobre los demás.

 

Luis Acosta

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...