CNP pidió a los medios peruanos parar campaña xenofóbica

En una carta abierta, el Colegio Nacional de Periodistas, de Venezuela se dirigió a su homóloga peruana para solicitarle que “instruyan a los medios” de ese país para detener la campaña xenofóbica emprendida por algunos contra los inmigrantes que llegan a ese país.

El CNP, en la voz de su presidente, Tinedo Guía, dio a conocer el contenido de la carta en una rueda de prensa. Guía expresó la preocupación del gremio por las prácticas antiéticas en las que alguna prensa establece una correlación indebida entre nacionalidad y hechos delictivos.

En la carta dirigida al decano del CPP, Max Obregón Rossi, como máximo exponente gremial de la comunicación social en el Perú, el Colegio Nacional de Periodistas recordó que la promoción de la xenofobia, así como el lenguaje de odio, es contraria a las buenas prácticas periodística y a los Derechos Humanos.

En tal sentido, Guía les hizo un llamado a los colegas peruanos a la automoderación y al respecto a la ética periodística.

Asimismo, recordó el caso de la radio televisión Miles Collines de Ruanda, cuyos jefes fueron condenados por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad tras propiciar una campaña de odio que terminó con el genocidio de 700 mil personas.

Al igual que en Perú, el presidente del CNP resaltó que situaciones similares se están dando en otros países latinoamericanos como Ecuador, Panamá, República Dominicana y México, donde pareciera evidenciarse una campaña antiinmigrante venezolano, en la que se etiqueta colectivamente a todos como delincuentes.

A continuación el contenido de la carta del CNP al Colegio de Periodistas del Perú:

Caracas, 2 de octubre de 2019

 

Señor

Max R. Obregón Rossi

Decano del Colegio de Periodistas del Perú

Estimado colega:

En nombre del Colegio Nacional de Periodistas, máximo representante gremial de los comunicadores sociales establecidos en la República Bolivariana de Venezuela, órgano creado por ley, les extendemos nuestros más cordiales saludos a ustedes y al órgano que representan, y aprovechamos la oportunidad para saludar a todos los colegas en ocasión del Día del Periodista Peruano, que se celebró el día de ayer, 1° de octubre.

La oportunidad también es propicia para manifestarles nuestra preocupación por las noticias que se leen, vía internet, desde Perú. Hemos notado con pesadumbre una asociación indebida, en los titulares de cierta prensa de su país, entre nacionalidad y hechos delictivos o de sangre. Aunque entendemos la compleja situación que conlleva una inmigración masiva en corto tiempo, como la que experimentan ustedes allá; no existe justificación alguna para que, desatendiendo los principios éticos universales del periodismo, haya un relato mediático que busque sembrar prejuicios estableciendo una correlación directa entre ambos conceptos. Creemos que ese tipo de títulos tendenciosos en noticiarios, prensa escrita o digital están reñidos con la ética periodística, que, en el caso de Perú, está comprometida con la defensa de los Derechos Humanos, según lo establece el artículo 10 de su código deontológico. Es de recordar que, si bien existe una libertad de expresión, esta está sujeta a limitaciones y restricciones legítimas, estipuladas por los pactos y convenios internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención Americana (Pacto de San José), en las cuales se prohíbe la propaganda de guerra, la incitación al odio, la promoción de prejuicios y la discriminación de las minorías nacionales, sexuales, religiosas e ideológicas, entre otras, así como también a que no se establezcan culpas colectivas por hechos delictivos individuales.

Hemos de recordar que en la Corte Penal Internacional, a partir del año 2000, se juzgó como delito contra la humanidad la actividad de la Radio-Télévision Libres des Mille Collines (RTMC), una estación de radio ruandesa que con su discurso de odio contribuyó notablemente a la consecución de uno de los genocidios más sangrientos de la segunda mitad del siglo XX. Ese juicio, que condenó a cadena perpetua a dos de sus directores y uno a 35 años de prisión, nos sirve de referencia para alertar que no se debe permitir a ninguno de los que portan un título de comunicador social o de periodista caer en la tentación de estigmatizar un colectivo entero solo por lograr vender más periódicos o cautivar audiencias mediante técnicas sensacionalistas o amarillistas.

Entendemos que hay colegas peruanos preocupados por la difusión de estos mensajes de odio en su país y que hay una prensa responsable que ha sabido utilizar mecanismos deontológicos de automoderación; no obstante, la experiencia en la defensa de los Derechos Humanos nos indica que para los discursos de odio hay que tener tolerancia cero. Hay que tomar correctivos, para que esas pequeñas manifestaciones o ese titular marginal, pero mal intencionado, no encienda pasiones y terminen en consecuencias nefastas con violaciones masivas de los derechos humanos de una población que, por su condición de migrante, se encuentra vulnerable.  Asimismo, pedimos de ustedes, nuestros colegas, mayor orientación a sus agremiados, para que este tipo de actitudes antiéticas sean condenadas como lo que son: actos que revisten delitos de lesa humanidad.

Nosotros los periodistas –sin distingo de nacionalidad– somos servidores públicos  y estamos obligados a ser vehículos de paz o, como dice el código de ética del Colegio de Periodistas del Perú, a ejercer una función «dirigida al desarrollo integral del hombre y la sociedad». Así pues, ese desenvolvimiento que esperamos en una colectividad de avanzada requiere de un afianzamiento de los valores democráticos, del mutuo entendimiento entre los pueblos y de la convivencia pacífica.

 

Colegio Nacional de Periodistas (Venezuela)

Nota de Prensa

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