«Er Conde» sobre su película: Al que no le guste, que me diga y le devuelvo los reales

Un campesino del Oriente de Venezuela se las verá divertidamente difícil en California. Con alpargatas, sombrero y un ‘spanglish’ muy particular, “Er conde suelto en Hollywood” lleva a la gran pantalla una historia de acción, amor y humor.

En la noche anterior a la entrega a los premios de la academia, los ‘Guacharóscar’, el detective Conde es trasladado de la Policía Montada de Güiria al Departamento de Policía de Beverly Hills, en Los Ángeles. Sus ocurrencias se desatan cuando se dedica a la búsqueda de la estatuilla valorada en 30 millones de dólares, asaltada por un grupo de delincuentes.

Desde Caracas, su guionista, productor, director, protagonista y compositor, Benjamín Rausseo, “Er Conde del Guácharo”, conversó sobre su más reciente comedia familiar, enviando un mensaje a los vendedores de Las playitas: “no me ‘pirateen’ todavía, que yo les voy a mandar la original pa’ que la gente que compra los ‘quemaditos’ la vean calidad”.

 —¿Qué verá el público en este filme?

—Es un thriller policial con mucho humor. Er Conde se ve obligado a ser trasladado a otra comandancia policial por una montada de cachos que sufrió de su mujer. Peleó con ella y con el novio de ella. Es un triángulo amoroso. Hay muchos efectos especiales, hechos por venezolanos. Aparece un ‘Transformer’ y un lobo digital.

—¿Qué tan difícil ha sido purificar al personaje de las malas palabras?

—En el cine, ha sido un reto muy grande que hemos superado poco a poco, porque hacer humor sin groserías es difícil. Adaptarlo de los shows nocturnos, que son subidos de tono, con otro lenguaje, es bastante complicado, pero lo logramos. En el cine hay que calcular el chiste. No sabes si se van a reír ahí, pero la intuición de que pasará algo está. Al final, la película deja un mensaje bien bonito.

—¿Cuántas groserías dice en Er Conde suelto en Hollywood?

—Hay cuatro groserías en total, que las pusimos a propósito, porque no cabía otra palabra para el momento. Al que no le guste, que me diga y le devuelvo los reales. Tienen que verla dos o tres veces para captar todo el chiste que tiene. Uno no se cansa de verla.

—Cómo define la evolución de su estilo cinematográfico, tomando en cuenta sus dos anteriores largometrajes…

—Yo me siento muy orgulloso de las dos primeras películas que hice (Er Conde Jones, 2011; y Er Conde Bond, 2012). Yo no estudié cine, todo terminé haciéndolo empíricamente. Cuando se trabaja así, pueden salir cosas en ensayo y error. Pero, si no hubiera hecho las dos primeras, no sale esta. Hemos avanzado bastante. Tomé muy en serio las críticas que me hicieron, pues no le temo a eso, más bien me gusta, porque pienso que lo que hacemos siempre puede quedar mejor en la próxima oportunidad.

—¿Apunta a superar el récord de ‘Papita, maní, tostón’?

—Sí, antes de ayer me encontré con el director Luis Carlos Hueck y le dije: ‘disfruta de tu momento de gloria, porque te voy a tumbar’. Eso para que él haga una mejor que ‘Papita’, después yo otra mejor y lo vuelva a tumbar. La idea es que estrenemos muchas películas de comedia para que el venezolano se reencuentre con su cine.

—¿Qué tal los negocios?

—Van muy bien. En hotelería, ya abrimos un resort en Margarita, en playa El Yaque. Ahora estamos entrando en la rama de alimentos, con choco Conde, porque la gente lo que quiere es papa. Habrá también Conde chicha. En total son 10 productos.

—¿Se lanzará a candidato presidencial en las próximas en las elecciones?

—Ahorita estoy dedicado a las empresas privadas. Pero, algún día, si la gente quiere, yo me lanzo, porque tenemos que tener al mando gente que haya pagado nóminas, que ya haya resuelto su vida. Nadie se acuerda del que no ha comido cuando tiene la barriga llena.

 

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