Un día en el Saime. Por Jesús Rangel Rachadell (@rangelrachadell)

Muchos venezolanos se encuentran en el extranjero y tienen dificultad con las diligencias del pasaporte, ya que el gobierno de Maduro no es reconocido el legítimo gobernante. Esos países alegan que es un usurpador por su elección fraudulenta, por ilegalizar a los partidos de oposición e inhabilitar a los candidatos con posibilidades de ganarle el proceso electoral.

El pasaporte es su identidad en el extranjero, lo malo es que se vence. En Venezuela tiene un lapso de cinco años de vigencia, terminado el plazo hay que buscar que lo prorroguen o renovarlo. Dicen que es fácil obtenerlo, hasta que se tropieza con los imponderables.

La consecuencia de ese desconocimiento es que no hay personal de Maduroen las embajadas, hasta el punto de expulsarlos.Falta burocracia que haga las gestiones o entregue los originales. Por ejemplo, si el afectado vive en Colombia e hizo su solicitud en diciembre pasado o pidió su prórroga de pasaporte (es una calcomanía que le colocan y extiende su validez por dos años). Si está listo su documento nadie lo entregará. La representación venezolana en ese país se encuentra a cargo de Humberto Calderón Berti, embajador designado por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.

Otros Estados dan por prorrogado el pasaporte venezolano de manera automática, facilitan la salida y entrada. Sin embargo, usted ingresará a Venezuela con esa credencial,aunque esté vencido, o con su cédula de identidad. Nadie puede prohibirle el ingreso a los nacionales, solo que no saldrá hasta que obtener un pasaporte vigente.Estoy encerrado.

Un procedimiento que no pueda ser entregado debe cerrarlo e iniciar otro cuando proceda. El sistema electrónico del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) antes (ONIDEX) o (DIEX), por alguna extraña razón lo borró, está paralizado, le tienen que cambiar el estado civil (hace unos años renové la cédula y a una chica le exigieron que llevara su acta de matrimonio, ella alegó que nunca se había casado), tiene un problema con los hijos menores, cambios de nombres, con la filiación o la búsqueda de datos filiatorios (que le permiten ubicar la partida de nacimiento). Todo esto hay que resolverlo en la única oficina prevista para estos entuertos, que queda en Caracas, ciudad en que eventualmente se va la electricidad y hay agua a menudo.

Yesenia y a Stephani, vinieron desde Sabana de Mendoza y Monay a esa oficina con la esperanza de continuar con sus planes de visa, perdón de vida. De Trujillo pa’ Caracas, debió estar escrito en el vidrio de atrás del carro.

Si quiere resolver su inconveniente con el pasaporte o la cédula tiene que estar en el poste de la esquina del Teatro Municipal de Caracas a las 6 de la mañana. Yo llegué a las seis y media y tenía un montón de gente por delante, me tocó ir a la vuelta del teatro. Suerte que no estaba lloviendo.

Conté siete vendedores de café con sus variantes con cigarrillos, con malojillo, punto de venta o pago móvil, y tres pedigüeños. Un vendedor de caramelos y palmeritas estaba ofreciendo su mercancía y le dijo a una chica: a ti no, porque eres gorda. Vi a madres con sus hijos rumbo a la escuela; a varias personas de ojos claros, me entero que hay tantos en esta ciudad. Recordé mis clases de Educación Artística, el teatro tiene columnas de orden Corintio.

A las 8 a.m., nos pasaron al espacio entre el teatro y el Saime. Éramos alrededor de 300 personas, en una cola tipo serpentín. No avanzamos nada, fue una reorganización. A las 9 empezaron a recoger las cédulas y a las 10 salí del reluciente sol, me pude sentar a las 11 a.m., cuatro horas y media después. Le espera un trencito de sillas en la que se va arrastrando el trasero hasta llegar al funcionario correspondiente.

Casi la mitad de las damas de camisa azul Saime se ven explotadas cual cotufas, no es que se hayan operado, se ven rellenitas y la camisa les queda como hallaca mal amarrada. No me malinterpreten, hay mujeres para todos los gustos, sonsaporritas. Es poco saludable ese sobrepeso, deberían ponerse a dieta. La caja Clap no engorda.

Recomiendo, porque yo no lo hice, que lleve un bolso con agua, desayuno y almuerzo, papel de baño, hojas blancas, lapicero preferible de color negro; cuanta constancia posea de su trámite, correos y capturas de pantalla. Desde que inicie su solicitud guarde prueba de todo, es posible que el sistema lo desaparezca y no conserve demostración del pago. Luego de pasar dentro de la oficina una funcionaria que quiso ser educadora, vocea: hagan caso alumnos de quinto grado que yo soy su maestra. Pide una carta explicativa de lo que le pasó y lo que solicita, dirigida al director, con copia de la cédula de identidad y del pasaporte. Le pregunté a una señora de la cola cómo debía ser redactada, me dijo que iniciara con queridísimo Gustavo Vizcaíno. No me pareció, es cuestión de estilo.

Hay bastante personal, solo que tendrá que mantener su paciencia durante 9 horas para que le den sus cinco minutos de atención y se vaya con la promesa de que el trámite continuará. Ese día no se lleva nada.

El purgatorio empieza en el Saime.

Jesús Rangel Rachadell / @rangelrachadell

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