Novak Djokovic aniquila a Lucas Pouille en la semifinal del Abierto de Australia

Mientras Novak Djokovic aniquila a Lucas Pouille en la semifinal del Abierto de Australia más desnivelada que se recuerda (6-0, 6-2 y 6-2 en menos de una hora y media), Rafael Nadal descansaba de tenis y disfrutaba de un viernes libre en la playa de St. Kilda con unos amigos y su novia para luego apurar la tarde jugando al parchís con el resto de su equipo, necesaria la desconexión antes de la batalla. Hasta aquí, hasta la última etapa, el español ha completado un torneo estupendo en Melbourne, seguramente el mejor de todos cuantos ha disputado en las antípodas, pero el viaje le lleva hasta el enemigo que más daño le ha hecho a lo largo de su carrera, viva como nunca esta rivalidad ya legendaria que mañana (9.30 horas, Eurosport y ABC.es) ofrecerá su capítulo 53 con 27 triunfos para Djokovic por 25 del balear. Esta vez, el premio vale un tesoro, pues a Nadal le concedería la exclusividad de ser el único tenista de la era Open con al menos dos trofeos en todos los grandes y al balcánico le colocaría, con siete galardones, como el jugador con más éxito en Australia. «Hay que comprar una entrada para ver esta final. Los partidos con Rafa son una experiencia única», resume perfectamente el número uno del mundo, al que cabe reconocerle el mérito para resurgir con la fuerza con la que lo ha hecho para volver a ser tan peligroso.

Precisamente por su estado actual, y sin olvidar también el aspecto psicológico, desde el banco de Nadal hablan con un respeto reverencial hacia un deportista titánico. Es cierto que el mallorquín ha estado a un nivel estratosférico en sus seis encuentros anteriores, pero es igual de cierto que nadie se lo pone tan difícil como Djokovic, que presenta 14 grandes en su palmarés (a tres del español y a seis de Federer). «No es por quedar bien o por cumplir con el tópico, pero de verdad que creo que la final, viendo a los dos estos días, está al 50%. Nos va a llevar al límite», explica Francis Roig a ABC.

«Hay que buscar variedad»

El entrenador de Nadal, que se reparte las funciones con Carlos Moyá, vaticina otro encuentro de largo aliento como el último, que fue el de las semifinales del último Wimbledon y en donde se impuso el balcánico por 10-8 en la quinta manga. «Están tan bien los dos que veo muy difícil que uno pase por encima del otro. Me atrevo a pronosticar un partido largo, con sets apretados y con variedad. Es complicado mantener un nivel muy alto durante mucho tiempo cuando el enemigo es tan bueno, así que habrá cambios. Como en Wimbledon, que se decidió por puntos decisivos. Rafael fue mejor jugador, pero Novak brilló en los momentos clave». En el recuerdo de todos está esa final de 2012 de casi seis horas, cuando Djokovic tenía a Nadal martirizado.

Las cosas ahora son muy diferentes y ambos jugadores han mantenido una evolución permanente. «Se conocen tanto que hay poco margen para la sorpresa. Para ganar a Novak, Rafael tendrá que hacerlo muy bien, pero que muy bien», remarca Roig, que da con las claves de la pelea. «Si Nadal quiere levantar el título, debe reducir al máximo los errores y acercarse a la excelencia. Tiene que seguir como hasta ahora, incluso dar un paso más. A Djokovic hay que variarle los ritmos, no jugarle siempre de tú a tú, tratar de que él se sienta incómodo. Hay que atacarle mucho, buscar también el centro y usar el slice (cortado), aunque al ser Rafa zurdo no le hace tanto daño. Va a ser muy importante restar rápido por la derecha y tener cabeza, calma y aceptar que va a ser largo. Djokovic tiene la virtud de anularte y, aunque tires diez golpes muy buenos, en el undécimo puede neutralizar la situación y pasar a mandar en el punto. Vamos a sufrir mucho».

En el azul eléctrico de Melbourne, Nadal ha exhibido un saque poderoso, tan efectivo que ha ganado muchísima potencia y precisión y que únicamente ha perdido en dos ocasiones (fue en el debut, ante Duckworth). «Sufre mucho menos ahora, y eso cambia. Contra Novak es básico que le funcione como lo ha hecho en las rondas anteriores, y más teniendo en cuenta lo buen restador que es el serbio. Y nos estamos centrando mucho en el saque, algo lógico, pero le doy también muchísima importancia al resto. Lo hemos trabajado muchísimo en pretemporada y está siendo una pasada, le permite entrar con garantías en el punto».

Roig, quien admite que Djokovic tiene más virtudes en pista rápida, quiere que se reconozca el mérito de su pupilo en esta superficie. «Es difícil decir si está mejor que nunca, pero desde luego está cerca. Y yo, que estuve con él en Abu Dabi y Brisbane, sabía que rendiría. De Rafael ya no me sorprende casi nada», sentencia.

ABC

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