No caigamos en provocaciones

Frente al desplome del gobierno, lo que se aconseja, no es precisamente la desesperación por no encontrar las salidas a la crisis, hay que llenarse de paciencia y de perseverancia, el quid del asunto es no caer en provocaciones. Siempre se ha notado al régimen buscar pelea cuando tiene la soga al cuello, parece extraño, pero en 16 años no ha variado su estrategia de confrontación cada vez que se le viene el mundo encima, y ha salido airoso.

 

Quien pudiera imaginar que frente a semejante crisis, los representantes de la cúpula burguesa que nos desgobierna, arremetan con las 48 leyes habilitantes, como si de algo le  hayan servido al país todas las leyes que han impuesto, las han usado para cambiarle el nombre a las cosas y sólo aplican los Artículos que le funciona para sus perversidades. Sabemos que es un guion trillado, algunos le dicen caliche o refrito noticioso, su idea es distraernos de lo esencial, provocando rabia y desesperación, para sacar de casillas a la gente, crear desconsuelo, frustración, desesperanza y sobre todo que los ciudadanos opten por no participar y dejarle todo a quienes se consideran dueños del Estado.

 

No es algo común revelar estrategias en medio de una lucha tortuosa contra un régimen que controla todo, pero el ABC aprendido en estos 16 años, es que el poder escoge el rin, tú decides si subes o no, lo indicado es obviarlo, no significa abandonar la política ni la lucha, nuestra estrategia de acumulación de fuerzas sigue siendo la mejor, aun cuando se diga que lo logrado hasta ahora por parte de la oposición, obedece a los errores y al fracaso del gobierno y no a los a los esfuerzos direccionados por la oposición. Si bien es cierto que el liderazgo opositor se ha desviado muchas veces y en otras ha estado inactivo, esto no puede ser razón para que cunda el pánico, o para salir hacer cosas sin objetivos, hoy es momento de prepararse para el 2015 que viene peor, debido a la baja en el precio del petróleo.

 

Recordemos que los errores más graves del campo opositor, han sido impulsados por la impaciencia y el inmediatismo, por cierto, vinculados a respuestas emocionales, más que a una caracterización correcta de la realidad, del régimen o de la propia oposición, veamos: durante el proceso librado por la salida del difunto presidente durante el 2002, se decía que el país no aguantaba un año más con él a la cabeza, se libró una lucha limpia y bonita, pero vino el carmonazo y acabó con todo; el segundo error fue la matriz de opinión creada, mediante la cual la única vía para sacar el país del atolladero era con un paro general indefinido, en esos tiempos el opinar distinto, era ser acusado de chavista, todavía no se usaba el calificativo de colaboracionista. Pues Gustavo Cisneros, responsable principal de estas dos operaciones, hoy es un conspicuo representante de los intereses de la cúpula gobernante. Muchos criticaron, a posteriori, no haber participado en las parlamentarias del 2005, pero esa decisión fue más concienzuda y democrática, el 85% de la población no quería votar y como tal ocurrió.

 

El tercer error, también cargado de inmediatismo fue la propuesta de la salida, que generó falsas expectativas y por la cual algunos sectores desarrollaron las llamadas guarimbas, que se tradujeron en desgaste más que en éxito. Hoy se insiste en la constituyente, pero por mero cálculo electoral, quienes la promueven saben que dicha convocatoria no se inscribe en la lógica política, porque el 80% de las fuerzas opositoras no la comparten y tampoco tiene eco nacional. Seguir insistiendo no es terquedad, es precampaña electoral para la AN.

 

Las críticas más acertadas al liderazgo opositor, desde la misma oposición, han sido, el escaso acompañamiento social y político a la gente, las posturas sectarias y anti unitarias de factores hegemónicos que no buscan renovar y refrescar su liderazgo, que no incorporan ni dan cabida a líderes sociales independientes o a factores emergentes en los procesos electorales y la disputa intestina por el liderazgo, que está ahora de bulto. Reconocer los errores cometidos, no nos salva del pecado, pero es clave para no volverlos a cometer.

 

DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General Regional de Vanguardia Popular / @golfredodavila

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