Alemania alcanza la inmortalidad y es campeona del mundo (Crónica)

La selección de Alemania se ha consagrado como campeona del mundo, luego de vencer un gol por cero a su similar de Argentina, en un partido que pasará a la historia por la diferencia de estilos, el gran nivel técnico de ambos equipos, y el compromiso con el que disputaron unos 120 minutos que los han terminado marcando de por vida.

La previa parecía indicar el favoritismo de una Mannschaft que llegaba a la instancia final luego de demostrar un fútbol sólido y contundente, mientras que la albiceleste aparecía después de fuertes trompicones, sin un juego vistoso, y con una pizca de suerte, ante una serie de equipos que no calzaban su misma grandeza, hasta las semifinales en las que enfrentaron a Holanda.

Sin embargo, la final de una copa mundial representa algo que va más allá de un partido, y todo lo ocurrido previo a ella queda borrado para convertirse en un encuentro donde el más mínimo detalle decide la gloria o la desgracia.

Ambas selecciones salían al césped, los himnos eran entonados en el Maracaná, y el italiano Nicola Rizzolli daba inicio a la final de la copa del mundo.

Los primeros minutos reflejaron los estilos contrapuestos de ambas escuadras, viendo a una Alemania tocando el balón incesantemente, y a una Argentina que se replegaba en el área esperando la pérdida de balón de sus rivales, para luego contragolpear con una velocidad inhumana, buscando hacer sangre constantemente en la banda izquierda teutona, la cual defendía un débil Benedikt Howedes.

Como sorpresa para propios y extraños, los dirigidos por Alejandro Sabella fueron los amplios dominadores en este tramo del partido, materializando dicho dominio en una clarísima oportunidad de gol que desaprovecharía Gonzalo Higuain al minuto 20, al quedar solo ante el guardameta Manuel Neuer, para que solo diez minutos más tarde, consiguiera su revancha para anotar un gol que toda Argentina celebraría, pero que sería anulado por un claro fuera de juego. Los alemanes ni se inmutaban, aun cuando debían realizar un cambio premaura, producto de la lesión de un Kramer que había entrado por Khedira, para darle paso a Andreas Schurrle

Lejos de amilanarse por la superioridad que empezaban a mostrar los sudamericanos, los comandados por Joachim Low continuaban desleplegando su fútbol, demostraron una máxima fidelidad a una idea que al haberlos llevado tan lejos, no dejarían de ejecutarla por mucha Argentina que esté al frente, y por mucha final de copa del mundo. La consecuencia de esta testarudez tan típicamente alemana, la veríamos al minuto 36 cuando un titánico Thomas Muller realizase una increíble galopada por la banda izquierda derecha de la defensa gaucha, e internase el balón para un Schurrle quien sin pensarlo dos veces dispararía con violencia, viendo como su remate era despejado con grandeza por el arquero Sergio Romero.

Sin embargo, Argentina nos recordaría que nunca se puede olvidar la bravura y la garra que caracteriza a todos los equipos sudamericanos, al sacudir el peligro alemán generando peligro en su área, con un Messi que luego de correr por la banda e internarse en el área, vería como el balón superaba a Manuel Neuer para ser despejado en la línea por Jerome Boateng.

Nuevamente la Germania respondería l acometida de los argentinos, estrellando con furia un balón al palo, luego de un córner cobrado por Toni Kroos, y cabeceado por Howedes que con más libertad que un niño en vacaciones, desaprovechaba una clara ocasión de gol que al ser en el minuto de descuento de la primera parte, podía significar un delicado golpe psicológico para sus rivales. Terminaban los primeros 45 minutos, el destino aun no lograba decidir quién se embriagaría de gloria.

 

copa alemania

Bravura sudamericana, frialdad europea

Todo lo ocurrido desde el segundo tiempo en adelante, exhibió detalles muy propios de ambas selecciones, de ambas naciones, y de los continentes que representan cada una de ellas, viendo en los europeos una frialdad pasmosa, un temple que los hacía recorrer con tranquilidad la cuerda floja encima del volcán, que representa la instancia donde el fracaso y la tristeza absoluta su encuentran a centímetros del éxito más grande. Los sudamericanos por su parte, demostraban una casta y un brío que les permitía remontar las adversidades que sufrían, y ser claramente superiores a un equipo que en casi todos los aspectos son mejores.

