¿Por qué más Maduro? Por Paciano Padron (@padronpaciano)  

Si ya está podrido y ni siquiera los pesuvistas lo quieren -como lo demuestran los estudios de opinión y lo corrobora el rechazo a su gobierno entre quienes votaron por él-  qué justifica seguir calándonos a Maduro, el peor presidente que hemos tenido en nuestra historia republicana. Es tiempo de cambio, hora de pasar la página y darnos una nueva oportunidad como pueblo.

Hablaba hace pocos días con una amiga chavista, ella de Barlovento y oficial de la FANB, quien junto a su larga familia dejaba el pellejo por Chávez. En reflexión sincera me dijo: “Maduro no quiso, no pudo o no lo dejaron gobernar bien, como lo hizo mi comandante, en todo caso, ya se le agotó el tiempo, no tiene sentido dejarlo dos años más como presidente (2017 y 2018)”. Fue entonces cuando comenzó a comentarme lo que todos bien sabemos sobre la inflación, la escasez y la especulación, la delincuencia y la corrupción, para iniciar luego unas cuantas revelaciones de lo que ahora acontece en nuestra Fuerza Armada, esas sí desconocidas por mí, pero creíbles por venir de quien vienen y por conocer el desastre de Maduro. Lo que me confesó de la Fuerza Armada -particularmente de la Guardia Nacional y del Ejército- será objeto de otro próximo artículo.

Impecable la reflexión de mi coronela,  a no ser lo que dijo en cuanto a que  Chávez gobernó bien, porque fue él quien abrió camino al caos y echó las bases de la ruina, mal que se potenció en manos del equipo ineficaz y corrupto que encabeza Maduro.

Nuestra Constitución  -como es bien sabido- contempla la revocación del mandato para todos los cargos de elección popular, transcurrida la mitad del período del mismo, como forma de auto-corrección del pueblo, de modificar situaciones creadas por el voto, o de enmendar la plana cuando los elegidos se ponen de espalda al mandante. El régimen maula de Maduro nos robó el revocatorio, después de una larga carrera de obstáculos que fuimos venciendo, y al no poder doblegarnos cuando solo restaba una semana previa a la recolección del 20 % para convocar al pueblo a revocar, salieron sentencias penales trampeadas, de tribunales incompetentes, sazonadas con decisión ulterior del CNE.

Si el gobierno nos quita inconstitucionalmente el derecho a revocarlo, se nos abre legítimamente la puerta para forzar la renuncia de Nicolás, para buscar otros medios que lo pongan de lado en el camino del pueblo. El constituyente venezolano creó la figura del revocatorio, y la Constitución no quiere que tengamos que calarnos hasta el final el mandato de un gobernante corrupto e ineficaz, por eso la figura del revocatorio. Cuando se cierra la vía del referéndum revocatorio, se abre la de la renuncia, forzar la salida del indigno de la confianza del pueblo.

No debe invadirnos el pesimismo, ni el desaliento puede ganarnos la batalla. El régimen ha hecho lo que tenía que hacer: impedir el revocatorio; ha hecho lo que corresponde a una dictadura cuyo principal y casi único propósito es mantenerse en el poder a toda costa. ¿Qué hicimos mal? Hicimos lo que correspondía, develar la verdad y empujar el proceso revocatorio hasta su extremo. ¿Qué hacer ahora? Mucho hay por hacer, excepto decaer en el ánimo y en la convicción de que lo vamos a sacar. Maduro monta fiesta y celebran los Castro en Cuba, cada vez que uno de nosotros exclama no hay nada que hacer, esto es eterno, no se va a ir.

Por el contrario, el régimen tambalea cada vez que nos mostramos corajudos, retamos su fanfarronería y tomamos camino lejano al desaliento y pesimismo: desobediencia civil, presión de calle y presión internacional, allí está la salida hoy. Que la calle no calle, que en todo lugar se escuche la protesta y la indignación. Prohibido cansarnos o desalentarnos. Adelante.

 

DC / Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano

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