El Policía como ciudadano ejemplar. Por Desiree Parra (@desireeparraf) 

Un policía es aquel ciudadano ejemplar que protege y respeta la dignidad humana, mantiene, defiende y promueve los derechos humanos, sin discriminación alguna por motivos de raza, sexo, religión, idioma, opinión política, origen nacional o posición económica. Sirviendo con absoluto respeto y cumpliendo los deberes que le impone la Constitución y demás leyes, ejerciendo su servicio con parcialidad, legalidad, transparencia, necesidad y proporcionalidad.

En base a este primer párrafo surge la siguiente interrogante: ¿Contamos actualmente con policías ejemplares? La respuesta continúa siendo positiva, aunque un pequeño porcentaje marque la diferencia, de manera que debemos evitar ciertas actitudes que no hacen contraste con el uniforme y su esencia policial. Nos ha tocado presenciar situaciones extraordinarias donde se pierden todas las características y desenfocan totalmente la labor, irrespetando de manera continua e innecesaria al ciudadano.

Cabe destacar que el ejercicio policial en pleno, es un trabajo de constante presión, y de variada critica. Aunque en algunos casos, podemos ser testigos de malas prácticas policiales, donde el funcionario desde el interior de su unidad o en la mayoría de los casos desde su motocicleta restringe al ciudadano manifestándole lo siguiente: “Hey papi párate ahí” sin obviar el respectivo cartón de huevo que siempre le sueltan a la oración, acompañado de agresiones físicas o vociferando en ocasiones la famosa frase “Mirá que este es mi sector bichito y si te veo otra vez por aquí, te voy a cuadrar”. Cosas como esas opacan la función policial de quienes realmente están apegados al margen de la debida actuación, no podemos olvidar el respeto al ciudadano y la seguridad policial la cual es primordial. Que el uniforme se debe hacer valer con respeto y dignidad, que la ropa interior se usa por dentro y no por fuera con una capa.

Que el mejor policía es el que sirve y protege, que aquel que se aprovecha y atropella. El policía está diseñado y entrenado para enfrentar cualquier situación con respeto y profesionalismo, haciendo buen uso y empleo de sus armas, en el momento justo con moderación y proporción a la gravedad del delito y al objetivo legítimo que se persiga, no hay necesidad de querer sembrar terror, cuando se puede sembrar respeto, se puede actuar con transparencia y no con imprudencia ejecutando acciones ilícitas o lesivas que menoscaben los derechos humanos o la violación de estos.

En consecuencia y bajo esta perspectiva se hace necesario definir con lineamientos específicos la conducta del policía ante la ciudadanía, al verse en la necesidad inevitable de utilizar la fuerza, para dar a esta un trato digno, con respeto al ordenamiento jurídico y minimizando la discrecionalidad del funcionario policial, cumpliendo de manera adecuada su función y garantizando así una conducta ética en el cumplimiento de su labor.

Dra. Desiree Parra / @desireeparraf

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