De esta manera iniciaba un segundo tiempo en el que Argentina entraba como una tromba, buscando incesantemente y con valentía latinoamericana, la apertura de un marcador que de favorecerlos a ellos, defenderían con uñas y dientes hasta el final del partido.

A partir de esto lograron generar otra muy clara ocasión, al quedar un desaparecido Lionel Messi mano a mano con Manuel Neuer, y disparar desviado un balón que parecía no querer entrar en las redes, parecía negársele a los argentinos.

Era una situación de completa adversidad para los dirigidos por Sabella, al saber que una de las claves más determinantes para hacerse con un partido de este nivel, consiste en aprovechar los momentos de mejor nivel, materializando las oportunidades que tengas para sacarle ventaja al rival, y de esta manera encarar con mayor facilidad los momentos de lucidez y superioridad  que inevitablemente ellos tendrán en algún tramo del partido.

Fue así como luego de un sinfín de detalles e imágenes que quedaran para el recuerdo, culminaba el partido sin que ningún equipo pudiese terminar haciendo daño, y el encuentro pasaba una ronda de tiempos extras, en donde los teutones partían con la ventaja de estar más enteros físicamente, y con dos cambios en su recámara, mientras la albiceleste jugaba su tercera prorroga,  luego de haber desplegado un esfuerzo físico inhumano, y sin tener cambios que pudieran darle frescura a sus líneas.

Comenzaba el tiempo suplementario y para sorpresa de todos, la selección sudamericana entraría nuevamente dominando a sus rivales y arrimándolos contra las cuerdas, imprimiendo velocidad en los últimos metros donde los centrales de la Mannschaft se erigían como figuras al cortar por centímetros las internadas argentinas, y probando los reflejos de Romero, hasta que a los pocos minutos Rodrigo Palacio quedaría solo frente a Neuer, y una vez más causaba la decepción en su equipo al desaprovechar la cuarta oportunidad clara para ponerse uno a cero, en un prorroga donde se sabía que quien primero marcase, sería el campeón del mundo.

Los minutos pasaban lentamente entre el desgaste, la fatiga, los golpes, la sangre, y el calor, de una instancia donde solo los más fuertes pueden transitar sin desvanecerse en el intento, y sacar la cara por su equipo, su ambición, y su país. Culminaba el primer capítulo y todo parecía definirse en la fatídica tanda de penales, sin embargo, el destino tenía en mente otros planes, otra manera de darle fin a este partido.

 

argentina

Ocurrió al minuto 113 cuando Andreas Schurrle se proyecto con violenta velocidad por la banda derecha de sus rivales, llevándose a varios de ellos, y centrando el balón a un Mario Gotze que había ingresado por Miroslav Klose, para controlarlo con el pecho, y sin dejarlo caer, ejecutar una volea con la pierna izquierda que se colaría en el ángulo, y transformar el estadio en un monstro de 78 mil cabezas, en las que la mayoría lloraban de tristeza, y las demás gritaban de alegría. Era el gol de la victoria, la consagración eterna de una revolución futbolística y contracultural, materializada por un el jugador que mejor representa la nueva generación de futbolistas alemanes.

Luego de esta conquista la albiceleste no podría conseguir el empate y se desmoronaría con el pitazo final de Rizzoli, a sabiendas de que fueron superiores, y que por culpa de pequeños detalles, y no haber podido aprovechar las cuatro claras ocasiones de gol que tuvieron, caen en una final que se veía para ellos, y de esa forma conseguir una copa mundial después de casi treinta años. Su capitán Lionel Messi se retira del certamen decepcionando nuevamente, luego de no  haber aparecido en la máxima instancia, y quedar relegado duramente a la sombra de un Diego Armando Maradona que parece aun no haber conseguido su sucesor en la albiceleste.

Los de Joachim Low, se coronan como la mejor selección de la actualidad y los reyes del mundo, conquistando su cuarto trofeo, y ganándose los elogios del universo futbolístico al haber practicado un futbol más parecido al sudamericano que al del viejo continente.

Gano el mejor equipo del mundial a pesar de no haber sido superior hoy, mientras que perdió un equipo que a lo largo de la competición no hizo mucho, pero que en este partido fue claramente superior a su rival

Europa luego de de casi un siglo de mundiales, descubre América.

 

 

Luis Orozco/DC/@diariocontraste/@luisfran1

 

 

 

 

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