Sin remesa no hay comida. Por Joaquín Chaparro O. (@joaquinchaparro)

Los migrantes venezolanos que en su mayoría son jóvenes, profesionales con estudios de cuarto nivel (Especialización, Maestrías y Doctorados), además, con grandes deseos de obtener una vida digna, prospera, con empleos estables, bien remunerados que le son negados aquí en su propio país, han logrado un milagro asombroso y atípico para una nación como Venezuela. Estos jóvenes, con su esfuerzo, trabajo y dedicación, enfrentando y superando humillaciones, así como la xenofobia de ciudadanos de países hermanos del continente y del mundo entero, han logrado paliar con firmeza, lo que el régimen de Nicolás Maduro y su gabinete de ineficientes enchufados no han podido hacer en años.

Ocurre con las remesas que se traducen en las ganancias que los emigrantes envían a nuestro país para sus familiares, han logrado progresivamente, paliar y enfrentar la terrible y dantesca hiperinflación que devora a Venezuela, acentuándose a finales del año pasado y en el transcurso del mismo. Ahora bien, buena parte de ciudadanos se benefician actualmente con las remesas que envían sus familiares desde el extranjero para poder dominar la bestial hiperinflación.

De acuerdo con la firma Datos, al cierre de enero de 2018, 14% de la población mayor de edad (aproximadamente tres millones de personas) reciben dinero, alimentos, medicinas, calzados, artículos de aseo personal, vestido, del exterior por parte de familiares. Lo curioso de este asunto es que el régimen niega rotundamente que el proceso migratorio sea un hecho social, es más, lo rechaza, pero se contradice rotundamente porque ha creado Casas de cambio, que según se especula son propiedad de unos burócratas del régimen, para absorber un porcentaje de hasta el 50% del monto de las remesas en efectivo que generalmente son dólares, Euros, o pesos (según la denominación y precio de cada país Latinoamericano).

 

Esa situación, se la plantean porque descubrieron que en el año 2017, ingresaron al país alrededor de 377 millones de dólares vía remesas, lo cual equivale a una elevada suma de dinero con la cual se pueden enriquecer (más de lo que están), algunos “vivitos” del régimen. Los dólares, Euros, así como cualquier tipo de moneda extranjera, se depositan en una cuenta en el extranjero a un venezolano que se encuentre en nuestro país a la tasa de cambio del mercado paralelo y este a su vez, cobra una mínima comisión y le deposita a la respectiva cuenta bancaria los bolívares a la familia beneficiaria; esta dinámica, le molesta al régimen pero desea engancharla para obtener dividendos de esas operaciones.

 

Lo cierto de esa situación es que con el dinero que entra a Venezuela por vía de las remesas, se hace mercado sin problema y se puede pagar otras cosas como consultas médicas, medicinas, repuestos automotrices, servicios públicos, entre otros aspectos de interés familiar.

 

Concluyo diciendo que en la medida que los migrantes venezolanos (jóvenes en su mayoría) continúan su éxodo, destruyen las familias y (se habla que salen diariamente más de 10 mil ciudadanos por las fronteras, puertos y aeropuertos), el régimen considera que aquí no está pasando nada, que quienes se marchan o huyen del país es por razones de gusto, para los ministros enchufados y el propio Maduro, “van a limpiar pocetas” en el extranjero, pero desean que lo se ganan limpiándolas, les quede a ellos, la mitad de lo que envían a los familiares, lo cual evidencia una debilidad extrema de gobernabilidad, por ello, las remesas que entran al país podrán enfrentar la hiperinflación, pero no erradicarla, ese papel le corresponde al nuevo gobierno de transición.

 

DC / Joaquín Chaparro / Ex Concejal de Maracaibo /  @joaquinchaparro

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