Febrero 2015, por Jesús Castillo Molleda (@castillomolleda)

La historia política de Venezuela ha marcado hechos importantes en los meses de febrero, el caracazo del 27 de febrero de 1989 detonado por el aumento de los precios de la gasolina, un debate que esta presente, la intentona golpista del 4 de febrero de 2002, los sucesos del 12 de febrero de 2014.

Todo indica que este febrero será movido, el ambiente que se observa no es alentador sobre todo porque el gobierno se ha concentrado en defenderse y la oposición en atacar. Es evidente que todo se centra en el tema económico, que es donde se deben concentrar los esfuerzos. La revolución encontró la excusa perfecta para avivar el compromiso de sus seguidores con las recientes informaciones divulgadas por el diario ABC de España en contra del vicepresidente del P.S.U.V Diosdado Cabello, la visita de los expresidentes de Colombia, Chile y México, el rechazo a la resolución emanada por el ministro de la defensa, todo acompañado con la llamada guerra económica que cada día la gente entiende menos.

Para que este febrero pase sin ser conflictivo, el gobierno nacional debe de anunciar de inmediato medidas económicas drásticas que pueden ser antipopulares pero necesarias, porque de no tomarlas se estaría jugando con la paciencia de los venezolanos, que no “bachaquean”, que no tienen la manera de permanecer en las colas porque deben trabajar, que no raspan tarjetas de crédito, que no son funcionarios públicos, que no militan en los partidos políticos, que no reciben ningún beneficio, que todo se le hace más difícil, que no les alcanza sus salarios y muchos de ellos no se sienten identificados con las tendencias políticas polarizadas, lo que significa que si un sector lo hace realmente bien pueden atraerlos. Las “candidaturitis” andan desatadas todos quieren ser diputados a la Asamblea Nacional, los que están quieren ser reelectos y otros quieren ser candidatos, pocos curules para tantos aspirantes. Si los actuales diputados tuvieran un poco de dignidad, ninguno debería postularse para una reelección, ellos representan una motivación a la abstención. Los estudiantes andan divididos, reflejo de ello es la descoordinación de acciones y las diferentes planchas presentadas en las elecciones de la UCV en donde se evidencia ruptura entre grupos políticos aliados.

La Autocritica que ha impulsado por parte del Polo Patriótico “Marea Socialista” y por parte de la M.U.D. “El Progresismo”, abre una ventana a la posibilidad de construir terceras vías que rompan la polarización, pero cuentan con débiles estructuras electorales y pocos recursos económicos, lo que se les hace difícil capitalizar el descontento. No es estratégico decir que la gente está contenta cuando no lo está, que la escasez es producto de la guerra económica cuando es un problema de falta de producción nacional y alta dependencia a productos importados, que hay suficientes divisas cuando el precio del paralelo está en alza, no se puede seguir permitiendo que la gente se haga rica producto de los negocios ilegales que proliferan como consecuencia de la escasez y los excesos controles. Si la gente se sigue decepcionando de los actores políticos podría aparecer unos oportunistas que intentaran aprovecharse de la situación actual y presentarse como una alternativa salvadora, y las consecuencias pueden ser devastadoras. Si se hace lo correcto este febrero podría marcar el inicio de la reconstrucción económica de Venezuela. Bolivia y Ecuador lo lograron, asumiendo que había una crisis y buscando el capital humano preparado que supieran como hacerlo. De hacerlo aquí en Venezuela, febrero será recordado como el mes de la juventud y el amor. Como lo dijo John William Cooke “Un gobierno no cae porque sea malo simplemente, sino porque hay condiciones que se dan y fuerza organizada para aprovecharlas”.

DC / S.H. Jesús Castillo Molleda / Profesor Universitario, Politólogo, Coach Político, Locutor / jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com / @castillomolleda