Julio Borges: «División de la oposición sería una tragedia nacional»

Antes de ganar la mayoría calificada en la Asamblea Nacional y para evitar atomizaciones, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) estableció reglas de representación de los partidos en caso de hacerse con la mayoría del parlamento. Una de ellas, por ejemplo, es que cada año, al elegirse la directiva del parlamento, se rote en la presidencia del mismo a miembros de los diferentes partidos de la MUD.

Julio Borges es el coordinador nacional del partido Primero Justicia, integrante de la MUD, y el que cuenta con mayor cantidad de diputados en el nuevo parlamento venezolano. Aunque nadie en la coalición quiere llevar esas cuentas para no perjudicar el triunfo logrado y parece una preocupación innecesaria en pleno éxtasis de la victoria, mucha gente se pregunta si ha llegado la oposición a ese nivel de madurez.

Una de las grandes preocupaciones es la posibilidad de una nueva fragmentación de la oposición, que se asuman intereses particulares con esta coyuntura. ¿Cómo se está abordando eso?

Es un tema al que le hemos dedicado muchas horas de discusión y la unión se logra con reglas del juego claras, con institucionalidad y comprendiendo a profundidad la crisis que hay en el país. En una democracia normal, que vengan y vayan coaliciones políticas, que se sumen, que se dividan, no es traumático. Pero en un país donde nos estamos jugando todo, nos estamos jugando la supervivencia nacional, donde tenemos la responsabilidad de sacar a Venezuela del caos en que está creo que hay un grado muy superior de conciencia en ese sentido.

¿Qué significaría una fragmentación de la MUD para Venezuela?

Sería una tragedia nacional que nosotros, estando a punto de ganar el mundial de fútbol, abandonemos el partido a pocos minutos de que se acabe.

¿Usted diría que es uno de los grandes retos de la oposición, además de tratar de lograr algo de gobernabilidad desde la Asamblea Nacional?

Esos retos van juntos, gobernabilidad y unidad. Institucionalidad, reglas de juego, claridad de criterios, amalgamar y conjugar visiones, para nosotros una cosa no puede ocurrir sin la otra.

Venezuela es un país muy presidencialista, en su estructura y organización, y el presidente Maduro ha respondido de manera muy confrontacional al triunfo opositor. ¿Cómo piensan impulsar y concretar la agenda de trabajo de la nueva Asamblea?

Ciertamente el presidente es una figura muy fuerte y este es un país presidencialista. Eso es verdad, pero también es un país en el que la opinión del pueblo está por encima de cualquier cosa y aquí no hay ni caudillo, ni héroe, ni presidente, ni Fuerza Armada que vaya a estar por encima del grito democrático que dio la gente el 6 de diciembre.

Será un proceso de decantación y tendremos que pasar de un gobierno que aceptó los resultados a un gobierno que acepte la derrota, estamos justo en ese camino.

DC/ET

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