Isner vence a Zverev y gana su primer Masters 1.000

Un gigante de 32 años residente en Florida despidió Crandon Park. John Isner tocó techo en el Masters de Miami en la última edición del torneo en la sede que lo acoge desde hace más de tres décadas. El estadounidense venció a Alexander Zverev, número cuatro del mundo, por 6-7 (4), 6-4 y 6-4 en dos horas y 29 minutos para conquistar su primer título de esta categoría, después de haber perdido en las tres tentativas previas: Indian Wells 2012, Cincinnati 2013 y Paris-Bercy 2016. Jubiloso, pletórico, Isner celebró la victoria con su gente tal y como ésta se merecía. Por momentos, estuvo cerca del alambre, en una final áspera, intensa, salvada por la incertidumbre. Pero sólo él fue capaz de lograr sendas rupturas, en los trances que definen los partidos. Con 18 saques directos, 79 a lo largo del torneo, se impuso a un joven que no acaba de enmendar el rumbo en una temporada irregular. [Narración y estadísticas]

Isner no admite distracciones. Penaliza cualquier error. Obliga a sus rivales a disputar cada punto, sin necesidad de que se trate de momentos determinantes del partido, como si fuera el último. Así se lo hizo sentir desde el inicio a Zverev, más joven y cualificado, con mejor porvenir, invitado a ocupar el espacio que poco a poco van cediendo los grandes dominadores del circuito en las tres últimas décadas. El alemán, que liderará a su país el próximo fin de semana ante España en los cuartos de final del Grupo Mundial de la Copa Davis, no ha empezado bien el curso. De sus cuatro derrotas anteriores, tres se produjeron ante adversarios que figuran por debajo del top 50. La crisis se llevó por delante a Juan Carlos Ferrero, que complementaba la tarea de su padre en el equipo técnico.

Precedentes

Llegaba, no obstante, con el respaldo de su magnífico 2017, en el que dio el estirón y se hizo con los Masters 1.000 de Roma y Canadá, pasando por encima de Djokovic y Federer en las respectivas finales. También entonces se las vio con su adversario en esta final, en aquella ocasión en el comienzo de este mismo torneo. Ganó después de tres desempates y de neutralizar tres pelotas de partido.

Sin importarle el pasado común, las tres derrotas en otros tantos partidos con Zverev, ni el hecho de haberse quedado en la orilla en las tres tentativas frustradas para ganar un Masters 1.000, Isner caminó hasta el tie breakdel primer set, un territorio supuestamente favorable para un francotirador como él. Fue ahí donde cometió graves errores, entre ellos una doble falta que le situó con 5-4 abajo y dos servicios de Zverev. El alemán se hizo con un parcial después de 58 minutos. La intensidad y la exigencia mental hacían pensar que la cosecha iba más allá de tomar ventaja en el marcador, pero fue el norteamericano quien logró la primera ruptura del partido y logró levantar a un público con el que no había logrado conectar.

Hizo bueno el break en el noveno juego e igualó el partido. Aparentemente más fatigado, se sostuvo con el poder de su servicio y afinó a la hora de sacar provecho de los deslices de Zverev, que ya había salvado cuatro pelotas de breaken el quinto juego. No dejaría pasar su oportunidad en el noveno, ante un adversario que se rindió antes de tiempo, destrozando su raqueta. Isner sirvió como de él se esperaba y logró la victoria más importante de su vida, con la que se situá como número nueve del mundo y deja atrás Crandon Park. El torneo se celebrará a partir de 2019 en el estadio del equipo de fúbol americano Miami Dolphins.

 

DC / El Mundo

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