Ser feliz según la ciencia

Ser feliz, según la ciencia, significa mantener un equilibrio que le permita al cerebro trabajar de forma ágil y mantenerse sano. En principio, todos deberíamos llegar a eso sin tanto problema, ya que lo natural es que nos protejamos y preservemos nuestra buena salud.

De forma contradictoria, muchas personas viven como si fueran enemigas de ellas mismas. Se hacen daño, física y emocionalmente, de forma consciente o inconsciente. Por eso les resulta tan difícil sentirse felices o experimentar el bienestar.

No tenemos que contar con grandes cosas para ser felices. Esto es resultado de la actitud y del estilo de vida, más que de lo que tengamos o seamos capaces de obtener. Aquí están 7 de esas maneras para ser feliz, según la ciencia.

Estar ocupado, sin prisas

El trabajo no solo es un medio para obtener sustento o dinero. Trabajar es una manera de desarrollar nuestras habilidades y potencialidades para evolucionar como seres humanos.

Lo saludable es que trabajemos en algo que nos agrade y que lo hagamos sin prisas ni premura. Es conveniente organizar el tiempo de tal modo que se equilibre el trabajo con el descanso. Diferentes estudios prueban que hacer las tareas sin prisa nos permite mantenernos concentrados y ser más productivos.

Dormir lo suficiente

Ser feliz, según la ciencia, también depende de la cantidad y la calidad del sueño. Contrario a lo que muchos piensan, no se duerme para descansar. Durante el sueño el cerebro está más activo que nunca.

Los recuerdos desagradables del día se procesan a través de la amígdala. Los positivos a través del hipocampo. Cuando no se duerme, el hipocampo se ve muy afectado, mientras que la amígdala no tanto. Por eso la falta de sueño genera estados de ánimo más negativos.

Hacer ejercicio es una forma de ser feliz, según la ciencia

Hay un experimento muy citado al respecto. Se llevó a cabo con personas que padecían depresión. Se dividieron en tres grupos. Al primero se le dio medicación solamente. Al segundo, ejercicio únicamente. Y al tercero, una combinación de medicinas y ejercicio.

Tras un mes, todos habían mejorado en una proporción similar. Sin embargo, a los tres meses se encontró una diferencia significativa. En el primer grupo, el 38% nuevamente presentaba síntomas de depresión. En el segundo grupo, el 31%. Y en el tercer grupo, solo el 9%. Por eso, ser feliz, según la ciencia, también tiene que ver con hacer ejercicio.

Tener cinco relaciones muy cercanas

Los seres humanos somos esencialmente sociables, así las condiciones de la civilización nos lleven a adoptar conductas individualistas. En el fondo, todos necesitamos a los demás, de su reconocimiento, de su compañía y de su afecto.

En una investigación se encontró que quienes tenían cinco o más relaciones significativas en su vida, eran dos veces más propensos a decir que se sentían muy felices. Por relación significativa se entiende aquella en la que puedes confiar, ser tú mismo y compartir confidencias.

Salir de casa

Es bueno reservar tiempo para estar en casa, pero permanecer encerrados no es una buena alternativa. Se ha evidenciado que una caminata de 20 minutos al día, por espacios al aire libre, ejerce una influencia sumamente positiva en nuestro estado de ánimo.

La Universidad de Sussex, en el Reino Unido, realizó una investigación al respecto. Concluyeron que la gente se sentía particularmente feliz en lugares cálidos, caminando cerca del mar. También que un efecto similar se producía en los entornos rurales, pero no en los urbanos.

Reservar tiempo para la diversión

El psicólogo Dan Gilbert hizo un estudio acerca de la relación entre el tiempo dedicado a la diversión y la felicidad. Encontró que las personas no solo disfrutan llevando a cabo actividades entretenidas, sino también planeándolas.

En particular, se detectó que las personas se sienten felices planificando cenas, fiestas y viajes. El sentimiento de satisfacción, por lo tanto, se prolonga a veces por varias semanas. También se comprobó que las personas son más felices gastando en experiencias que en objetos.

Meditar y agradecer

Hay un famoso experimento sobre la meditación, realizado en la Hospital General de Massachusetts. Se escaneó el cerebro de los pacientes, antes y después de llevar a cabo ejercicios de meditación de atención plena. Así se evidenció que tras la meditación las zonas asociadas al estrés mostraban una actividad mínima.

Por otro lado, el Journal of Happiness Studies publicó un estudio respecto a la gratitud. Se le pidió a 219 personas que escribieran cartas de agradecimiento durante tres semanas. Se compararon los síntomas antes y después del ejercicio. Así se verificó que los síntomas de depresión desaparecían con esta sencilla actividad.

Estos son solo algunos de los caminos que hay para ser feliz, según la ciencia. El conocimiento científico, entonces, ratifica que es la forma de vivir y aquello que hay en la mente lo que nos hace felices. Lo externo poco o nada cuenta.

El éxito y la felicidad no significan lo mismo

¿Sabes cuál es la diferencia entre éxito y felicidad? Muchos creemos que el éxito en la vida es el camino directo a la felicidad. Soñamos con lograr nuestras metas laborales y personales, olvidando por completo las cosas más simples que nos regala el día a día. La pregunta es: ¿por qué creemos que el éxito y la felicidad son sinónimos?

Podemos definir el éxito como el “logro” o “resultado satisfactorio” de un objetivo. Es la llegada a un destino marcado desde un comienzo, es el final de un largo recorrido en el que hemos luchado y superado mil obstáculos. Pero, ¿podemos definir de igual manera la felicidad? ¿La llegada a esta meta nos proporciona la plenitud emocional?

El éxito, mientras se persigue, puede parecer un sueño y a lo largo de ese camino, olvidamos, de manera casi inconsciente, el poder del ahora y nuestro propio bienestar. La obsesión por conseguir un objetivo nos obliga a caminar a ciegas en un mundo repleto de oportunidades. Por este motivo, es importante conocer la diferencia entre éxito y felicidad.

¿Significa esto que las personas exitosas no son felices? Por supuesto que no. Existen las personas con éxito y felicidad, pero también existen personas exitosas e infelices. Frases como: “Cuando lo consiga, seré feliz”, sólo nos conducen a un estado de ensueño del que podemos despertar una vez logrado el objetivo. Es en ese momento cuando podemos ser conscientes de todo lo perdido por el camino.

Cada meta en la vida requiere esfuerzos de mayor o menor nivel. Todos sabemos qué hacer o por lo menos intentar, para ser competitivos o destacar del resto. Podemos luchar para conseguir nuestros objetivos laborales, económicos o personales, pero siempre sin olvidarnos de desconectar de vez en cuando, y buscar tiempo para el ocio y el entretenimiento, disfrutar de la familia, rodearnos de personas positivas y buenos amigos. Tampoco podemos rendirnos ante los fracasos, todos fracasamos. Lo inteligente es aprender de esos fracasos (sólo son pequeños baches en el camino), y de las oportunidades que puedan proporcionarnos.

Si somos capaces de reservar tiempo para disfrutar del día a día mientras luchamos por conseguir otros objetivos, podremos llegar felices al éxito, sin necesidad de creer que el éxito nos regalará felicidad.

Curiosidades

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