NOSOTROS | “El magistrado Zerpa deberá de ser considerado como agente encubierto”. Por Johnny Galue (@COOTUR)

Aristóteles afirmaba que el hombre es sociable por naturaleza y siendo así, el hombre no puede vivir solo, necesita a los demás. Sócrates decía: el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe. Cuando una persona nace, no hay nadie que vaya a su cuna y le diga; tú serás bueno, tú malo, tú terrorista y aquel de allá será pacifista. No, no lo hay. Así pues, el ser humano es malo por educación y no por naturaleza. Dependiendo del ambiente donde haya sido criado y educado, dependiendo de sus factores de socialización que haya tenido al alcance, será bueno, o malo.

Hoy la sociedad está paralizada en valores como en virtudes. La familia ha dejado de ser la cédula fundamental de la sociedad. La familia se ha desestructurado. No es una unidad, donde en conjunto se educa a los hijos, estos crecen en intereses, en exceso protegidos, bien, que es lo normal, adelantan su libertades, cuando más necesitan una guía y una protección familiar. Se independizan cuando están madurando y el espíritu de rebeldía es el signo de hacer lo que quiero. Es decir, soy libre cuando más necesito ser protegido. Rousseau filósofo francés, que influyó en la revolución francesa, en El contrato social, dice: «El hombre nace libre, pero en todos los lados está encadenado».

Hoy a la sociedad, no le interesa la realidad cotidiana. Donde el hombre es un lobo, para otro hombre. Esto es una selva y a cada paso encontraremos un animal. Algunos huyen, otros atacan y matan. Todos los días estamos atacando a la sociedad, estamos atacando lo más sagrado del ser humano, su existencia y la vida.

La constante y vertiginosa evolución de hábitos y costumbres sociales han agregado componentes de carácter social como culturales y comportamientos globales, influenciados con las nuevas tecnologías de la comunicación que nos ha introducido en un mundo novedoso, diferente y mucho más complejo de lo imaginado. Conformando una compleja y dinámica “SOCIEDAD DE RIESGOS”, marcada por la crisis institucional que se vive en Venezuela.
En esta reciente y dinámica realidad, se ha desarrollado, como pieza clave, un nuevo escenario dentro de esta «sociedad de riesgos» marcada por la crisis de la ineficiencia de las técnicas de la investigación. No hay ni se ha alcanzado formula ideal, que logre poner coto a los avances de la criminalidad posmoderna en Venezuela, sin tener que buscar pruebas que lesionen los derechos fundamentales de las personas investigadas. Partiendo de la premisa de que el crimen organizado ha alcanzado niveles de sofisticación y de estructuración logística semejantes a una gran empresa, viniendo a provocar graves problemas a novel internacional como poniendo en situación de alarma la situación financiera de un sin número de países, sin lograr penetrar el ambiente cerrado como demarcado de una implacable ley del silencio de los grupos delictivos.

Esto a manera de poder, encuadrar un medio de investigación en el marco de un proceso penal garantista, en la búsqueda por la armonización o el equilibrio de la eficiencia por parte del Estado y la preservación de las garantías de las personas sometidas a una investigación y al proceso penal.

Desde esta perspectiva, hay que tener en cuenta, las dificultades en conocer a fondo los principales detalles sobre el modus operandi, la estructura física, mental y material como el “PODER DE FUEGO” de estas organizaciones criminales, en estos casos se debe tener en cuenta el derecho comparado como la analogía, principios estos de prohibida aplicación en Venezuela en la jurisdicción penal.

En la practica, la persecución al terrorismo, al narcotráfico, la corrupción o el blanqueo de capitales ha permitido, llegar a la conclusión de establecer la figura del agente encubierto, para ser incorporado, que puedas permitir ser un medio extraordinario de investigación eficaz en la lucha contra las formas mas graves de criminalidad, siempre que se haga de acuerdo con los principios de criminalidad como del debido proceso. De hecho, así es reconocido por la O.N.U. en sus convenciones contra el narcotráfico, (Viena 1999), delincuencia organizada transnacional (Palermo, 2001) y Corrupción (Mérida, 2003).

El Estado Venezolano, vive, experimenta una compleja situación judicial, de EMERGENCIA en su relación jurídica, con el tratamiento jurídico de la delincuencia organizada, y su posible crecimiento irrazonable con el crimen organizado, como asunto «de moda», donde es amigo entrañable, de esta forma de especie de criminalidad. (Según el Magistrado Zerpa)

 

Dr. Johnny Galue / Abogado, Político / @COOTUR

 

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