Escucha el silencio. Por Aylen Bucobo (@aylenbucobo)

“El camino de todas  las cosas grandes, pasa por el silencio”Friedrich Nietzsche

A veces es bueno escuchar el silencio. Al leer esto, quizá pienses que es una locura, porque el silencio es cero sonidos ni bullicio, pero precisamente el no oír nada es lo que lo hace especia porque nos da la oportunidad de escucharnos a nosotros mismos.

Hace años, conversando con un amigo, (que para ese entonces acababa de cursar su carrera en la universidad artes gráficas y que con el tiempo se convirtió en uno de los restauradores de arte más importantes del país) me expresó estás palabras: ¡Escucha el silencio!

Esa frase me impactó y quedó en mi memoria para siempre. Es cierto. Es importante en ocasiones simplemente no escuchar nada, porque a veces sobran las palabras, y se hace eco al dicho “A buen entendedor pocas palabras”. Hay momentos en los que una mirada dice todo, una expresión corporal, un movimiento, una caricia, una sonrisa, incluso una lágrima corriendo por la mejilla.

Escuchar es signo no solo de buena educación sino de inteligencia, porque podemos aprender de las experiencias de los demás y a ponernos en sus zapatos. Sin embargo, escucharnos a nosotros mismos nos hace ser poderosos y superarnos, en el sentido, de que primero nos conocemos mejor, vemos nuestros sentimientos y escuchamos nuestros pensamientos, visibilizamos todo aquello que con la rutina y la cotidianidad volvemos invisible y creemos que no está o no existe.

El silencio nos ayuda a encontrar paz, a tomar con calma ciertas circunstancias y a pensar mejor las cosas, a tener una mejor explicación de los porqués que rondan nuestras cabezas, inclusive, me atrevo a decir, que llegamos a aceptar y entender situaciones que no queríamos ver ni soltar.

Estar en paz no tiene precio. Aprende a ser feliz contigo mismo. Si bien el tumulto de la ciudad en ocasiones haca falta para distraerte, también es importante que estés solo contigo y dejar que el silencio te ensordezca y te haga estar simplemente allí, donde estás.

Además te ayuda a organizar tus ideas y pensamientos, a tomar decisiones. Todo está en nuestro interior, todo lo que queremos no está afuera de nosotros sino dentro: la felicidad, el amor, la alegría, los amigos, la familia, los objetivos y metas de vida, de realización, de bienestar, de salud y de avance.

Escucharnos a nosotros mismos. Qué maravilloso es cuando nos descubrimos en la soledad de nuestra habitación y podemos ver nuestro interior: es nuestro propio mundo en el que nadie hace presencia.

Está en nosotros el poder sentir y transmitir lo que deseamos, por tanto, quedar en silencio por espacios de tiempo, es sano.

Hay que saber cuándo hacer silencio y cuándo hablar, porque no todas las batallas son para ganarlas. Debemos aprender a no tener siempre la razón. Nos hace ser mejores personas admitir y aceptar, que rebatir una opinión sin sustento alguno, solo por soberbia.

Depende cómo tomes el silencio, puede ser positivo o negativo,  porque el silencio puede ser una respuesta, una afirmación o una duda. No obstante, siempre da la oportunidad de pensar, reflexionar y muchas veces de conseguir tu propia verdad y hasta llegar a entender y justificar la verdad del otro.

A veces hablamos y dañamos a los otros, con o sin intención, y si vas a decir palabras que hieran es mejor callar. Si al contrario, vas a exclamar algo que sea fructífero, exprésalo a viva voz y edifica tu ser y el de que te escucha.

Déjate abrigar por el silencio. Escucha tu interior, escucha tus pensamientos, permite que la armonía te envuelva, deja que el silencio apacigüe las llamas que no te dejan vivir con tranquilidad. Observa como el silencio te rodea y ¡Respira la paz!

 

Lcda. Aylen Bucobo / @aylenbucobo / Facebook: Aylen Bucobo / aylenbucobo@gmail.com

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