¿Desescalar o entregar? Por Alberto López Núñez (@alopeznunez)

La utilización de un leguaje distorsionado para describir a los proponentes de la sumisión del Estado ante las Farc, como gente de paz, y a quienes criticamos esa sumisión como guerreristas, se ha empleado de igual manera en la negación de las verdades del proceso con eufemismos y presentación de la realidad tergiversada en una novela por capítulos

El lenguaje obviamente es fundamental en el ejercicio de la política, es a través de él que se realiza la confrontación. Los comunistas son expertos en esto, su  “ langue de bois” que no es más que el maquillaje de la realidad, así lo refleja. Juan Manuel Santos ha aprendido muchísimo de sus nuevos mejores amigos del Socialismo del Siglo XXI, pues se ha convertido en el rey de los eufemismos. Como nunca antes en la historia de Colombia, cómo él adora decir para todo, había habido un intento sistemático de propaganda goebbeliana para engañar al pueblo, como el realizado por el gobierno de Juanhampa, particularmente en lo que respecta a la paz.

Así como el Presidente Santos quiere disfrazar la realidad sugiriendo que a las Farc no se les llame como lo que son: narcoterroristas, criminales de lesa humanidad, pues el ataque a poblaciones civiles, el asesinato fuera de combate a militares y policías con golpes de gracia, las minas antipersonas, los ecocidios , los ataques a la infraestructura, los secuestros, las extorsiones, el reclutamiento de menores y la violación sexual de niños y niñas así lo tipifican, sino que quiere que se les llame combatientes por la liberación del pueblo, luchadores por la paz o algo por el estilo, en su característico arrodillamiento a los siniestros personajes con quienes “ dialoga” en La Habana; igual sucede con el desarrollo del proceso en Cuba.

La utilización de un leguaje distorsionado para describir a los proponentes de la sumisión del Estado ante las Farc, como gente de paz, y a quienes criticamos esa sumisión como guerreristas, se ha empleado de igual manera en la negación de las verdades del proceso con eufemismos y presentación de la realidad tergiversada en una novela por capítulos, hasta que la presión de los narcoterroristas no les deja más campo de maniobra y tienen que confesar la realidad, pero ya la maquinaria de propaganda goebbeliana ha hecho efecto inoculando en el país una mentira como verdad.

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Desde el ocultamiento por más de un año de los diálogos secretos, hasta el infinito rosario de negaciones de acuerdos que lesionan la Seguridad y Defensa Nacional, estos tres años de diálogos en La Habana, no ha sido sino un continuo ocultamiento de la realidad “ como nunca antes”, la cual es simplemente que Juanhampa está entregando el poder a pedacitos a los narcoterroristas y criminales de lesa humanidad de las Farc.

Ya nadie puede negar salvo que sea parte de ese intencional proceso, que Juanhampa está jugando el rol del Kerensky colombiano, y que el tal proceso de paz, no es otra cosa que la aplicación de la carta del Foro de Sao Paulo, para la implementación del Socialismo del Siglo XXI en Colombia.

Esto se ve nítidamente en los últimos acontecimientos respecto a las órdenes dadas por el Presidente Santos a las Fuerzas Militares, lo que él llama eufemísticamente “ desescalamiento”, no es más que una vil y cobarde entrega del gobierno ante las Farc. El “ desescalamiento” resultó en una orden de cese de los bombardeos lo cual es la única arma efectiva para derrotar un movimiento de guerrillas como las Farc, es precisamente a los bombardeos a lo único que le temen las Farc, porque  de resto podrán continuar cometiendo sus crímenes de lesa humanidad sin que los militares puedan actuar porque hay una orden de no hacerlo, dentro del acuerdo de cese bilateral de fuego, que en realidad no es tal, sino un cese unilateral, pero al revés de como debiera ser, pues es el Estado quien ha cesado sus acciones, mientras que las Farc continúan impunemente cometiendo actos terroristas contra los colombianos.

En conclusión, el “desescalamiento” no es otra cosa que un eufemismo para la entrega o rendición del Estado ante las Farc, lo cual es  claramente un acto de traición a la Patria, y el país se traga entero ese sapo, sin que haya habido un pronunciamiento personal o colectivo de militares activos o retirados, que señalen tan grave hecho, ¡qué mal estamos¡

DC/ PHD Alberto López Núñez / @alopeznunez

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