Parte alta del lineup de Cardenales igualó la gran final

En los juegos dos y tres de la Gran Final de la temporada 2019-2020 de la LVBP, Cardenales de Lara tragó las hieles de la derrota. Si bien todo fue amargo, lo que le hizo arrugar más la cara al equipo fue el rendimiento de la parte alta del lineup: de 21-1 en esos malos momentos.

El manager Luis Ugueto tomó cartas en el asunto. Movió los bates superiores. Devolvió a Yordanys Linares al primer turno, colocó a Ildemaro Vargas de segundo y Osman Marval fue el tercero, como lo hizo mucho tiempo en la campaña. Resultado: entre los tres se fueron de 13-8, con cuatro carreras remolcadas. Así los pájaros rojos volvieron a saborear la miel de la victoria. Derrotaron 5-1 a Caribes de Anzoátegui, en el Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz.

“Salieron los batazos que estábamos esperando”, soltó Vargas, quien se fue de 4-3, a Carlos Valmore Rodríguez, periodista y comentarista de IVC. “Tanto el equipo como yo sabemos que si estoy en base es un peligro para el rival. Estoy agradecido porque salieron las cosas”.

Cardenales, al ganar el cuarto encuentro, iguala la Gran Final a dos laureles por bando y garantiza el regreso de las hostilidades al Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, para disputar el sexto compromiso, este domingo.

Las únicas manchas en los trabajos de Mayckol Guaipe y Néstor Molina, abridores de Caribes y Cardenales, respectivamente, ocurrieron en el segundo inning. Los crepusculares hicieron dos carreras en ese episodio gracias a imparables productores de Linares y Vargas. Anzoátegui logró su única rayita por un cuadrangular solitario de Balbino Fuenmayor.

Néstor Molina completo seis sólidas entradas en las que aisló dos hits y una carrera

“La presión siempre está, pero sabemos que podemos salir a ganar. Quiero darle mi cariño a la fanaticada, mis respetos para ellos y para todo el staff. Este es el Cardenales que sale a ganar”, continuó Vargas para el periodista Alexander Mendoza. “Me quito el sombrero con Carlos Rivero. Está jugando una gran tercera base”.

Linares ligó de 4-2, con fletada y anotada, y Marval de 4-3, con un doble, dos remolcadas y se engomó una vez. De hecho, el bateador designado aprovechó al bullpen de la Tribu, en el séptimo acto, al remolcar a Vargas con doble hacia el jardín derecho. El mismo Marval apareció en el noveno inning con sencillo que impulsó a Linares. La última carrera crepuscular fue cortesía de un batazo por la raya de la derecha de Luis Jiménez; el robusto paleador fue hecho out en la segunda almohadilla al tratar de alargar la conexión.

Antes de que Cardenales cerrara con broche de oro, Caribes tuvo la oportunidad de al menos igualar el compromiso en la parte baja del octavo capítulo. Llenó las bases con un out, y la pizarra abajo 3-1. El manager Ugueto invocó al relevista Pedro Rodríguez, quien llegó para enfrentarse a Niuman Romero, capitán de Anzoátegui. El bombero lo domó con elevado en zona de foul a la antesala, al igual que lo hizo con Eduardo Sosa, bateador emergente que entró por Denis Phipps.

“Siempre he tenido esa confianza. Me gustan esas situaciones con tanta adrenalina. Lo que hay que hacer en esos casos es no dejar que el rival se sienta cómodo, que se tenga que poner a la defensiva”, confesó Rodríguez, que tiene siete finales jugadas y dos títulos obtenidos, ambos con Caribes. “Gracias a Dios salieron bien las cosas. Estaba tratando de lanzarle a Niuman un sinker para que saliera un rolling para dobleplay. A veces, en esos turnos, los bateadores buscan hacerse grandes”.

Caribes solo pegó cinco imparables. Ninguno de los bateadores del equipo pudo duplicar batazos. “No bateamos. El equipo no ligó de forma oportuna”, apuntó Freddy González, coach de banca de la Tribu. “No ejecutamos con hombres en base. El cambio de Phipps por Sosa fue buscando un batazo. Era un bateador zurdo contra un pitcher derecho. Sosa lo ha hecho antes”.

Molina fue el ganador, gracias a 6.0 innings y una carrera aceptada. Guaipe perdió, a pesar que no le hicieron anotaciones limpias en los 6.0 capítulos que trabajó. Rodríguez, “El Amolador”, fue el hombre que se acreditó el rescate.

“La clave del juego fue la misma de toda la temporada. No traté de cambiar nada, solo confiar en mí. Estuve mezclando todos los pitcheos sin repetir ninguno. Yojhan Quevedo sabe los pitcheos que me gustan, lo que yo quiero y puedo tirar”, comentó Molina. “Salí enfocado en lo mío, sin importar cómo estaba la serie”.

Este viernes se jugará el último encuentro de la temporada en el Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz. El que gane irá a Barquisimeto a ley de una victoria para titularse campeón.

“Caribes es un equipo muy difícil en casa. Gracias a Dios pudimos traer la victoria”, resaltó Ugueto. “Hemos asegurado otro juego en casa y eso, anímicamente, es algo que nos ayuda bastante”.

Prensa LVBP

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