Bono Niño Jesús carece de política de impacto social

Dos millones de familias recibieron el bono Niño Jesús, beneficio de 500 mil bolívares aprobado por el Gobierno nacional. La meta es ayudar a cuatro millones de hogares, que multiplicados por cuatro integrantes se aproxima a 14 millones de personas favorecidas con una partida de dos billones de bolívares para casi la mitad de la población de Venezuela.

Quién verifica el alcance de la ayuda, cuáles familias son beneficiadas, dónde está en control presupuestario, si hay mejoras en la calidad de vida, son algunas de las incógnitas que rondan la política socialista, en un ambiente de pasión electoral oficialista.

Luis J. González Oquendo, sociólogo y analista de desarrollo social, ciencias políticas e investigador del Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos de la Universidad del Zulia, dudó de que la entrega es compra voto, porque “no hay manera” de confirmarla siendo el voto secreto y si los beneficiados son realmente los votantes.

Lo cierto, conocido hasta ahora, es que el Ejecutivo idea la “mejor” manera de adjudicar pagos. “Vamos a hacer una encuesta en estos días para ver cuáles son los mejores mecanismos de protección, si los bonos directos en la cuenta bancaria o los bonos de cestatiques”, adelantó el Presidente.

El bono se entrega desde el domingo, coincidiendo con las elecciones municipales del 10 D. En los puntos rojos de PSUV se realizaron los registros con el Carnet de la Patria y la adjudicación. En Maracaibo, Cristo de Aranza, fueron simultáneas las actividades en los centros electorales: voto – entrega de bono, conoció La Verdad. 

En San Francisco, hasta el lunes en la tarde, esperaban por el paquete de bonificaciones. Y ayer, en los supermercados de Maracaibo los usuarios hacían el canje por productos. Entregaban el manojo de papeles, de 10 unidades a Bs. 50 mil cada una, identificados con Valeven, empresa de servicio que exhortó a sus comercios afiliados, por orden de la SUNDDE, a aceptar los tiques. Otros beneficiados desesperados corrían a comprar en las panaderías que desconocían las operaciones.

No condicionada

González Oquendo explicó que el bono es una “transferencia de dinero a los ciudadanos con propósitos explícitos condicionados o no”, recalcando que cuando se entrega sin rendir cuenta, sin control porque la Asamblea Nacional no aprobó el presupuesto nacional existen cuestionamientos sobre el uso del recurso. Hay desconocimiento del propósito, del alcance de la política.

Citó un ejemplo de transferencia condicionada mencionado en el escenario colombiano, donde el Gobierno otorga ayudas a las familias bajo la vigilancia de que los niños estudien y mantengan el nivel nutricional (peso). En el caso venezolano, “no están haciendo rendición de cuentas”.

Señaló que la transferencia no condicionada queda a disposición de las familias. “Es una decisión del individuo qué hará con ella. Puede comprar comida, comprar juguetes, convertirlo en dinero (canje a efectivo) o hacer otro tipo de gastos”.

La cantidad del Niño Jesús “no es mayor cosa”. Los 500 mil bolívares se gastan en una papeleta de leche de 160 mil bolívares, un camión de agua “si la familia necesita llenar un tanque, porque el costo es de 250 mil” bolívares.

El investigador cuestionó la ausencia de indicadores para medir el alcance. “Cómo saber si ese gasto tuvo impacto. No hay manera de saber cómo se destinó”. El Gobierno decidió y “los motivos reales son difíciles de precisa sobre todo porque no hay control de ese gasto. Quién es la persona responsable. Cómo está la distribución. Realmente llegan a las cuatro millones de familias”, recalcó.

El monto del bono redondea al salario mínimo integral decretado en noviembre en 456 mil 507 bolívares, y se aleja del gasto mensual de la canasta alimentaria fijada en tres millones 918 mil 341,25 bolívares, según Cendas FVM.

LV

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