Alemania frente Argentina: Dos maneras de entender el fútbol y la vida (Análisis)

La final de la copa del mundo repetirá por tercera vez en su historia el enfrentamiento de dos naciones con más diferencias que similitudes, tanto en el ámbito futbolístico, como el político, social, económico y cultural: Alemania contra Argentina, la Mannschaft ante la albiceleste, la frialdad contra lo visceral, Sudamérica ante Europa, en un estadio Maracaná donde los argentinos contarán con la localía absoluta, mientras que los alemanes serán  dueños de un favoritismo bien ganado, al destrozar a Brasil y contar con grandes individualidades y un “teamwork” inmejorable.

Analizando la llegada de ambos a esta instancia, notamos como los dirigidos por Alejandro Sabella han tenido una llave donde solo les toco  sufrir en semifinales, luego de clasificar de primer lugar en una primera ronda en la que compartían grupo con una Bosnia debutante, con Nigeria, e Irán, dejando dudosas sensaciones en todos esos juegos, y llegando a ganar solo por un gol de diferencia. En octavos de final se enfrentaron a una Suiza que fue mejor que ellos, en cuartos a una Bélgica muy timorata, y en semifinales, a una Holanda contra la cual Argentina fue levemente superior, en un partido donde ambas selecciones jugaron a no perder.

Si bien uno puede percibir a primera vista que los argentinos no han sido precisamente la mejor selección de lo que va de mundial, y que no les ha tocado enfrentarse a algún equipo con poderío ofensivo como el de los alemanes, no es menos cierto que han mostrado un compromiso táctico encomiable, convirtiéndose en una selección solida y sin espacios, que con solo una oportunidad les es suficiente para marcar, encerrarse y avanzar de ronda.

La realidad de Alemania es un poco diferente, y es que su llegada a esta instancia final se dio luego de clasificar de primer en el grupo que compartían con Portugal, Estados Unidos y Ghana, empatando contra estos últimos, y venciendo cómodamente a las demás selecciones. Ya en octavos de final elimino en la prorroga a una Argelia contra la cual se vieron en serios aprietos, para luego derrotar un gol por cero a Francia, y ya en semifinales humillar a Brasil con un histórico e inolvidable 7 a 1.

Este recorrido denota una increíble condición camaleónica por parte de los dirigidos por Joachim Low, llegando a tener que jugar algunos encuentros desde el contragolpe, otros desde lo defensivo, y otros desde una propuesta más atacante, todo gracias al perfecto orden colectivo que han ido ajustando desde hace cuatro años atrás, contando con la misma base de futbolistas que han deslumbrado al mundo por ser una evolución del jugador alemán, al contar no solo con el poderío físico, o  con el compromiso táctico, sino también con una grandiosa calidad técnica, llevando al punto de ver a una Mannschaft jugando a ras de césped, con rotaciones y rápidas paredes. Una combinación entra las virtudes europeas y sudamericanas.

Llegados a este punto analizaremos a ambas escuadras a partir de una serie de aspectos que resultaran determinantes para el devenir del partido, y que indudablemente medirán las posibilidades que tendrán cada equipo para hacerse campeones del mundo.

Entereza física

Este es un punto en el que Alemania parte con clara ventaja ante los argentinos no solamente por haber disputado menos minutos, sino también, por un tipo de fútbol en el que el despliegue físico no resulta tan exigente por ser ellos quienes suelen llevar las riendas del partido, y por un juego de toque en el que evidentemente se correo menos que con pelotazos.

Argentina por su fútbol defensivo y conservador, he tenido que hacer gala de un desgaste físico increíble, teniendo que jugar dos prorrogas, y de paso tener un día menos de descanso que sus rivales, al haber jugado su partido de semifinales un día después.

Calidad técnica

A pesar de que a lo largo de la historia el fútbol de Sudamérica ha tenido una amplia ventaja técnica ante el de Europa, la actualidad presenta una serie de excepciones que pueden resultar increíbles para los más tradicionalistas, y es que se pueden ver casos en los que algunas selecciones del viejo continente son más artísticas e imaginativas que las de aquí, teniendo como máximos ejemplos a España, y Alemania.

Los teutones han vivido una revolución futbolística en la última década, que los ha llevado a pasar de ser una selección de pelotazo y potencia física, a una escuadra caracterizada por el rápido toque de balón, la paciencia, y la calidad técnica del que ha sido indudablemente el mejor mediocampo de todas las selecciones en la actualidad.

Argentina en este aspecto reduce su histórica calidad técnica, únicamente en algunos de sus delanteros, teniendo en su mediocampo figuras que solo funcionan como excelentes rompedores, pero a la hora de tener el balón manifiestan una preocupante falta de imaginación, lo cual ha llevado a jugadores que no son precisamente creadores, como Lionel Messi, a llevar las riendas creativas y distribuidores de su equipo.

Orden y entendimiento colectivo

Este es otro aspecto en el que los germanos aventajan a la albiceleste por cuestiones obvias, y es que hablamos de una misma base de jugadores que vienen jugando dentro de un mismo sistema de juego desde hace cuatro años atrás, llegando al punto de parecer uno de esos clubes en que todos conocen los movimientos de sus compañeros dentro del terreno de juego, permitiendo una serie de automatismos que en estas instancias, y en una selección, suelen ser más que decisivos.

