La producción de plátano en el Zulia ha mermado 30% debido a la crisis nacional

El plátano es uno de los alimentos infaltables en la mesa de los venezolanos. Con el paso del tiempo y la escasez, este ha venido a sustituir otros alimentos, como la harina, el arroz e incluso la carne. El estado Zulia es el mayor responsable de su producción en los municipios Francisco Javier Pulgar, Colón y Sucre.

En otros tiempos, el Sur del Lago producía 70 % del plátano que llegaba a la mesa de los venezolanos, sin embargo, hoy en día solo produce 50 %. Así lo informó José Urdaneta, presidente de la Fundación para el Mejoramiento del Plátano en Venezuela (Fumplaven). Actualmente, hay un promedio de cerca de 20.000 hectáreas con una producción anual de cinco toneladas/hectáreas por año.

“En los últimos cinco años ha repuntado la producción en otras zonas, tales como Barinas, Yaracuy y Bolívar. En líneas generales, la grave crisis que hay para conseguir insumos, combustible y todo lo que engloba la difícil situación del país nos ha llevado a bajar drásticamente la producción”, explicó.

plátanoLa zona Sur del Lago era una de la más importantes productoras de plátano en el mundo. Foto: Cortesía Alfredo Gutiérrez

Se calcula que más de 30 % de áreas fértiles para el plátano han dejado de producir debido a la crisis, mientras que los que aún se dedican a su cultivo han mermado 50 % de su producción en los últimos cinco años.

Para el consumidor, conseguir este fruto en los principales mercados de Maracaibo no representa un problema, sin embargo, muchos se quejan del precio.

“El año pasado con 20.000 bolívares comprabas 10 buenos plátanos, hoy cuestan entre 8000 y hasta 12.000 cada uno, dependiendo del tamaño y de dónde los compres. Generalmente yo me vengo al mercado Los Plataneros, porque es más barato porque se compra con efectivo”, dijo Yulitza Berrueta, un ama de casa zuliana.

El proceso de distribución comienza en los cultivos. Diariamente los compradores llegan a las haciendas del Sur del Lago para adquirir el producto “puerta a puerta”, y luego se hace la distribución en los mercados.

“En el proceso de cobranza, el precio siempre es atractivo y las cantidades pueden variar de acuerdo con el mercado, las fechas, las promociones que muchas veces son exigidos por el propio mercado”, aclaró Urdaneta. Para este 2 de marzo un kilo de plátano se vendía “puerta a puerta” en 18.000 bolívares el kilo o su equivalente en divisa norteamericana, 0,24 dólares.

plátanoEl precio por unidad está entre 8000 y 12.000 bolívares. Foto; Mariela Nava

Los principales compradores son las cadenas de mercados como Central Madeirense y Mercamara, así como ferias campesinas, fábricas de snack (platanitos) para venta en Venezuela y fuera de ella. Ahora, los bodegones representan un crecimiento en las compras.

Falta del capital humano pone en jaque la producción

La escasez de papel moneda para cumplir con el pago por parte de los patrones, sumado a la crisis en las plantaciones, ha disminuido el capital humano. De acuerdo con los cálculos de Fumplaven, en 2000 había 4000 productores y 12.000 obreros, hoy hay 30 % menos productores y los empleados y obreros han mermado 50 %.

El pago de los empleados está por encima del salario mínimo establecido. Este se realiza cada 15 y 30 de mes a través de transferencias bancarias o pesos colombianos. Debido a la cercanía de las zonas productoras con Colombia, la moneda extrajera resulta una buena opción para los trabajadores, que en su mayoría son del vecino país y viajan allá para adquirir los productos de la cesta básica a precios más asequibles. Sin embargo, la mayoría de los trabajadores activos no están bancarizados, incluso muestran desagrado por las instituciones bancarias debido a que no les suministran las cantidades requeridas que rondan los 4,5 millones de bolívares quincenales.

