Gira de Obama: La estrategia del tango en Argentina y la del béisbol en Cuba

Unos pasos de tango y sorbos de mate de Barack Obama en Buenos Aires asombraron tanto como el “¿qué bolá?” o la partida de dominó en La Habana. Esta gira del presidente de Estados Unidos mostró otras estrategias de cara a una región históricamente desconfiada de Washington.

En Cuba, Obama profundizó el deshielo con su archienemigo de medio siglo y en Argentina apostó al nuevo presidente Mauricio Macri como un ejemplo de modelo político y económico para la región.

Pero fueron sus salidas con ‘spanglish’, su postura descontracturada junto a Raúl Castro para disfrutar de un juego de béisbol, o sus menciones a los astros deportivos argentinos Lionel Messi o Manu Ginóbili, los gestos que terminaron por sellar un acercamiento histórico con dos países de la región distintos pero con relaciones políticas particularmente complejas con Washington.

“Hoy tomé mi primer mate (infusión). Me gustó, mi equipo pensó que estaba muy claro en la conferencia de prensa, debe ser el mate que me aclaró la mente”, dijo risueño para romper el hielo en una charla ante jóvenes emprendedores en Buenos Aires.

Se ganó la admiración en un auditorio colmado del barrio de La Boca, al confesarse “fascinado” con Buenos Aires, ciudad que, como el mate, había descubierto en sus años de universitario en los libros Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.

El mayor ‘riesgo’ llegó en una cena propia del universo hollywoodense: dio unos pasos de tango con una bailarina, ante la sorpresa de una audiencia de personalidades argentinas. El baile, al que también se aventuró su esposa Michelle, tuvo lugar en el majestuoso complejo Centro Cultural Kirchner, en honor a Néstor Kirchner (2003-2007), inaugurado el año pasado por la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015).

“Lo noté contento, distendido, feliz”, contó la bailarina Mora Godoy, que se atrevió a invitarlo a bailar temiendo incluso que los servicios de seguridad la apartaran.

Godoy dijo que “se puso muy contenta cuando su mujer salió a bailar y pudimos terminar el tango tranquilos”.

“Este es un nuevo comienzo en nuestra relación. ¡Salud!”, brindó Obama alzando las copas antes de degustar un cordero patagónico, en cena regada con tinto Malbec.

El contundente apoyo político que Obama ofreció a Macri, “impresionado” por sus reformas económicas en tan solo 100 días, dejó por fuera el sentir de la mitad de los más de 40 millones de argentinos.

La oposición critica los despidos en el sector público y privado, con aumento de tarifas en servicios básicos y una inflación de más de 8% en el primer bimestre, tras cerrar el año pasado con 30%.

Macri ganó la presidencia dando un giro a la centroderecha, con poco más de 51% de los votos en una sociedad polarizada tras 12 años de políticas de proteccionismo estatal impulsadas por los Kirchner, cuando abundó una retórica antineoliberal y roces con Washington.

“Estoy impresionado porque él (Macri) se ha movido rápidamente con muchas de las reformas que prometió para generar un crecimiento económico sustentable e inclusivo, para reconectar a Argentina con la economía global y la comunidad mundial”, dijo Obama el miércoles.

El analista político Carlos Fara cree que fue un riesgo el espaldarazo prematuro a Macri, pero estimó que “Obama no pierde nada, ya que termina su cargo”.

“El apoyo a Macri es irreprochable para su política interna. Y en todo caso le tapa la boca a los republicanos que desacuerdan con la apertura a Cuba”, dijo a la AFP.

Fara estimó también que Macri puede ser un líder regional. “Hay mucha expectativa en el exterior. Si al hacer las reformas promercado no se le destartala la gobernabilidad, y administra bien los costos sociales, el ‘leading case’ sirve. Si no, habrá una cierta revisión del giro”, afirmó el consultor.

Cuando Obama llamó en Cuba a “dejar atrás los vestigios de la Guerra Fria” y en Argentina pidió no detenerse en el pasado, hizo la diferencia con aquel Estados Unidos de los años 60 y 70 que apoyó dictaduras militares para contrarrestar el avance de la izquierda en América Latina.

La autocrítica de Obama sobre el papel de Washington en la dictadura argentina “fue totalmente ‘light’”, opinó la dirigente de Madres Línea Fundadora Taty Almeida. Los organismos humanitarios esperaban un abierto arrepentimiento.

Pero según Fara, el gesto de Obama de asistir al memorial a las víctimas del régimen militar (1976-83) y pronunciar la frase “nunca más” constituyó un “gesto que les cae como anillo al dedo tanto a Obama como a Macri”.

“Estados Unidos no es ahora lo que se supone que fue en el pasado, y Macri es un líder sensible a esos temas, no solo una buena noticia para los mercados. En ese sentido, ambos se lavan la cara”, afirmó.

El Nuevo Herald
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