¡Sensación de estar haciendo algo furtivo! Madres Deportistas: “Es muy cruel tener que empezar de cero por ser madre»

Decía Meryl Streep que «la maternidad tiene un efecto humanizador. Todo se reduce a lo esencial». Pero ni siquiera ese carácter natural de la maternidad, inherente a la evolución humana, ha logrado enterrar de forma definitiva las falsas creencias, tabúes y mitos que rodean uno de los momentos más especiales en la vida de una mujer. En determinados ámbitos, además, la maternidad se consideró durante años el punto y final de ciertas etapas vitales. El deporte de élite fue uno de ellos. Hace no demasiado, la deportista que quería ser madre se despedía para siempre de la alta competición porque ambos proyectos se antojaban excluyentes.

En pleno siglo XXI, sin embargo, muchos de esos mitos se han derribado -ya proliferan los ejemplos de deportistas que cosechan nuevos éxitos internacionales tras la maternidad-, pero otros aspectos, como el entrenamiento aeróbico y de fuerza durante el embarazo, la lactancia o la conciliación son aún obstáculos importantes para estas mujeres, que ven agravada esa situación por la escasez de ayudas y facilidades para armonizar su dedicación al deporte y a la familia.

Hace unos días, la imagen de la jugadora de hockey hielo canadiense Serah Small amamantando a su bebé de ocho semanas en el vestuario durante el descanso de un encuentro se viralizó en las redes sociales y centró un debate, con comentarios y críticas, sobre la conveniencia de tal acción. «Hay que normalizar la maternidad en el deporte de élite», asegura la olímpica Blanca Manchón, que dio a luz hace 15 meses a su hijo Noah. «La realidad es muy dura porque todo parece un tema tabú. La logística es muy difícil para nosotras -yo viajo con las tablas, con todo lo relacionado con el bebé, con mi marido o una de las abuelas para que puedan cuidarle-, pero Noah se desplaza conmigo desde que tenía cuatro meses. Ha estado ya hasta en Japón. El año pasado, yo terminaba de entrenar y me bajaba el neopreno para darle el pecho. Es algo natural».

Pero Blanca Manchón, como otras deportistas españolas madres, se encuentra con muchos problemas para afrontar el embarazo y la posterior conciliación por la carencia de ayudas. «Yo perdí los patrocinadores y se me acabó la beca porque no tuve nuevos resultados», recuerda Blanca, campeona del mundo de windsurf en clase Mistral y RS:X. «Es muy cruel que tengas que empezar de cero en todos los aspectos, física, económica y logísticamente, sólo por el hecho de ser madre».

También denuncian esa situación tres atletas olímpicas que han estrenado maternidad recientemente: Isabel Macías, Diana Martín y Alessandra Aguilar. «Al no competir pierdes las becas», explica Macías. «Y la inseguridad económica es importante. Hay pocas ayudas, no puede ser que el embarazo se convierta en una penalización para la mujer deportista». Desde 2014, la Subdirección General de Mujer y Deporte del CSD está concediendo algunas ayudas para maternidad y cuidado de hijos hasta que cumplen tres años, con un presupuesto habitual de 40.000 euros. Las correspondientes a 2018 aún están pendientes de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado y tendrán una dotación de 60.000 euros.

Nuevas medidas

Las deportistas piden a los organismos deportivos la adopción de medidas que faciliten embarcarse en la mágica aventura de ser madre. «He representado a España durante 21 años, con presencia en tres Juegos Olímpicos, y ahora no tengo ni paro ni baja maternal», asegura Alessandra Aguilar. «Se debe regular nuestra situación de otro modo para que tengamos más derechos, con algún tipo de subsidio o beca».

La implantación de un régimen de la Seguridad Social es una de sus demandas. «Ya no es sólo por la maternidad. Tenemos también que pensar en el futuro y para ello hay que cotizar», asegura Isabel Macías. «En cualquier trabajo cuentas con una baja maternal», apunta Diana Martín. «Deberíamos tener un seguro para estos casos porque traer una vida al mundo es lo más bonito que hay. El embarazo está considerado una lesión a estos efectos y no lo es». Muchas de estas mujeres retrasan el momento de ser madres o lo planifican según sus particulares objetivos competitivos, de ahí que el año postolímpico coincida con un boom de los nacimientos en la élite internacional. «Llevaba años queriendo tener un bebé, pero siempre me preguntaba cuándo sería el mejor momento», recuerda Alessandra. «Si estás arriba y paras, luego qué haces», se pregunta.

Porque para las deportistas ser madre repercute directamente en su cuerpo, ése que deben llevar al límite para intentar subir al podio en cada competición. «Durante nueve meses, y en el postparto, tienes un cuerpo que no es el tuyo», reflexiona Diana. «Las caderas no están donde antes, muchos de tus órganos tampoco, muscularmente no eres la misma y aparecen rápidamente las molestias. Mi bebé tiene 8 meses y ahora tengo que ver cómo responde mi cuerpo». Alessandra comparte opinión. «Me di cuenta de que por primera vez no tenía el control sobre mi cuerpo», asegura.

Todas han regresado a su rutina de entrenamientos y competiciones o tienen previsto hacerlo cuando se recuperen totalmente. Alessandra y Diana probarán en las pruebas en ruta, mientras que Isabel Macías volverá al mediofondo. Blanca, por su parte, ha navegado estos días en el Trofeo Princesa Sofía de Palma. Siempre están cerca de sus pequeños, a los que algunas continúan amamantando dada su corta edad. «Es algo natural», asegura Isabel, tras conocer que Serah Small había recibido críticas por ello. «Yo he amamantado incluso en la pista, tras un entreno. A veces tienes la sensación de estar haciendo algo furtivo. ¿Por qué?», se pregunta. Porque aún quedan barreras por derribar.

DC / Marca

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