Plan pistola, por Alberto López (@alopeznunez)        

Los narcoterroristas de las Farc (junto a los del ELN, quienes ahora son franquicia de los primeros, para hacerle más fácil el trabajo de sumisión de JMS, engañando a los colombianos, diciendo que las Farc están haciendo gestos de buena voluntad, pues los atentados terroristas aparecen como del ELN) nos han retrocedido a la época de Pablo Escobar, el cartel de la Farc paga por cabeza de soldado y policía asesinado, y hay casi uno a diario, es lo que comúnmente se denomina plan pistola.

 

Sin menospreciar lo terrible de esta situación, me parece aún más terrible que ese plan pistola no circunscribe al asesinato de los héroes de la Patria, sino que existe un sistemático y concertado plan pistola para liquidar el sistema democrático colombiano. Este plan está siendo ejecutado conscientemente por los siguientes actores:

 

1) Juan Manuel Santos y sus secuaces que tienen el plan de capitular ante los criminales de lesa humanidad de las Farc, para permitir la implantación en Colombia del fracasado Socialismo del Siglo XXI.

2) Obviamente los seguidores del plan del Foro de Sao Paulo en Colombia: los narcoterroristas de las Farc y ELN, el PC3, el Polo Democrático, la UP, Marcha Patriótica y demás organizaciones de la izquierda colombiana.

3) Los partidos de la “Mermelada Nacional” (U, Liberales, Cambio Radical) y quienes sin ser miembros de ellas colaboran con la aprobación de sus nefastos planes (Conservador, Verdes, Opción Ciudadana, MIRA).

4) El Parlamento, que parece un ballet de focas diciéndole sí a todo capricho de Juan Manuel Santos.

5) El Poder Judicial, con sentencias tan irrisorias como decir que las Farc no son terroristas y las sentencias abominables contra excelsos militares cuyo único delito es haber combatido eficazmente al narcoterrorismo.

6) El Farcfiscal cuya gestión se ha concentrado solamente en tres objetivos, a) tapar sus numerosos actos de corrupción como los contratos con la Casa de Nariño y Saludcoop, a su vez que retrasando los procesos de sus aliados en esto, b) perseguir judicialmente al uribismo y a militares leales a la Patria, con el cartel de falsos testigos creados y financiados para ese deleznable propósito, c) servir de telonero del Presidente de la República en la elaboración y difusión de esotéricas tesis jurídicas cuyo finalidad es asegurar la impunidad, elegibilidad y mantenimiento de las fuentes de financiamiento de los criminales de lesa humanidad el cartel narcoterrorista de las Farc.

 

A este grupo que actúa conscientemente en favor del derrocamiento del Estado de Derecho, se suma otro grupo, que inconscientemente y seducido por el sugestivo lema goebbeliano de la paz de Santos, apoya el proceso de capitulación del Estado ante las Farc en La Habana:

1) Los empresarios, que atraídos por la coyuntural mermelada no se dan cuenta que se está preparando un régimen que les expropiará sus activos y prohibirá la libre empresa en Colombia.

2) Los gremios, que cegados por la campaña de engaño de Juan Manuel Santos, no se dan cuenta de que se está permitiendo el cercenamiento de las libertades fundamentales en el país.

3) Los medios de comunicación, que al igual que los dos grupos anteriores, ponen el lucro del presente sobre la existencia en el futuro.

4) La Iglesia, que bien por ingenuidad o por acomodamiento, sigue el superficial discurso de paz gubernamental, sin percatarse del peligro que para la libertad y la paz misma el proceso en su interior conlleva.

5) Los opinadores y ONGs, que o bien son “compagnons de route” del plan narcoterrorista, o se dejan llevar por los cantos de sirena que el régimen emana en su empeño de disfrazar sus verdaderas intenciones.

 

Pero todo no está perdido todavía, pues la última palabra la tiene el pueblo, y éste abrumadoramente ha sistemáticamente señalado su desprecio por las Farc y su oposición a las pretensiones de Santos de darle impunidad, elegibilidad y libertad de seguir en el narcotráfico, lo que en últimas se convertiría en una cesión del poder a estos criminales de lesa humanidad.

 

Llegó la hora de que este pueblo pase de la palabra a la acción y haga valer por los medios legítimos su lema de lucha: Fuera Santos, abajo el farcsantismo.

 

DC/ PHD Alberto López Núñez / @alopeznunez

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