CEV: Insisto, No Votar. Por Marlon S Jiménez García

Semanas atrás escribí un artículo el cual intitulé ¿por qué me abstengo?; no voy a volver a explicar las razones “personales” más no partidistas, que han sido determinante en la decisión racional que tomé. No votar, es sin ninguna duda, la mejor decisión en los últimos años de mi vida; ella está relacionada intrínsecamente con los aspectos axiológicos que siempre han marcado mi vida, transmitida por mis padres y de igual forma y manera acentuada en la formación de mis hijos y nietos y también marcado hasta en el alma por la Doctrina Social de la Iglesia de la cual he sido un ferviente seguidor. El engendro, ese que es en la actualidad, la desgracia por su ideología política y por su ejercicio autoritario del manejo del poder de los venezolanos, constituye un elemento contrario al principio de libertad y de justicia en el cual nos formamos políticamente en la mal llamada 4ta república.

En ésta última aprendimos a entender que el mejor camino para la “plenitud ciudadana” es la democracia; aprendimos que ella es la vía expedita para el desarrollo individual y colectivo de toda la sociedad; aquí podemos exigirle a los gobernantes que se dediquen a construir una sociedad política, económica, social y ética, que se manifieste a favor de la calidad de vida de sus integrantes para que genere la participación expansiva, en lo subyacente a ella, del empleo, la salud, la vivienda, la educación, acceso a la alimentación sustentable en tiempo y espacio y por supuesto, todo ello incide en una formación ciudadana de manera integral: física y espiritual.

No votar, es obligar al autoritarismo implantado por los comunistas en Venezuela, a someterse a la modernidad política; que irrespetar los DDHH y violar la CN a su plenitud ideológica, obliga a la justicia nacional e internacional a actuar en contra de esos gobernantes, como ocurre en los actuales momentos con el engendro y la cofradía de bribones que lo acompañan.

No votar, significa en la práctica rechazar actos impropios de los gobernantes, como el control del poder electoral, donde los “tramparentes” rectores que lo integran (nombrados ilegalmente, como lo han hecho en los últimos 15 años) forman parte de la ideología comunista gobernante. El mayor daño sufrido por el régimen ocurrió en las elecciones de la AN del 2015; en ellas perdieron por paliza y eso los obligó, con el ánimo de perpetuarse en el poder, a un mayor control de todo el sistema electoral (v.g las fraudulentas elecciones presidenciales de 2018) para “voltear” la voluntad popular in situ. Es ingenuidad, para aquellos (se pueden incluir en esa lista a  la CEV) que aun piensan que pueden derrotar al régimen con un CNE hecho a la medida de la ideología comunista. Ahora bien, para Claudio, Timoteo, Falcón y otros crematistas anexos de la “mesita”, es un gran negocio ($$$$$$$$) prestarse al juego de los comunistas en el poder. Qué coño les importa a ellos que el pueblo esté pasando necesidades y muriéndose en la indigencia. La única manera de salir del engendro (causante de todos nuestros males) es con elecciones presidenciales, con toda la legalidad que se exige en el contexto interno como en el concierto de las naciones democráticas del mundo.

No votar, es darle un respaldo inequívoco a la sociedad política internacional que reclaman con fuerza argumentativa, jamás vista, unas elecciones libres y justas.

No votar, es prepararse de manera inteligente y efectiva para tener la tenacidad en la lucha por alcanzar la verdadera, sin resquicios, “unidad política” para deslastrarse de los infiltrados del régimen; y por último, no votar, es una invalorable demostración del pueblo contra el comunismo, la corrupción, el narcotráfico (civiles y militares del régimen), contra los poderes públicos que están en manos de los cubanos, que aúpan el terrorismo y la presencia de grupos guerrilleros en nuestro país. Venezuela no se acaba jamás el 6D2020, es la batalla definitiva contra el enemigo común de TODOS los venezolanos. el comunismo contaminante Y malévolo que está en el poder. 

La postura de la CEV me obliga a releer por 1250 veces la encíclica RERUM NOVARUM del PAPA amado por los demócratas LEÖN XIII, para ver si es que el ingenuo, y el comunista soy yo; no el engendro y su régimen y no me di cuenta de la metamorfosis ideológica sufrida..

 

Marlon S Jiménez García / marjimgar54@hotmail.com

 

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