Fernando Albán el nuevo mártir. Por Lester Toledo (@LesterToledo)

El pasado lunes todos los venezolanos nos estremecimos con una muy cruel noticia, ese día el régimen de Nicolás Maduro Moros, asesinó a Fernando Albán, concejal del partido Primero Justicia. Su cuerpo fue lanzado al vacío desde el piso 10 de la sede del Servicio de Inteligencia del régimen.

Tristeza, consternación, rabia, dolor, sorpresa, indignación, todos estos sentimientos se entremezclaron dentro de cada uno de nosotros mientras tratábamos de entender lo que había pasado. Y lo que pasó fue que Albán fue asesinado, que sufrió crueles torturas, que pretendían obligarle por la vía de la intimidación y la violencia, que involucrara con testimonios forzados a otros dirigentes de oposición, un hecho tan cruel y grave que no abrió espacios a la manipulación del régimen.

Aún sin informe forense, sin ningún tipo de investigación ni averiguación abierta, mientras el cuerpo yacía en el piso, ya Tarek William Saab, el fiscal general del régimen  fue el primero en salir ante los medios para tratar de imponer su versión sobre el suicidio de Albán, aquel día se atrevió a decir: “El ciudadano solicitó ir al baño y estando allí se lanzó al vacío desde un piso 10”. Casi en paralelo, Néstor Luis Reverol, ministro de Interior y Justicia, ofrecía una segunda versión oficial que contradecía la primera versión de Saab.

Dijo Reverol: “en el momento que el detenido iba a ser trasladado al tribunal, encontrándose en la sala de espera del Sebin, se lanzó por una ventana de las instalaciones cayendo al vacío, ocasionándole la muerte”.

Pero no conformes con estas dos versiones que se contradecían entre sí, este miércoles, surgió una tercera versión, del mismo Tarek, tratando de enmendar su error de la tesis del baño, señalando ahora que: “En la hora del almuerzo, Albán se habría levantado abruptamente de la mesa diciendo que iría al baño; sin embargo, corrió hacia una ventana panorámica del piso 10 de la sede del Sebin en Plaza Venezuela y se lanzó al vacío”.

Lo cierto es que Fernando Albán fue torturado y asesinado, que es un mártir de la dictadura, un preso político de Nicolás Maduro que estaba bajo su custodia, esa es la verdad.

La verdad es que Fernando nos acompañó durante varios días en Nueva York, participando activamente en reuniones y protestas que habíamos programado para sensibilizar al mundo sobre la aguda crisis que agobia cada día más a los venezolanos, que luego de ello retornó al país el viernes 5 de octubre, mismo día en el cuál los cuerpos de seguridad del régimen lo secuestraron, sin orden judicial, sin dar ningún tipo de explicación, sencillamente se lo llevaron, y por más de 48 horas se desconoció de su paradero. Sus abogados refirieron que lograron conversar con él, el día domingo.

Y resulta que según el régimen, en horas del mediodía del lunes decidió acabar con su vida, lanzándose al vacío. Una versión poco creíble pero que con la cuál querían imponer la cobarde tesis de: Nosotros no le quitamos la vida, él se la quitó voluntariamente, como si con esta mentira, se le restara importancia al hecho de que se trataba de un ciudadano bajo la custodia de un órgano de seguridad del Estado.

Y es que la bajeza de este régimen no tiene límites, los familiares y amigos no habían terminado de dar el último adiós a Albán, un buen hombre, buen ciudadano que siempre quiso lo mejor para el país,  y ya los portavoces de la muerte, Tarek y Reverol, sin importar mancillar el buen nombre del concejal, se inventaron una sarta de mentiras, involucrándolo con el mal montaje del atentado del 4 de agosto.

Fernando Albán fue un ciudadano de los buenos, y hoy es  un mártir, otro mártir como los 146 jóvenes que fueron asesinados por portar una bandera de Venezuela durante las protestas del año pasado, mártires como los que han torturado y están aún en los calabozos venezolanos, como las madres que lloran por la trágica muerte de los suyos y mártires como los más de cuatro millones de venezolanos que hemos tenido que dejar nuestra Patria.

Este asesinato es una alarma al mundo sobre lo que sucede en Venezuela, por lo que denunciamos  ante todos los gobiernos y organismos multilaterales que, en su obligación de velar por el cumplimiento de los derechos humanos, es imperativo que condenen esta atrocidad provocada por la dictadura y propicien las condiciones para la transición.

Este crimen deberá ser sometido a investigación por los organismos internacionales de defensa de los Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional para establecer responsabilidades, incrementar las sanciones y ejercer mayor presión internacional en contra de la dictadura. Maduro, tarde o temprano tendrá que pagar por cada uno de sus delitos, y de eso, nos estamos haciendo cargo.

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