Keylor Navas salvó al Madrid de la derrota ante el Atlético

El derbi en el Calderón acabó con un oportuno reparto de puntos porque Keylor Navas así lo quiso. El meta costarricense sostuvo el tanto de Benzema y a un Madrid excesivamente calculador hasta que el orgullo rojiblanco encontró el camino. Empató Vietto en el minuto 83 y los de Benítez se agarraron a su casi impenetrable guardameta para salir vivos del Manzanares.

Es pura vida para el Madrid. Un ancla al que agarrarse cuando aparecen fugas por todos lados. Keylor es un seguro de vida para este Madrid. De eso no hay duda. Lo demostró, una vez más, en un partido de envergadura y cuando la situación lo requería. Pero tampoco hace milagros.

El Madrid se ganó a pulso salir decepcionado del Calderón. Escatimó tras el tempranero tanto de Benzema y se condenó a un angustioso final que le terminó arrebatando dos puntos. Su actitud le predestinaba a ello. Su conformista actitud y la fuerte creencia que acompaña al estilo Simeone. Partido a partido, minuto a minuto, hasta que no quede aliento para más.

 

Benzema cumple con su parte

Quizá dispuso el Cholo su once más atrevido desde que se mide al eterno rival pero los nombres indicaban algo que no se correspondía con el dibujo. El 4-3-3 fue realmente un 4-4-2 con Griezmann incrustado en una banda para dejar a Correa junto a Torres en punta de ataque. En realidad, el planteamiento fue más o menos el de siempre. Replegarse y esperar. Esa fue la idea hasta que el Atlético se dio cuenta que el Madrid hoy invitaba a exigirle más.

Toda la intención y el autoritario mando del Madrid perdió fuelle desde que los de Benítez tomaran ventaja. A los nueve minutos de juego, Carvajal dejó en evidencia a Filipe Luis con un sencillo autopase y sirvió un centro preciso que Benzema cabeceó a la red. La jugada aclaró que el Karim de ahora es un ‘9’ con instinto y que el lateral brasileño se dejó su fútbol y capacidad defensiva en Londres.

Únicamente Correa suponía una amenaza real. La nueva estrella rojiblanca y Ramos, claro. El defensa andaluz le debe una a su compañero Keylor. Un doble error del central propició un claro penalti sobre Tiago que ofrecía una oportunidad única al Atlético de equilibrar fuerzas. Griezmann hizo su parte pero la parada del costarricense fue de las de foto. Más bien se trató de una vida extra que el Madrid se empeñó en estirar hasta el límite.

 

Simeone pone correa al desenfreno rojiblanco

La salida de Carvajal por lesión -y posterior entrada de Arbeloa- provocó el efecto acción-reacción en Simeone, que dejó en los vestuarios a un desaparecido Óliver para dar entrada a Carrasco. El crédito del ‘Cholo’ es tal que ni siquiera el segundo cambio, el de Vietto por Correa, generó cierto runrun en el Calderón. El argentino estaba siendo el mejor y el ritmo loco del segundo acto era propicio para el juego entre líneas de la joven promesa rojiblanca.

El Atlético se fue sin miramientos a por el empate y nutrió de balones al área del Madrid mientras Varane se multiplicaba y se erigía imponente para despejar centros e interponerse en los disparos que se sucedían frente a los dominios de Keylor. Ese muro que el costarricense había levantado sobre su portería se vino abajo cuando un centro de Jackson dejó el balón a Vietto a placer para equilibrar la contienda. En el último intento por consumar la remontada, Keylor le sacó otra mano de nota a Jackson. El meta del Madrid seguramente diría que esa mano la sacó Dios, el Dios Keylor, la nueva figura bajo palos a la que el madridismo ha pasado a idolatrar.

DC/Marca

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