Diplomacia: “Respaldar alianza contra el EI fue una medida inoportuna e innecesaria”

La postura del Gobierno Nacional de respaldar expresamente la lucha internacional contra grupos extremistas ha generado un crispado debate que pone en entredicho el acertado manejo de las relaciones internacionales por parte de nuestras autoridades. A la luz de los recientes ataques en París, Eloy Alfaro De Alba, experimentado diplomático, considera que las autoridades fueron imprudentes al involucrar apresuradamente al país en una iniciativa esencialmente bélica. Alfaro también opina que las decisiones que se tomen en asuntos de este orden deben ser cónsonas con los objetivos básicos de la política exterior y estar comprometidas primordialmente con la protección y desarrollo de los intereses nacionales.

¿Cómo evalúa la postura de Panamá frente a los atentados terroristas en Francia?

Me identifico plenamente con el rechazo a la violencia cruel que han adoptado como táctica movimientos terroristas como el del Estado Islámico (EI), y descalifico el uso de los métodos terroristas en la solución de los conflictos internos de una comunidad o de la comunidad internacional, pero, considero que la postura de Panamá es arriesgada y poco prudente porque, los países que decidan vincularse, de manera expresa a la Coalición contra el EI, una iniciativa que tiene un origen y naturaleza esencialmente bélica, se pueden convertir en objeto de amenazas. Panamá es el primer país latinoamericano, y el único, que se apresuró a incorporarse a esa coalición.

¿Cree que Panamá debe involucrarse en este tipo de acciones, considerando las obligaciones de la política de neutralidad del canal?

Panamá debe ejercer prudencia ante situaciones que puedan poner en entredicho su compromiso por mantener la neutralidad del Canal de Panamá o su seguridad y la del país. Más que por evitar o disminuir riesgos de seguridad, las decisiones de Panamá en asuntos de política exterior deben ser respetuosas de las obligaciones internacionales del país, y deben ser orientadas por criterios de una política exterior bien definida, ponderada, y comprometida con la protección y el desarrollo del interés nacional. Situaciones coyunturales que conlleven a la vinculación del país a iniciativas o aventuras militares deben rechazarse, a menos que haya de por medio un análisis profundo de las circunstancias particulares que justifique, en virtud de un interés nacional bien identificado, una excepción a lo que debe ser la regla.

¿Ha sido una medida inoportuna?

Ya cuando se anunció hace meses la incorporación de Panamá en la Coalición contra el EI, lo consideré inoportuno e innecesario. Más ahora, por razones cada vez más evidentes. Tampoco me queda claro qué necesidad tiene el país de lanzarse, de manera irreflexiva, a formar parte de esta Coalición ni los beneficios que pueda representarnos, ni qué intereses de nuestra política internacional pudieran motivar tal decisión. Hace falta un análisis profundo.

¿Pero cree que Panamá podría contribuir al combate contra el terrorismo?

La política internacional de Panamá debe reconocer y comprometerse con la necesidad de evitar que las instituciones y el sistema económico de Panamá puedan ser aprovechados para actividades ilícitas de cualquier naturaleza. Panamá debe contribuir al combate contra el terrorismo adoptando medidas para evitar que su situación geográfica, su economía abierta, su sistema de servicios internacionales y bancarios puedan utilizarse para actividades ilícitas de cualquier tipo, o de grupos, movimientos o individuos que puedan dedicarse a actos terroristas. Ello no significa que el país deba vincularse a iniciativas que de manera específica se dirijan contra determinados grupos, movimientos o estados, y menos cuando se proponen objetivos militares.

¿Puede ser la iniciativa de panamá un gesto complaciente hacia EE.UU.?

No me consta que la acción de Panamá —de incorporarse a la Coalición contra el EI— se haya tomado para complacer la política exterior de Estados Unidos o de ningún otro país, y no tengo manera de saber si ese haya sido un factor en la decisión de Panamá. En situaciones tan sensibles como esta, que afectan los intereses nacionales, las acciones no deben responder a complacencias o contrariar políticas de ningún otro país, sino al interés nacional. Prefiero asumir que no se trató de un gesto complacientE. Pero no tengo ninguna duda de que en estas situaciones, cuando EE.UU., motivado por sus intereses nacionales, asume el liderazgo en campañas como la de la Coalición contra el EI, intenta motivar y presionar a las cancillerías de países afines o aliados para que los acompañen en la aventura.

Algunos sectores consideran que los mecanismos que se han utilizado para hacer frente al terrorismo no han sido los adecuados. ¿qué opina?

El propósito de las tácticas terroristas, y su éxito, estriba en la dificultad para combatirlos. Los actos terroristas responden a frustraciones que surgen ante la incapacidad de alcanzar objetivos políticos, religiosos, económicos u otros por métodos distintos. Sería un error generalizar. Cada situación, reclamo o conflicto que degenera en tácticas terroristas para lograr sus propósitos requiere un análisis profundo de las causas y del escenario político y económico local e internacional en los que se desenvuelve. En ese análisis se requiere, además, comprender las diferentes tradiciones políticas, culturales y religiosas para ofrecerles el respeto que pueden y deben merecer. Sería iluso pensar que el ejercicio de los recursos militares no es uno de los factores a considerar en el combate al terrorismo, pero sería aún más iluso considerarlo como el único.

Se ha llegado a decir que el mundo está a las puertas de una iii guerra mundial. ¿Considera que es así ?

Algunos lo piensan por considerar que se trata de una confrontación entre la civilización occidental y la oriental, o porque se presentan en el marco de conflictos de intereses entre potencias, o ambas cosas, y por la violencia y crueldad que revisten los atentados y las ejecuciones terroristas. Estas prácticas inhumanas se magnifican de manera instantánea y dramática ante los medios de comunicación y causan repulsión y pánico en la comunidad internacional. Los realineamientos y coaliciones entre países y potencias que se han dado en las semanas recientes sugieren que los esfuerzos se concentran en combatir el terrorismo del EI. Pareciera que esta situación ha obligado a potencias que hasta ahora mantenían intereses encontrados a repensar sus posiciones y reconformar alianzas para lograr el objetivo común contra el terrorismo. No creo que se trate de otra guerra mundial en el sentido clásico.

¿Cómo compromete la neutralidad del canal la política panameña?

Panamá tiene una obligación expresa de mantener y proteger la neutralidad del Canal, compromiso adquirido en virtud de los tratados que nos permitieron ganar su administración y poner fin a la presencia militar extranjera en nuestro territorio. Aunque la obligación de neutralidad que afecta la operación del canal no necesariamente implica una obligación de neutralidad del país, resulta difícil considerar una sin la otra.

En temas de política exterior, esa obligación de neutralidad del Canal, así como el deber de proteger nuestro más importante activo nacional, debe obligarnos a ejercer prudencia en temas que puedan violar la neutralidad del Canal y, peor aún, poner en riesgo su seguridad y la del país.

 

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