Washington acoge por primera vez el diálogo con Cuba tras 50 años de ruptura

Tras más de cincuenta años de enemistad, Washington vuelve a abrir las puertas a Cuba para acoger la segunda ronda de conversaciones entre los Gobiernos cubano y estadounidense cuyas delegaciones, en esta ocasión, tratarán de dibujar un marco político que permita proceder cuanto antes a la apertura de embajadas.

El fin de las violaciones de derechos humanos en la isla, la exclusión de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, el embargo comercial o el desarrollo de un sistema bancario cubano son algunos de los muchos aspectos que están sobre la mesa, pero el objetivo esta vez es mucho más concreto.

Según indicó una alta funcionaria del Departamento de Estado esta semana, el fin principal será crear una hoja de ruta para el establecimiento de las sedes diplomáticas, lo cual allanaría el camino para un mejor intercambio de información y facilitaría el desarrollo de la normalización de las relaciones.

“Es importante que (la apertura de las embajadas) no se vincule a un evento concreto”, advirtió la fuente en referencia a la posibilidad de que se llegue a un acuerdo coincidiendo con la celebración de la Cumbre de las Américas en abril próximo en Panamá, donde los dos presidentes Barack Obama y Raúl Castro, se verán las caras.

La oficial insistió en que se deben separar las conversaciones sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de cualquier otro aspecto, y tratar de eliminar para ello “cualquier obstáculo” prescindible.

Si las conversaciones prosperan, también se determinarán fechas concretas para que expertos de las dos naciones aborden según su especialidad los temas de interés y preocupación tanto de Washington como de La Habana, con ánimo de no entorpecer el avance del deshielo.

No obstante, hay algunos asuntos delicados que sin duda saldrán a la luz, como es el del amparo a fugitivos estadounidenses por parte del Gobierno de Castro.

Precisamente hoy, el senador demócrata Robert Menéndez pidió explicaciones a este respecto al secretario de Estado, John Kerry, y al director del FBI, James Comey, para obtener más información sobre los posibles prófugos de la Justicia que gozan de la protección cubana.

Este aspecto podría torpedear a su vez una de las principales demandas de los cubanos, ser sacados de la lista del Departamento de Estado como país patrocinador del terrorismo y así zafarse de las consiguientes sanciones.

El subdirector general para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, Gustavo Machín, indicó esta semana que Cuba acude a la mesa con propuestas concretas para debatir sobre derechos humanos, pero espera ser retirada de dicha lista y lograr una solución a los problemas bancarios de su misión en Washington para poder abrir las embajadas.

Machín, el “número dos” del equipo que negocia con EEUU, señaló que el Gobierno cubano irá a la cita con “espíritu constructivo” y confía en “recibir respuestas” a estos asuntos planteados en el primer encuentro, celebrado en La Habana el 21 y 22 de enero pasados.

En este sentido, Estados Unidos ha indicado que el Departamento de Estado ya está revisando el caso de Cubapara su posible retirada de la lista, pero aún no se ha completado el proceso.

Durante este mes, desde el primer contacto, varias delegaciones de congresistas han viajado a Cuba para reunirse con las autoridades de la isla, líderes sociales y representantes diplomáticos de otros países.

DC| EFE /

Foto: web

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