Tampoco, por Luis Barragán (@LuisBarraganJ)

A mediados del año pasado, solicitamos infructuosamente una constancia certificada de nuestra asistencia a la Comisión de Administración y Servicios en el mandato legislativo anterior. Y tampoco apareció el original de la solicitud que, por escrito, hicimos para que el Ejecutivo Nacional respondiera ante el anuncio de la venta del costoso avión presidencial que Maduro Moros heredó de su antecesor, pues, se recibieron en completo desorden los archivos.

 

Traspapelada la copia de la solicitud aérea, quisimos hacernos de otra para actualizar el archivo personal. No fue posible,  como tampoco que supiéramos en momento alguno del trámite correspondiente en la comisión de la Asamblea Nacional,  limitado sólo a pedir  información sobre el destino de un bien del Estado, sin prejuzgar  respecto a una operación comercial, donación, comodato o cualesquiera otras de las modalidades que, por siempre, constituyen una presunción.

 

Recientemente, el ocupante de Miraflores decidió viajar a Kazajistán, taquigrafiando lejos la pretensión de montar un frente anti-estadounidense que lo resguarde de las consecuencias de las ya consabidas medidas anunciadas. Se transportó en un avión de la dictadura cubana que, al parecer, le ofrece una superior garantía de seguridad y de confort, pues, tampoco es factible indagar sobre el motivo de la preferencia.

 

Se habla del titular de una alcaldía que, por muy caraqueña que sea, no tiene avión propio, por lo que aparentemente utilizó uno de los más cotizados de PDVSA para trasladar patrióticamente a su hijo a continuar sus estudios en suelo azteco, mientras no ahorra dicterios frente a la inmensa diáspora de venezolanos que intenta sobrevivir fuera de casa.  No hay medios que salgan ilesos por la reseña y la crítica generada,  gracias al celebérrimo video de un venezolano común que sorprendió y le reclamó al burgomestre en una calle mexicana, como tampoco comisión parlamentaria que pueda investigar el uso de los vehículos del Estado, incluyendo a aquél que envió a su hijo con la niñera a una consulta médica en Brasil, tiempo atrás.

 

Al pasar el tiempo, no habrá vuelo comercial alguno que satisfaga la demanda interna, tan reducidos y encarecidos los vuelos nacionales, como tampoco ya es posible abordar un avión al extranjero. Sólo los privilegiados del poder, tienen a su disposición la flota del Estado que el resto de los venezolanos pagamos y mantenemos, quedando – para todo lo demás – la línea aérea cubana, la Viasa  de esta otra cara de la Venezuela saudita.

 

DC / Luis Barragán / Diputado a la Asamblea Nacional / @LuisBarraganJ

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