Venezuela perdió un tercio de sus exportaciones petroleras en 2019

Las exportaciones petroleras de Venezuela se desplomaron un 32% el año pasado a 1,001 millones de barriles por día (bpd), según datos de Refinitiv Eikon e informes internos de la estatal PDVSA.

Falta de personal y capital de inversión golpearon la producción de crudo a su menor nivel en casi 75 años, mientras sanciones impuestas por Estados Unidos redujeron los mercados de exportación del país socio de la OPEP.

La caída habría sido más pronunciada si algunos de los principales clientes de PDVSA no hubieran comprado petróleo venezolano a través de intermediarios o transferido cargamentos en altamar alrededor del mundo, difuminando el origen de los barriles.

En términos de clientes, Rosneft de Rusia fue el mayor receptor e intermediario del petróleo venezolano al tomar 33,5% de las exportaciones totales, seguido por la estatal China National Petroleum Corp y sus subsidiarias con 11% y la estatal cubana Cubametales con 7%.

China emergió como primer destino del petróleo venezolano en 2019, ya que las sanciones privaron a PDVSA de su mercado primario, Estados Unidos. Esto ocurrió aún cuando CNPC y sus unidades suspendieron la carga de crudo en puertos venezolanos en la segunda mitad del año. Venezuela envió un promedio de 319.507 bpd a China en cargamentos que cubrieron rutas directas y también en buques fletados por intermediarios que terminaron llegando a refinerías chinas después de transvasar el petróleo en las costas de países como Malasia, según los datos de seguimiento de buques de Eikon. El segundo mayor receptor de petróleo venezolano el año pasado fue India con 217.739 bpd.

La refinadora india Reliance Industries detuvo la compra directa de petróleo de PDVSA en el segundo trimestre, pero la reanudó más tarde en 2019 tras llegar a un nuevo acuerdo de intercambio que permite a PDVSA recibir cargamentos de combustible a cambio.

El congelamiento de las relaciones comerciales con Estados Unidos, quien también castigó las exportaciones de petróleo iraní, permitió a Asia en 2019 fortalecer su posición como el principal destino del petróleo de PDVSA con China, India, Malasia, Japón y Singapur recibiendo embarques, a veces solo para mezcla y trasbordo. Los envíos de petróleo de Venezuela a Asia promediaron 647.000 bpd o 65% de las exportaciones totales en 2019.

Las amenazas al petróleo de Irán y Venezuela, que junto a una menor producción afectaron el suministro global de crudo pesado, contribuyeron a un alza de 20% en los precios del crudo en 2019, pero las cotizaciones no registraron picos abruptos y se espera que permanezcan en el mismo rango este año.

Europa fue el tercer mayor destino del petróleo venezolano también a través de intercambios permitidos por las sanciones estadounidenses. Refinadores europeos, principalmente la española Repsol, recibieron un promedio de 118.980 bpd el año pasado, según los datos.

El cuarto destino más grande fue Cuba con 70.359 bpd, un número por debajo del promedio de los últimos años, pero aún alto considerando que otras naciones del Caribe dejaron de recibir petróleo venezolano incluso antes de las sanciones estadounidenses, debido a la caída de la producción de PDVSA.

PDVSA no respondió a una solicitud de comentarios.

PDVSA DEBILITADA

La nación miembro de la OPEP produjo 1,01 millones de bpd de crudo entre enero y noviembre, según cifras oficiales, su promedio anual más bajo en casi 75 años.

Ex ejecutivos de PDVSA y líderes sindicales atribuyen la caída a la falta de capital y el éxodo de aproximadamente 30.000 trabajadores, alrededor de una cuarta parte del personal reportado en 2016, el último año que la empresa publicó su informe anual.

PDVSA y sus empresas conjuntas tuvieron problemas en 2019 para exportar petróleo que se había acumulado en tanques de almacenamiento en medio de una cartera cada vez menor de clientes temerosos a las sanciones, anunciadas por Washington hace un año en un intento de presionar la salida del cargo de Nicolás Maduro. El aumento de las existencias obligó a la empresa a reducir su producción mientras convertía los mejoradores de petróleo en estaciones de mezcla diseñadas para producir las calidades de crudo demandadas por los clientes asiáticos.

Venezuela importó un promedio de 155.674 bpd de combustible y nafta diluyente en 2019, en línea con los últimos años, pero insuficiente para cubrir la brecha dejada por la muy baja refinación doméstica de PDVSA, lo que resultó en una escasez intermitente de combustible durante el año. En diciembre, cuando las importaciones cayeron a unos 125.000 bpd según los datos, la escasez empeoró, dejando largas filas de conductores esperando gasolina frente a las estaciones de servicio del país con las mayores reservas de crudo del mundo.

Reuters

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