Revolucionarios sin Constitución, por Jesús Rangel Rachadell (@rangelrachadell)

La revolución socialista pretende seruna copia de la revolución francesa, una mala copia por cuanto no cumple con los postulados de esa transformación de la sociedad.

En la Francia de 1789, el monarca Luis XVI no convocó una constituyente para superar los grandes problemas económicos que tenía el Estado francés, llamó a una reunión de los Estados generales, que era una representación de los tres estamentos en los que se consideraba dividida la sociedad de la época: el clero, la nobleza y la burguesía (mejor conocida como el Tercer Estado).

El Tercer Estadodoblaba en representación a los otros dos estados; sin embargo, el voto era por órdenes o estamentos, debían ponerse de acuerdo en cada estamento para votar, es decir, eran tres los votos que se emitían. El monarca, al igual que Maduro con su constituyente, amañaba los votos de tal manera que le favoreciera la cuenta, con el clero y la nobleza a su favor ganaba la votación.

El rechazo aesa forma de votación de los Estados generales fue el primer acto realmente revolucionario; los diputados del Tercer Estado no aceptaron pertenecer a un sector, querían que el voto de cada uno tuviera el mismo valor y lo lograron. Como consecuencia de lo anterior, decidieron que la reunión de los Estados generales, apoyados por la mayoría del clero, pasaba a constituirse en Asamblea Nacionaly luego enAsamblea Nacional Constituyente.

En la Bases comiciales impuestas por Maduro el voto de los ciudadanos no vale igual; unos municipios con muchos electores escogen la misma cantidad de constituyentistas que otros municipios con poquísimos electores, es como tener constituyentes de segunda categoría. Mirabeau se debe estar revolviendo en su tumba.

Otra mala copiade la historia de Francia es la identificación de esta dictadura con una Quinta República. Esa enumeración identifica las distintas etapas del devenir político de Francia, eintentanencadenar las supuestas etapas de Venezuela y sus repúblicas con Simón Bolívar,que en el Manifiesto de Cartagena hizo mención a los errores de los que dirigieron la república que surgió de la Constitución de 1811; para luego dar un salto y decir que la cuarta república se inició en 1830 y se mantuvo hasta la Constitución de 1999, un período denominado cuarta república de 169 años, en los que ocurrió de todo, desde la Guerra Federal, la libertad de los esclavos, hasta el voto universal directo y secreto.

El colmo es querer denominar a esta dictadura como una revolución, sin cumplir con la exigencia de cambiar la visión del mundo o la manera de entender el Estado. Eso fue lo que hizo Copérnico con su obra:Sobre las revoluciones de las esferas celestes; literalmente le abrió los ojos al mundo para que entendieran que el sol no giraba en torno a la tierra.Lapalabra revolución -usada por Copérnico- se le acredita a quien demuestre que el mundo funciona o puede funcionar de otra manera. La revolución francesa de 1789 se merece ese apelativo por hacer valer el concepto de soberanía,y declarar que esta recae en el pueblo y no en el Rey. La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), expuso que: III. La fuente de toda soberanía reside esencialmente en la Nación; ningún individuo, ni ninguna corporación pueden ser revestidos de autoridad alguna que no emane directamente de ella. Por eso es que digo que estos revolucionarios chimbos del siglo XXIensayanarrogarse la soberanía mediante una manipulación electoral,sin darle a cada ciudadano las mismas consecuencias de su voto para escoger a sus representantes.

El llamado de la oposición, que considera que estamos en los supuestos del artículo 350 de la Constitución, se compagina perfectamente con la posición de los revolucionarios franceses, cuando en la mencionada declaración, expusieron: XVI. Una sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de poderes determinada, no tiene Constitución.

Somos una sociedad que no tenemos Constitución por cuanto los militares matan al pueblo, juzgan a los que reclaman sus derechos ante tribunales militares, se desconocen los derechos humanos, el Tribunal Supremo de Justicia es un apéndice del partido de gobierno y ni hablar de las penurias que estamos viviendo.

Nuestra sociedad venezolana puede decir como Honoré Gabriel Riquetti, Conde de Mirabeau: “sólo cederemos ante la fuerza de las bayonetas”; y parafraseando a Eugenio Montejo, para derrocar al socialismo que es la peste del siglo XXI.

 

DC / Jesús Rangel Rachadell / Abogado – Profesor / @rangelrachadell

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