Los gauchos por su parte, no pueden contar con la misma virtud que sus contrarios, luego de vivir diferentes ciclos con diferentes directores técnicos en los últimos años, pasando de un sistema de juego a otro, y con una base de jugadores que no siempre fue la misma. La virtud de Sabella ha sido lograr un entendimiento en el campo entre los once titulares, a partir de una propuesta defensiva que difumina los desentendimientos y la discordancia, para crear un conjunto difícil de vencer.

Sistemas de juego

Este punto resulta interesante de analizar por ser dos selecciones completamente distintas en este aspecto, y es que si los teutones despliegan un fútbol donde impera la posesión de balón y la búsqueda del gol mediante una propuesta ofensiva, atacando al contrario sin importar su posicionamiento en la cancha, y logrando hacer daño tanto por las bandas, por el centro del campo, en los balones parados, en los contragolpes, en los tiros fuera del área, y por cualquier espacio que pueda dejar rival, convirtiéndose en máquina perfecta en la parte ofensiva, y en un equipo débil en su defensa, la cual ha resistido gracias al orden táctico y posicional.

Los argentinos basan su fútbol en la solidez defensiva, en no dejar ni un espacio, en asfixiar a su rival mediante el “pressing” y en la búsqueda del gol mediante una propuesta conservadora, atacando a partir de rápidos contragolpes, balones parados, o lo que imagine su estrella Lionel Messi. Argentina se ha transformado con el paso de los partidos, en ese equipo al cual nunca deseas enfrentar, al imperar en ellos la garra, el brío, y el orden tácticos, siendo no muy poderosos en el ataque, y fortísimos en defensa.

Estrellas individuales

Este es un aspecto en el que ambas escuadras destacan, y encuentran similitud en el hecho de que cuentan con nombres conocidos en el fútbol a nivel mundial, y de los más determinantes en el terreno de juego. Sin embargo, el funcionamiento del conjunto en base a la estrella, es muy diferente en una selección y en la otra.

Sucede que en el sistema argentino, al ser la defensa lo más resaltante del esquema, la figura que ascienda por encima de los demás ha de existir y asumir todas las responsabilidades del equipo, al convertirse este en un grupo de  diez guerreros cuya función se reduce a cortar todos los avances del rival, y librar de las labores defensivas a la estrella a la cual te encomiendas para que te lleve a la gloria. Por esta parte, las individualidades más resaltantes del conjunto sudamericano son Javier Mascherano y Lionel Messi, siendo volante de contención el pilar de la defensa, y la pulga, el hombre que resolverá las cosas adelante.

Los teutones representan por su parte, el contexto ideal de todo equipo deportivo, al no destacar en él una estrella que destaque sobre los demás y genere dependencia, ya que al no pasar en vano sus años de gestación del estilo, sus movimientos en la cancha, y la misma base de jugadores, la Mannschaft se ha convertido en un engranaje en el cual cada una de sus piezas cumple perfectamente su rol y mantiene su extraordinario funcionamiento, pareciendo un equipo de maquinas sistematizadas para ejecutar su juego, sin limitarse a depositar sus esperanzas en una figura mundana. Sin embargo, esta figura, en estas instancias, pueden determinar las diferencias entre una escuadra y otra, y hacer inmortal a una de estas.

Variantes tácticas

Esta última característica resultará decisiva en el caso de que sea un partido con diferentes realidades y pueda extenderse hacia una prórroga. Y es que las variantes tácticas son las herramientas que te permiten saber adaptarte a  todos los momentos del encuentro,  cambiar tus planes radicalmente a la hora en que las cosas no salgan según lo previsto, e incluso para la ejecución de un plan en particular.

Este es otro aspecto en el que los germanos han mostrado en sus juegos saber manejarlo a la perfección y por consiguiente, tener diferentes planes y diferentes esquemas que pueden ejecutar todos de manera calibrada según la instancia y el rival que sea. Si la Alemania del partido contra Portugal fue diferente a la de Francia, la misma que vimos ante Argelia fue completamente distinta a la de Brasil exhibiendo a los ojos del universo futbolístico, una intimidante facilidad para  protagonizar todos los papeles, pudiendo ser en un juego un equipo conservador y pragmático, y en otro un artista sanguinario.

La albiceleste por su parte ha parecido costarle más los cambios en sus sistema de juego, pasando partido a partido cambiando la formación y sufriendo los 90 minutos, hasta encontrar un esquema que han oficializado como su ideal, y que los ha hecho llegar a una final sin tener que desplegar precisamente el fútbol más hermoso del mundo, eliminando a equipos tácticamente feroces como la Suiza de Ottmar Hitzfeld, a Bélgico, y a la siempre temible Holanda.

El gran problema que tiene Argentina, es que no le ha tocado ningún rival con tanta pólvora en la ofensiva como los teutones, ni se han visto por debajo del marcador ninguno de los encuentros disputados previamente, lo cual genera dudas sobre qué tan bien sabrían adaptarse al contexto de estar perdiendo y tener que salir a remontar

Si bien estos son pequeños aspectos que las selecciones tendrán que manejar para hacerse con la copa mundial, no siempre resultan lapidarios e inequívocos, pudiendo valer nada en caso de algún gol en contra, o los errores que fácilmente pueden cometerse en un partido donde la presión resulta extrema y muy difícil de saber controlar.

Sera una final donde dos estilos completamente diferentes chocaran, y donde solo el que se sepa imponer el suyo,  escribirá con letras de oro su nombre en la historia del fútbol, para alzarse como el rey del mundo al menos por cuatro años.

Que gane quien lo merezca.

Luis Orozco/DC/@diariocontraste/@luisfran1

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