Los productores de plátano comenzaron a padecer la falta de efectivo entre 2018 y 2019. “El productor tenía que comprarlo pagando desde 20 % hasta 50 % por encima de su valor. A partir de 2019 la moneda extranjera ha ayudado a superar este problema, las trasferencias bancarias son de gran ayuda en estos momentos”, recalcó el presidente de Fumplaven.

plátanoLa exportación del fruto se ha convertido en un proceso engorroso. Foto: Mariela Nava

Migración productora

Producir plátano en Venezuela es cuesta arriba. Se necesitan aproximadamente 2740 dólares de inversión por hectárea anualmente para su fundación (plantación por primera vez), mientras que el mantenimiento de una plantación ya establecida está por el orden de los 2500 dólares/hectáreas por año.

El representante de Fumplaven insiste en que lo que más les ha afectado de la crisis venezolana es la falta de insumos: “Algunas tiendas agrícolas de la zona han mantenido stock en lo que se refiere a insumos, pero los altos costos y la escasez han hecho que los productores de esta zona vayan a Colombia (Cúcuta), donde, a pesar del cambio, consiguen buenos precios, calidad y variedad”.

El período 2017-2018 fue “muy fuerte”, indicó Urdaneta. “En esos años no hubo oferta de insumos, las empresas nacionales e internacionales que suministraban productos agrícolas prácticamente desaparecieron. En 2019 y lo que va de 2020 el suministro ha mejorado un poco, pero las compras por parte de los productores bajaron”, añadió.

Refirió que el consumo de plátanos ha bajado notablemente: “Todos los que participan en el mercado han disminuido los pedidos hacia 50 % en las últimas tres semanas (de febrero). Y, aunque el mercado siempre depende de la oferta y la demanda, en la situación económica del país la demanda ha bajado mucho”.

En el Zulia se ha dejado de cultivar plátano para migrar a otras áreas de producción como la lechosa, la palma aceitera y la ganadería.

Los precios suben y bajan

El precio del plátano en Maracaibo depende no solo de la calidad del producto, sino de la inversión de los pequeños comerciantes. En la metrópolis existen dos lugares emblemáticos donde se comercializa el producto a gran escala para comerciantes, consumidores y revendedores.

Tomás González es vendedor. A diario viaja al Sur del Lago para buscar su mercancía, luego estaciona su camión en el mercado Las Pulgas, en el centro de Maracaibo, y vende al menudeo más de 50 cestas de plátano.

“El precio no solo es porque el plátano está grande y bonito, sino porque ahí se calculan la gasolina, los cauchos y el pago de los ayudantes que me cargan el camión. Sí, nosotros somos productores, pero lamentablemente este es el estado más golpeado por la crisis”, dijo.

Hay para todos los gustos y los bolsillos. En el mercado Los Plataneros abundan las famosas ofertas de pequeñas torres de 10 plátanos apilados. Los letreros de cartón anuncian la variedad de precio. La mayoría son pequeños, algunos maduros y otros pintones.

“10 plátanos por 80.000”, grita un joven de rasgos indígenas. María Eugenia busca por cantidad pero a buen precio, para vender en un abasto que tiene en su casa.

“Esta semana no voy a poder vender plátanos en la bodega. Están muy chiquitos por 8000 bolívares. La gente no los va a querer pagar y los mejorcitos están más caros”, se lamentó la mujer antes de seguir su camino frente a una mesa improvisada en el popular mercado del oeste de Maracaibo.

Muchos se preguntan de qué depende la variación del precio del plátano en los mercados populares de la ciudad. El presidente de la Fundación para el Mejoramiento del Plátano en Venezuela insistió en la oferta y la demanda.

“En Maracaibo, que es la ciudad más cercana el mayor centro de producción (Santa Bárbara del Zulia) y es más fácil que los intermediarios se trasladen a esta, modifican la oferta a veces generando oferta o escasez y bajan los precios. Luego, cuando el precio no compensa y el negocio no es rentable, dejan de llevar mercancía y baja la oferta y sube el precio”, señaló Urdaneta.

En el caso de la exportación, aclaró que el proceso se ha convertido en “engorroso” para los productores del occidente venezolano.

