Libería, por Eugenio Montoro

Cualquier observador externo veríaa Venezuela como un lugaren conflicto de bandos. Uno, muy numeroso, que camina “subiendo la cuesta”con gritos, consignas y cantos y otro bando que le impide el paso colocando tanquetas, barreras y guardias apertrechados con escudería y armas.

Los conflictos humanos nunca son fáciles de explicar, pero existen en cantidades asombrosas. Algunos incluso entre paisanos. Los de Corea del Norte y Corea del Sur son familia, pero andan de bronca. Los adversarios de la guerra civil española eran hermanos y se mataron por montones.

¿Cuál es la médula explicativa de estos conflictos que ocurren entre de gente cercana? Veamosotro caso curioso.

Durante siglos los negros africanos fueron capturados y vendidos como esclavos en otras regiones. El continente americano, con Brasil a la cabeza, fue el destino para muchos de ellos. Después de un largo período de injusticia, en el siglo XIX se iniciaron los procesos de emancipación y liberación de los esclavos.

En los Estados Unidos, un grupo de políticos y filántropos desarrolló la idea de facilitar el regreso, quien así lo deseara, de ciudadanos negros a su región ancestral, es decir África. En 1822 la Sociedad Americana de Colonización inició esa tarea seleccionando un lugar en África que sería una especie de “tierra prometida” para los negros y que tomó el nombre de Liberia. Los “repatriados” trajeron y aplicaron casi todo lo aprendido y crearon una bandera parecida a la americana, un gobierno republicano, siguieron usando el inglés, practicando lascostumbres gringas y un gran etc. Sucedió entonces que los negros nativos, al verlos tan diferentes, los rechazaron y Liberia, llena de hermanos de sangre, se convirtió en dos definidos bandos contarios.

De manera que la tensión entre estos grupos habría que buscarla solo en el interior de sus cabezas pues ambos creían que cada bando era mejor que el otro. No tenían la experiencia compartida que los acercara.

El caso venezolano es parecido, pero con algunas diferencias. A nuestros “invasores” revolucionarios que llegaron con “ideas”se les recibió bien y hasta elegimos a uno de ellos presidente. Hicieron y deshicieron a su antojo así que, a diferencia de Liberia, aquí ya no hay nada que imaginar de los tipos: son malos probados y reprobados. Su prédica ya no tiene seguidores y ahora todos les pedimos diariamente que dejen el gobierno a gente sensata.

Y como no lo hacen, han generado las condiciones para un justificado conflicto. El régimen trata de asustarnos usando la cantaleta mentirosa de que si no hay dialogo habrá guerra. Paja pura ya que los vamos a derrotar con la lucha no violenta donde hay más acción que habladera.

Las “patadas de ahogado” que representa la propuesta de una constituyente muestra a un régimen muy débil y agonizante, por ello la presión de calle debe mantenerse hasta lograr el cambio mayor.

Y no hay prisa. La bestia ya agoniza frente a una oposición paciente unida y decidida.

Viva Venezuela

 

DC/ Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

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