Construir la unidad: Betancourt y Villalba. Por Eneida Valerio (@eneidavalerio)

Rómulo Betancourt, nació en Guatire, el 23 de febrero de 1908. En la publicación de sus sonetos, temprana vocación, exhibía la parte intima de sus afectos, pero abandonó este estilo y arte fructíferos a su corta  edad,para asumir uno más complejo; el político, convertido en el eje de sus  actividades posteriores y legado esencial a la  Venezuela contemporánea. Jòvito Villalba, nació en Pampatar, el 23 de marzo de 1908.Llegó a Caracas desde Margarita, que despuntaba de a poco con la puesta del sol de su pueblo natal. 

1908,un año de significaciones históricas.Castro, El Restaurador Liberal, dejaba el poder y marchaba a Europa, en procura de la salud, tiempo en que su compadre, Juan Vicente Gòmez,lo aventó y tuvo entonces, un largo ejercicio de usurpación y desmanes hasta 1935. En 1908, se inició asimismo, la Venezuela petrolera.

Tenía, Villalba,  fama de talento político. Compartía con Betancourt el liderazgo, estudiantil en la UCV y formaron parte de la llamada Generación del 28 tributaria de los futuros líderes del país. Juntos, comenzaron un camino que  estremeció las bases dictatoriales,de Juan Vicente Gómez. 

Betancourt y Villalba, fraguaron desde entonces, una fuerte amistad cuando solo tenían 20 años. La juventud impetuosa no fue ajena a los avatares políticos del país, como tampoco, impedimento  para  enfrentar los retos de la Venezuela, sumida en una feroz dictadura marcada, por la deshonra al intelecto y el confinamiento de las libertades.  

Los actos estudiantiles de la Generación del 28, para realzar la Semana del Estudiante, aquel año de1928, contaron entre otros,con el reinado de Beatriz I,quien facilitó a Villalba, catapultarse como orador y a Betancourt, conspirar, contra el régimen.No fue fácil asumir las consecuencias. Ambos, fueron apresados  y después de 45 días volvieron a la libertad con otros líderes con la misma suerte. Era la primera prisión, de otras tantas y largas por venir unida a exilios.

Villalba, al año siguiente, fue enviado al Castillo  de Puerto Cabello, donde estuvo preso 5 años con los respectivos grillos de la indolencia (1929-1934) Recibía su castigo, por facilitar desde el Movimiento Estudiantil, un levantamiento popular. Betancourt, había logrado llegar a Costa Rica,exilio de largo tiempo y próspero para madurar ideas. Publicaba en el “Repertorio Americano”,artículos a favor de Villalba y contra protagonistas fundamentales de la feroz dictadura de Gómez. 

No pudieron, quienes nunca faltan en política, mancillar esta relación de amistad cultivada a favor de la democracia.Cualquier crítica,para castigarles,no encontró indicios de corrupción en sus vidas políticas. Supieron en medio de serias dificultades, demostrar la verdad de sus propósitos.

Villalba fue  un contumaz defensor de  la legalización de AD que había sido ilegalizada en 1948 por el régimen militar.Una tragedia,aquella decisión de la dictadura de Pérez Jiménez para el país y pidió se legalizara junto al partido comunista.Llamó a la Unidad Popular y la pregonó en todo el país de pueblo en pueblo. 

Más tarde, en 1952 cuando fue asesinado Leonardo Ruiz Pineda,Villalba,subiò al escenario de la oratoria y rezò la oración fúnebre por  aquella injusta  muerte  en manos de la Seguridad Nacional.Los pañuelos blancos sonaron el silencio largo y triste  para el líder tachirense quien arriesgó todo y a corta edad su martirio,como la de otros lideres del partido blanco,sirvió para defender la libertad del país que le vio nacer en las cálidas tierras tachirenses. Betancourt seguía en el exilio. 

Días aciagos para socavar la fuerza dictatorial nacional que sucumbió en 1958 gracias a la unidad nacional que puso a prueba la fibra democrática y libertadora  del venezolano. El llamado de unidad popular, dejaba su cosecha de conciencia. Jòvito Villalba, también hubo de ir al exilio y regresar junto a muchos líderes días después. Circunstancias parecidas las vividas hoy.

Betancourt, fue defensor de la alternancia democrática.Daba cumplimiento con esta práctica al “Documento de Cartagena”, firmado con otros venezolanos en esa ciudad de Colombia, que esgrimía esta condición.AD llenó la escena nacional en un país estructurado en políticas reformistas y junto a Copei,fundado en 1945 cumplieron el papel de  modernizadores del Estado venezolano, entendiendo ambas organizaciones, el cumplimiento de las exigencias de agua, salud y educación que clamaba el país.

Betancourt dejaba de lado en el  fragor de sus luchas políticas y como presidente constitucional las ideas marxistas, y como le increpaba el historiador Picón Salas, estas consideraciones no bastan para gobernar bien. A veces, se prestan para mantener a caudillos en el poder, y era una de las propuestas del “Documento de Cartagena”, ciudad, donde cumplió un prolongado exilio.Fue leal a los principios allí consagrados.Su gobierno, dio paso a la modernización del país,abatiendo el analfabetismo, realidad de la Venezuela post-dictadura.La educación,avanzó en la creación de escuelas,liceos,universidades nacionales y experimentales.

La  ciencia encontró en el IVIC, espacios para la investigación y la vialidad aceleró la articulación nacional,lo cual se consolidó fundamentalmente, en la unión de las dos costas del Lago de Maracaibo con la puesta en servicio del puente Rafael Urdaneta.Maracaibo, se identificó desde entonces, con el país y dependió menos de los Andes por el sur del lago y de las Antillas menores. 

Siguieron muchas obras en función de aquella primaria condición social del partido, el mayor en su tiempo, en cuanto organización y ejemplo en manos de sus fundadores de la necesidad de  la unidad.La misma,que  ejercitó y practicó como lema de concienciación el margariteño Jòvito Villalba.Hoy,el mismo llamado,nos convoca sin condiciones.La negociación después de concienciarnos, nos obliga. 

 

Eneida Valerio Rodríguez / @eneidavalerio

 

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