“Hace años que exportar plátano era demasiado difícil por las trabas, alcabalas y lentitud en los procesos aeroportuarios a los que se enfrentaban las empresas. Esto puede acarrear demasiada pérdida, porque el plátano es un producto perecedero y la lentitud del proceso puede llevar a la maduración de la fruta, sin embargo, la industria está empeñada. Lo que actualmente se logra es porque hay un pequeño grupo de productoras que exportan snacks o procesado a Estados Unidos”, explicó.

Agregó que “fruta fresca hace mucho tiempo no se exporta”: “El Gobierno eliminó el bono de exportación que le daba al productor, además de la implementación del control de cambio que ocasionó que nuestro producto no pudiera competir con otros países de Suramérica y Centroamérica. Además de que por falta de insumos y buenas políticas para el sector la calidad se vio afectada”.

Plagas: amenaza latente

La Fundación para el Mejoramiento del Plátano en Venezuela informó que actualmente la “sigatoka negra”, el hongo Mycosphaerella fijiensis que causa la enfermedad foliar, sigue golpeando las plantaciones de plátano. Su control se ha hecho cuesta arriba por la falta de productos específicos y por los altos costos de los mismos en el país. “Las aplicaciones aéreas que se venían realizando con periodicidad ya no se están haciendo, lo que conlleva que la enfermedad esté atacando con más agresividad”,  agregó.

Alimento principal

El famoso patacón, la arepa de plátano, la mandoca y la sopa de plátano son algunas de las presentaciones en las que se usa este rubro en la mesa zuliana, pero pocos conocen la carne mechada de plátano.

Esta preparación ha venido a sustituir la proteína animal. Consiste en hervir las conchas del plátano, desmenuzarlas y preparar una especie de guiso que generalmente se acompaña con arroz, yuca o más plátano.

El plátano es un alimento rico en hierro, vitamina C, calcio, tiamina, niacina y otros. Es, en consecuencia, una importante fuente de energía alimentaria.

plátanoPara los zulianos el plátano es uno de sus alimentos principales. Foto: Cortesía Alfredo Gutiérrez

Historia

El Sur del Lago de Maracaibo (con unas 60.000 hectáreas establecidas con el cultivo de plátano) se constituyó en una de las más importantes zonas productoras del mundo. Dentro de ella, tres municipios del estado Zulia (Francisco Javier Pulgar, Colón y Sucre) hicieron del país uno de los mayores productores del rubro en Latinoamérica.

Durante el período 2000-2001 la zona representaba 77,5 % de la producción del país. Por lo que el Sur del Lago es la región productora por excelencia en Venezuela, constituida por los estados Zulia, Mérida, Táchira y Trujillo.

Allí tenía su origen entre 60 % y 70 % de la producción nacional del rubro. El Zulia fue la entidad federal que registró la mayor producción. Con una superficie sembrada de aproximadamente 56 % del total nacional de plátano, alcanzó una producción cercana a 50 % del total nacional. En 2000 esa contribución fue incluso de 81,6 %.

No obstante, la superficie destinada al cultivo ha mostrado grandes fluctuaciones y, en general, una tendencia decreciente. Mientras en 1992 se cultivaron 68.784 hectáreas, ya en 2000 se habían reducido a 65.092 hectáreas y en 2005, a 53.816 hectáreas.

En años recientes destaca la fuerte reducción registrada en los años 2002, 2003 y 2004, en los cuales la superficie cosechada representó cada uno de estos años cerca de 35.000 hectáreas.

Las cifras más actualizadas apuntan a que la producción de plátano ha venido disminuyendo sostenidamente hasta la actualidad. Pues, mientras que en 2014 se produjeron 660.666 toneladas, en 2015 se registró una merma de 1,70 % respecto a 2014 (cuando se produjeron 649.444 toneladas). Algo similar ocurrió con el valor de la producción, que se redujo de 73,35 millones de bolívares en 2014, a 72,11 millones de bolívares en 2015.

Crónica Uno

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